Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Tsunami | Reflexión | Pensamiento

Tsunamis

El mundo climático está revuelto, las adolescentes gritan a los dirigentes del mundo lo que deben hacer
Nieves Fernández
sábado, 19 de octubre de 2019, 11:35 h (CET)

Qué tendrá que ver la política con los tsunamis, a no ser que un maremoto se tome en sentido figurado de la palabra, o sea un tsunami que lo inunde todo, totalmente artificial, porque el otro se basa en causas que para más inri son naturales, pero destructivas, devastadoras, catastróficas; es cuando un tsunami se inicia con un terremoto en el mar y crea el caos. La palabra tsunami de origen japonés será una ola gigantesca, y como si tuviera vida se come la tierra, se crece diez o doce metros en las playas y acantilados, o más, y se convierte en una ola empujada por otra vertical y la lía parda.

El agua tras la devastación necesita una estabilidad, una posición natural y horizontal. Y como el efecto mariposa, por poco que se muevan esas aguas, afectarán a otras costas, a otras playas y países. Otras veces será una erupción volcánica, un movimiento marino, un deslizamiento, incluso un meteorito. Es lo que pasó en Indonesia el año pasado o en Japón en 2011.

Ahora queremos relacionar a los tsunamis con la democracia, cuando lo uno no debería ir nunca con lo otro, pero se hace añadiendo el adjetivo democrático, con vocablos como desobediencia y no violencia, aunque sean violentos, los pertenecientes a esos tsunamis como los que los temen y quieren evitarlos.

El mundo climático está revuelto, las adolescentes gritan a los dirigentes del mundo lo que deben hacer, ellos que son los expertos, los formados, los que siempre tienen sentido común… Y así aparecen tsunamis ecologistas, de emergencia climática, acampadas urbanas ecológicas, exigentes con empresas contaminantes, pidiendo justicia climática con mucha razón en movimientos internacionales.

Se diría que quedar con tres o cuatro mil personas en un aeropuerto o en una plaza capital es tan fácil como quedar con amigos en el bar de la esquina. Todo sea por el ecosistema, si hay razón, aunque a veces llama la atención que, esas mismas personas que defienden hasta llorar al planeta, lo ensucian sin conciencia y pasan de reciclar plásticos en sus quedadas con bolsas de alcohol, aunque se reúnan después en acciones de sensibilización pacífica. Sería mejor defender al planeta con pequeños gestos, y eso que sabemos que los hay, que otros jóvenes lo hacen, gestos silenciosos sin ensuciar lugares de botellón, de concierto, de fiesta o cervezada.

Lo que sí hemos de saber es que para levantar un tsunami, democrático o no, hay que estar con la tecnología, en un mundo global donde los tsunamis pueden ser generales, por el efecto mariposa, hay muchas mariposas internacionales que gustan batir sus alas, aplaudiendo el jaleo. Nada como irse virtualmente a un país del Caribe y crear una web donde organizar una aplicación para que los tsunamis comiencen a mover masas.

Luego están los tsunamis personales que llevamos dentro, los familiares, los emocionales, los sociales… Para ellos habría que analizar si somos lo suficientemente activistas. Pero qué tendrán que ver los tsunamis con eso.

Noticias relacionadas

Es fácil haber oído últimamente que “Málaga está de moda”. Y es cierto que, en los últimos años, el número de visitantes se ha disparado. Pero no es un caso aislado: lo mismo ocurre en ciudades como Venecia, Lisboa o Londres, donde el turismo ha crecido tanto que complica la vida de sus habitantes.

Schopenhauer decía que el ser humano es un animal metafísico, condenado a interrogarse por el sentido de su existencia. Incluso en medio de la rutina, la prisa y el cansancio, late en lo más hondo la pregunta por aquello que trasciende lo inmediato. Esa sed de sentido es la que nos empuja a buscar algo más allá.

La reciente visita del BAP Unión, el buque escuela más grande de Latinoamérica, a Londres, nos impulsa a escribir esta nota acerca de las fructíferas relaciones peruano-británicas. Inglaterra y Perú comparten el tener una bandera nacional blanqui-roja. Mientras la primera fue la sede del mayor imperio oriundo del hemisferio norte, la segunda lo fue del mayor imperio originario del hemisferio sur (incario). 

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto