Todos nos preguntamos si lo que falla es el sistema que funcionó desde 1977 hasta que aparecieron Ciudadanos, Podemos y Vox, o si fallan nuestros políticos. ¿Con otros políticos tendríamos gobiernos antes? El propio Sánchez en el debate de investidura propuso reformar el sistema para que fuera el partido más votado el que gobernara, sin necesidad de que hubiera un acuerdo entre los grupos parlamentarios. Pero el presidencialismo es algo muy lejano al espíritu de nuestra Constitución; que el presidente del Gobierno salga de la mayoría obtenida en el Congreso, tiene muchas ventajas. No hay nada estructural que impida que en nuestro Congreso, con cinco partidos, desde ahora seis, se llegue a un acuerdo.
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