A SU LLEGADA a Santiago de Chile, Baltasar Garzón ha declarado que espera que los procesos a Pinochet, incluido el iniciado por él, "lleguen a su final, con una sentencia absolutoria o condenatoria, pero con una sentencia", porque de esta forma se estaría probando la independencia de los jueces.
¿Desconoce Garzón que cada juez de un país juzga a los enemigos de ese país, pero no a los amigos de ese país y menos si estos políticos están todavía en el poder... porque en tal caso se originaría un conflicto político entre países de tal calibre que obligaría a parar el proceso a aquel juez que hubiera osado iniciarlo...?
Júzguese a Pinochet, júzguese a Castro, júzguese a Felipe González (aunque esto no lo hará el "independiente" Garzón) y a quien deba juzgarse...
Incluso ustedes mismos, señores lectores, pueden juzgar al juez Garzón. Porque todos tenemos independencia para juzgar mentalmente a cualquiera, aunque países tan poco democráticos como España, que carecen de Tribunal del Jurado para juzgar a los jueces, no lo sepan.
Yo, por ejemplo, juzgo que Garzón NO está capacitado para juzgar.
Para juzgar o enjuiciar mentalmente, me refiero. Porque para juzgar políticamente como politijueces o politifiscales no son capacidades racionales las que se requieren, sino sólo capacidad para plegarse a los dictados políticos de cada momento, que son los que harán que su carrera progrese...
Garzón, con la rocambolesca manifestación de San Sebastián; Pedraz con la manifestación menos rocambolesca pero no menos evidente de Bilbao; y Pumpido o Pumpitegui (don Cándido) siempre... deben de estar entre los pocos ciudadanos españoles que no entienden que Batasuna y ETA estaban detrás, delante y en medio de tales actos que ellos autorizaron políticamente.
Ni siquiera se puede decir que "legalmente", porque con la ley en la mano todos sabemos que esas manifestaciones deberían haberse impedido. Incluso ellos lo saben.
Garzón, con vocación de Garceta; Pedraz, seguidor de la misma escuela; y el fiscal poco Cándido que transmite directamente las consignas partidistas a la "Justicia"... tres ciudadanos cuyos juicios (mentales) merecen el crédito que demuestran con sus actos "legales".