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New-York, 15 de octubre de 2012

El Principado de la Fortuna/Capítulo XV

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 El Principado de la Fortuna/Capítulo XIV

Carta de Aisha  Lakkhoua a Pascal Cafin


Señor ministro delegado para el Desarrollo;

Sé que el portador de esta carta goza de su estima y respeto y que por tanto,  dará a la lectura de  la misma la prioridad requerida. Me consta y agradezco el interés que están prestando a la liberación del señor de la Hay y de mi marido. Sin embargo, estimo conveniente poner en su conocimiento algunos hechos.

La señora de la Hay, a quien profeso respeto y afecto,  está llevando a cabo acciones, sin duda loables; pero que han bloqueado nuestro proyecto para liberar al centenar de personas, entre las que se encuentran el señor de la Hay y mi esposo. No hay rehenes, señor ministro, sino unos ciudadanos que se encuentran sitiados. Se produjo un fallo lamentable que no completó la cadena de colaboradores cuya misión era facilitar la salida de los sitiados a territorios controlados por el MNLA, como todos sabemos, las principales vías de comunicación.

Los retenidos no están totalmente aislados, puesto que contamos con colaboradores que aseguran una brecha de salida, aunque ésta no sea lo suficientemente amplia como para permitir la evacuación.

La entrada en escena de la señora de la Hay ha dificultado el funcionamiento de nuestro plan, que requiere de sigilo y mucha confianza de nuestros colaboradores en los territorios dominados por los sitiadores. El glamour y la fortuna de la que la señora de la Hay hace gala de disponer para la liberación de su hijo y de mi marido, han propagado un proyecto que tanto Francia como nosotros deseamos silenciar, por todo el territorio. Además ha recurrido a negociadores con Ansar Dine y MUJAO.

No es mi intención criticar las políticas francesas y aún menos a una amiga y socia, en la empresa Lakkhoua, como es el caso de la señora de la Hay. Me permito recurrir a usted, porque, estoy segura, ambos queremos pasar página y dejar claro que aquí no ha pasado nada.

Estamos en condiciones de lograr la evacuación del centenar de personas afectadas, a partir del momento en que la señora de la Hay rompa toda negociación con los sitiadores y que quede muy claro, aunque, como hasta ahora, se haga de forma extraoficial, el apoyo de Francia a nuestra iniciativa.

Sería completamente iluso pretender, a estas alturas, acallar la implicación del Quai, puesto que ya la situación del señor de la Hay es conocida hasta por las piedras del desierto. No hubiera sido el caso si la señora de la Hay se hubiera limitado a recurrir al señor David Pisdoé, gran conocedor de las poblaciones bereberes y de los tráficos del Sahara. Es socio de nuestra empresa y ha sido huésped de nuestra familia desde su más tierna infancia. Sabe lo que hay, lo que hay que hacer y tiene credibilidad. Nos ha sido de gran ayuda para solventar las perspicacias levantadas por las negociaciones con los sitiadores.

A finales del pasado septiembre, el Congreso Mundial Amazigh  hizo llegar una carta al presidente de la República. El documento es, ciertamente, público, puesto que se enviaron copias a todos los Altos Representantes y a los medios de comunicación.

Usted y yo sabemos que muchos somos sensibles a argumentos expresados en el documento, incluidos muchos votantes de su partido. Me gustaría llamar su atención sobre una de las críticas formuladas; el abandono del MNLA, cuando se permite que otros intereses y Estados, armen a sus enemigos. No debemos olvidar que los demócratas franceses se ruborizan aún ante la aplicación del Pacto de Múnich, que justificaba el bloqueo a la II República española, mientras se permitía el apoyo a los rebeldes, por parte de Italia y de Alemania.

Pues bien; mi propuesta me parece satisfactoria para su partido, para el gobierno del que forma parte, para nosotros y sobre todo para la región. Le pido dos semanas; el tiempo que requerimos para restaurar la red de colaboradores. Para ello necesitamos, como ya he indicado, la paralización de todas las gestiones con Ansar Dine y MUJAO  y sobre todo, gestos del gobierno francés que apoyen nuestro proyecto.

Los gestos que solicito no solamente no son comprometedores para el Quai, al que solamente solicitamos que mantenga la posición oficial actual. Por nuestra parte, haríamos saber a nuestros interlocutores de los grupos que nos apoyan, que incluyen, obviamente, el movimiento Amazigh, que Francia no es insensible a nuestros problemas, como lo prueba la presencia del señor Yves de la Hay en las reuniones con los representantes de las poblaciones ocupadas por los islamistas radicales.

Ya es muy tarde, como he indicado, para tratar de ocultar esta presencia, pero estamos a tiempo para rentabilizar la misma en organizaciones que simpatizan con nuestra causa, sin que trascienda en la posición oficial de Francia o en los medios de comunicación.

Sería un grave error el pago de rescates, que no servirían sino para liberar a dos de los sitiados y para condenar a una muerte atroz al resto y a nuestros colaboradores, que asumen graves riesgos por la causa. Armar a Ansar Dine o a MUJAO, en un momento en que el MNLA está negociando con el primero, sería un gravísimo error.

Es cierto que el MNLA lo tiene cada vez peor, como podemos deducir de unas negociaciones que cuentan con la oposición de muchos de nosotros. Los responsables no ven otra salida, ante  la situación de fuerza que gozan los islamistas radicales  en las ciudades;  la amenaza de intervención, cada vez más cercana; el sufrimiento de unos ciudadanos a los que se les impone, por el terror, un islamismo radical contrario a su naturaleza y un terrorismo ciego. Se equivocan, a mi manera de ver, quienes piensan que la alternativa es una unión, con un grupo, después de todo, de origen tuareg, porque, aunque aceptaran, como pide el MNLA, el anuncio de su separación de los grupos narcoterroristas; la  condena de todos los actos terroristas y criminales y proclamaran la exigencia de abandono del territorio de todos los grupos narcoterroristas, seguirían imponiendo un radicalismo religioso, inaceptable para la mayoría.

Muchos tememos que hay demasiados intereses en juego y que la alianza del MNLA con Ansar Dine no nos salvará de una intervención armada que será como si se incendiara un polvorín ya harto activado.

El mantenimiento de unas buenas relaciones con el MNLA será fundamental para Francia, puesto que ha sido siempre un fiel y excelente interlocutor y también será un protector para unas poblaciones ya demasiado martirizadas. La intervención, me temo, es ya inevitable, pero, el MNLA ayudará a que nuestro Azawad no sea un nuevo Afganistán o Iraq,

Asumo  que la señora de la Hay tiene muchos apoyos; pero quizá no tantos como podría pensarse si nos atenemos a los hechos: ella misma tiene intereses en Areva, en Total y en Lakkhoua, cualquiera de las tres empresas ha sido ya suficientemente castigada por el vandalismo de la región y desde luego, no podemos promoverlo y eternizarlo.

Creo que ha comprendido muy bien mis mensajes y que bastaría con que ustedes le ayudaran a deshacer el entuerto que ha creado. Sé que ella misma lo lamenta y que empieza a ser consciente de la calaña e ineptitud de los interlocutores que utiliza, con la excepción, insisto, de David Pisdoé, cuya eficacia es ya constatable.

Mis explicaciones han sido suficientes para que muchos de los apoyos de la señora de la Hay comuniquen al presidente de la República y a la propia señora de la Hay la inconveniencia de negociar un rescate con unos sitiadores que nunca podrán devolver lo que no tienen y el deseo de que los fondos disponibles se concentren en las intervenciones del señor Pisdoé.

Espero que comprenda que no le dé detalles sobre el lugar donde se ha producido el sitio o sobre nuestros procedimientos para abrir paso a los sitiados. Es la mejor forma de borrar los rasgos de un acontecimiento que todos tenemos interés en que pase inadvertido.

 La intervención que le solicito, señor ministro, entra dentro de su programa de cooperación, especialmente en lo referente a la promoción de agentes y actores locales, capaces de generar el tejido social y el desarrollo.

No me parece necesario recordarle que la misión del señor de la Hay y de mi esposo era, precisamente esa. Habían asistido a una buena decena de reuniones con los ciudadanos y ciudadanas que representan a las poblaciones de Azawad, al objeto de mostrar, ante los mismos el apoyo de Francia. Eran simples intermediarios y en ningún momento han sobrepasado su papel.

Acepte, señor ministro, la expresión de mi agradecimiento y el del pueblo tuareg, por prestar atención a nuestros problemas. El portador de esta carta tiene atribuciones e informaciones para representarnos. Cualquier signo de apoyo por su parte nos será de gran utilidad.

Por nuestra parte, continuamos avanzando en el plan aludido, con la esperanza firme de que no tardaremos en lograr una salida deseable,  tanto para ustedes como para nosotros.

Muy sinceramente

Aisha Lakkhoua.

El Principado de la Fortuna/Capítulo XV

New-York, 15 de octubre de 2012
Carlos Ortiz de Zárate
lunes, 22 de julio de 2013, 09:11 h (CET)
 El Principado de la Fortuna/Capítulo XIV

Carta de Aisha  Lakkhoua a Pascal Cafin


Señor ministro delegado para el Desarrollo;

Sé que el portador de esta carta goza de su estima y respeto y que por tanto,  dará a la lectura de  la misma la prioridad requerida. Me consta y agradezco el interés que están prestando a la liberación del señor de la Hay y de mi marido. Sin embargo, estimo conveniente poner en su conocimiento algunos hechos.

La señora de la Hay, a quien profeso respeto y afecto,  está llevando a cabo acciones, sin duda loables; pero que han bloqueado nuestro proyecto para liberar al centenar de personas, entre las que se encuentran el señor de la Hay y mi esposo. No hay rehenes, señor ministro, sino unos ciudadanos que se encuentran sitiados. Se produjo un fallo lamentable que no completó la cadena de colaboradores cuya misión era facilitar la salida de los sitiados a territorios controlados por el MNLA, como todos sabemos, las principales vías de comunicación.

Los retenidos no están totalmente aislados, puesto que contamos con colaboradores que aseguran una brecha de salida, aunque ésta no sea lo suficientemente amplia como para permitir la evacuación.

La entrada en escena de la señora de la Hay ha dificultado el funcionamiento de nuestro plan, que requiere de sigilo y mucha confianza de nuestros colaboradores en los territorios dominados por los sitiadores. El glamour y la fortuna de la que la señora de la Hay hace gala de disponer para la liberación de su hijo y de mi marido, han propagado un proyecto que tanto Francia como nosotros deseamos silenciar, por todo el territorio. Además ha recurrido a negociadores con Ansar Dine y MUJAO.

No es mi intención criticar las políticas francesas y aún menos a una amiga y socia, en la empresa Lakkhoua, como es el caso de la señora de la Hay. Me permito recurrir a usted, porque, estoy segura, ambos queremos pasar página y dejar claro que aquí no ha pasado nada.

Estamos en condiciones de lograr la evacuación del centenar de personas afectadas, a partir del momento en que la señora de la Hay rompa toda negociación con los sitiadores y que quede muy claro, aunque, como hasta ahora, se haga de forma extraoficial, el apoyo de Francia a nuestra iniciativa.

Sería completamente iluso pretender, a estas alturas, acallar la implicación del Quai, puesto que ya la situación del señor de la Hay es conocida hasta por las piedras del desierto. No hubiera sido el caso si la señora de la Hay se hubiera limitado a recurrir al señor David Pisdoé, gran conocedor de las poblaciones bereberes y de los tráficos del Sahara. Es socio de nuestra empresa y ha sido huésped de nuestra familia desde su más tierna infancia. Sabe lo que hay, lo que hay que hacer y tiene credibilidad. Nos ha sido de gran ayuda para solventar las perspicacias levantadas por las negociaciones con los sitiadores.

A finales del pasado septiembre, el Congreso Mundial Amazigh  hizo llegar una carta al presidente de la República. El documento es, ciertamente, público, puesto que se enviaron copias a todos los Altos Representantes y a los medios de comunicación.

Usted y yo sabemos que muchos somos sensibles a argumentos expresados en el documento, incluidos muchos votantes de su partido. Me gustaría llamar su atención sobre una de las críticas formuladas; el abandono del MNLA, cuando se permite que otros intereses y Estados, armen a sus enemigos. No debemos olvidar que los demócratas franceses se ruborizan aún ante la aplicación del Pacto de Múnich, que justificaba el bloqueo a la II República española, mientras se permitía el apoyo a los rebeldes, por parte de Italia y de Alemania.

Pues bien; mi propuesta me parece satisfactoria para su partido, para el gobierno del que forma parte, para nosotros y sobre todo para la región. Le pido dos semanas; el tiempo que requerimos para restaurar la red de colaboradores. Para ello necesitamos, como ya he indicado, la paralización de todas las gestiones con Ansar Dine y MUJAO  y sobre todo, gestos del gobierno francés que apoyen nuestro proyecto.

Los gestos que solicito no solamente no son comprometedores para el Quai, al que solamente solicitamos que mantenga la posición oficial actual. Por nuestra parte, haríamos saber a nuestros interlocutores de los grupos que nos apoyan, que incluyen, obviamente, el movimiento Amazigh, que Francia no es insensible a nuestros problemas, como lo prueba la presencia del señor Yves de la Hay en las reuniones con los representantes de las poblaciones ocupadas por los islamistas radicales.

Ya es muy tarde, como he indicado, para tratar de ocultar esta presencia, pero estamos a tiempo para rentabilizar la misma en organizaciones que simpatizan con nuestra causa, sin que trascienda en la posición oficial de Francia o en los medios de comunicación.

Sería un grave error el pago de rescates, que no servirían sino para liberar a dos de los sitiados y para condenar a una muerte atroz al resto y a nuestros colaboradores, que asumen graves riesgos por la causa. Armar a Ansar Dine o a MUJAO, en un momento en que el MNLA está negociando con el primero, sería un gravísimo error.

Es cierto que el MNLA lo tiene cada vez peor, como podemos deducir de unas negociaciones que cuentan con la oposición de muchos de nosotros. Los responsables no ven otra salida, ante  la situación de fuerza que gozan los islamistas radicales  en las ciudades;  la amenaza de intervención, cada vez más cercana; el sufrimiento de unos ciudadanos a los que se les impone, por el terror, un islamismo radical contrario a su naturaleza y un terrorismo ciego. Se equivocan, a mi manera de ver, quienes piensan que la alternativa es una unión, con un grupo, después de todo, de origen tuareg, porque, aunque aceptaran, como pide el MNLA, el anuncio de su separación de los grupos narcoterroristas; la  condena de todos los actos terroristas y criminales y proclamaran la exigencia de abandono del territorio de todos los grupos narcoterroristas, seguirían imponiendo un radicalismo religioso, inaceptable para la mayoría.

Muchos tememos que hay demasiados intereses en juego y que la alianza del MNLA con Ansar Dine no nos salvará de una intervención armada que será como si se incendiara un polvorín ya harto activado.

El mantenimiento de unas buenas relaciones con el MNLA será fundamental para Francia, puesto que ha sido siempre un fiel y excelente interlocutor y también será un protector para unas poblaciones ya demasiado martirizadas. La intervención, me temo, es ya inevitable, pero, el MNLA ayudará a que nuestro Azawad no sea un nuevo Afganistán o Iraq,

Asumo  que la señora de la Hay tiene muchos apoyos; pero quizá no tantos como podría pensarse si nos atenemos a los hechos: ella misma tiene intereses en Areva, en Total y en Lakkhoua, cualquiera de las tres empresas ha sido ya suficientemente castigada por el vandalismo de la región y desde luego, no podemos promoverlo y eternizarlo.

Creo que ha comprendido muy bien mis mensajes y que bastaría con que ustedes le ayudaran a deshacer el entuerto que ha creado. Sé que ella misma lo lamenta y que empieza a ser consciente de la calaña e ineptitud de los interlocutores que utiliza, con la excepción, insisto, de David Pisdoé, cuya eficacia es ya constatable.

Mis explicaciones han sido suficientes para que muchos de los apoyos de la señora de la Hay comuniquen al presidente de la República y a la propia señora de la Hay la inconveniencia de negociar un rescate con unos sitiadores que nunca podrán devolver lo que no tienen y el deseo de que los fondos disponibles se concentren en las intervenciones del señor Pisdoé.

Espero que comprenda que no le dé detalles sobre el lugar donde se ha producido el sitio o sobre nuestros procedimientos para abrir paso a los sitiados. Es la mejor forma de borrar los rasgos de un acontecimiento que todos tenemos interés en que pase inadvertido.

 La intervención que le solicito, señor ministro, entra dentro de su programa de cooperación, especialmente en lo referente a la promoción de agentes y actores locales, capaces de generar el tejido social y el desarrollo.

No me parece necesario recordarle que la misión del señor de la Hay y de mi esposo era, precisamente esa. Habían asistido a una buena decena de reuniones con los ciudadanos y ciudadanas que representan a las poblaciones de Azawad, al objeto de mostrar, ante los mismos el apoyo de Francia. Eran simples intermediarios y en ningún momento han sobrepasado su papel.

Acepte, señor ministro, la expresión de mi agradecimiento y el del pueblo tuareg, por prestar atención a nuestros problemas. El portador de esta carta tiene atribuciones e informaciones para representarnos. Cualquier signo de apoyo por su parte nos será de gran utilidad.

Por nuestra parte, continuamos avanzando en el plan aludido, con la esperanza firme de que no tardaremos en lograr una salida deseable,  tanto para ustedes como para nosotros.

Muy sinceramente

Aisha Lakkhoua.

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