Lo cierto es que la credibilidad de España como país está en juego de cara al exterior si la justicia acaba sentenciando lo que a ojos del ciudadano está clarísimo: que el PP se financió de manera irregular y con actuaciones contrarias a la ley.

La exclusiva publicada por el director de EL MUNDO Pedro J. Ramírez reflejó el pasado domingo muchos interrogantes resueltos en el caso de los papeles de Bárcenas. Había muchas dudas y muchas equis en todo el procedimiento que quedaron resueltos por la explicación entrecomillada de Luis Bárcenas en letras del director de EL MUNDO.

Al día siguiente fue el mismo director quien hizo entrega de los originales papeles de Bárcenas a la Audiencia Nacional y esto fue la guinda a una investigación plagada de guerras entre diarios que con esta prueba buscada por muchos hace que la pelota esté ahora en el tejado de la justicia. Como los lectores ya sabréis, la primera publicación de los papeles de Bárcenas la realizó el diario EL PAÍS, pero esta prueba no puede ser considerada como válida pues unas fotocopias son fácilmente manipulables y serían rechazadas en cualquier juzgado de cualquier país con una democracia asentada. Por tanto, la sospecha de que esos papeles hayan podido ser falsos o manipulados por alguien queda rechazada con la publicación de los originales.

El contenido de estos papeles, para entrar ya en materia, pone de manifiesto los pagos reiterados en negro y que posteriormente no se declaraban a Hacienda (porque también hubo otros pagos en negro y que sí fueron declarados, por lo que no hay ningún síntoma de ilegalidad en esas acciones) a altos miembros de la cúpula del PP hasta llegar al mismo Mariano Rajoy. Según estos papeles, los pagos que se realizaban a Rajoy se efectuaban escondidos en el interior de cajas de puros, algo curioso y que puede entenderse metafóricamente como nuestros dirigentes, nuestros políticos, se han fumado nuestro dinero… La ilegalidad no se centra en el cómo ni en el cuánto de los pagos, sino en el qué. Esta metodología de pagos en negro y que han servido para financiar al Partido Popular es ilegal según la Ley de Incompatibilidades aprobada en el 1995 que prohibía cualquier ingreso extra, público o privado, a cualquiera de los miembros del Gobierno, y Rajoy en aquel entonces era ministro de Jose María Aznar.

Obviamente que a día de hoy la aplicación de la Ley de Incompatibilidades sobre el caso Bárcenas no afectaría a este Gobierno pues pese a ser del mismo partido, no es el mismo Gobierno que permitió los pagos en negro a sus dirigentes. Lo que está en juego a día de hoy para el Partido Popular en la credibilidad de su Presidente, y por ende, la credibilidad del Presidente del Gobierno de España. Muchos os preguntaréis si es que aún tiene algo de credibilidad a fechas ya veraniegas, pero eso ya sería entrar en opiniones nada objetivas… Lo cierto es que la credibilidad de España como país está en juego de cara al exterior si la justicia acaba sentenciando lo que a ojos del ciudadano está clarísimo: que el PP se financió de manera irregular y con actuaciones contrarias a la ley.

Nunca antes una persona había tenido tanto poder para poner en jaque a la democracia como un extesorero de un partido político. Con simplemente dejar en manos de un periodista tan influyente como Pedro J. Ramírez, y con su posterior acción responsable en la que sin pensárselo dos veces lo entregó en la Audiencia Nacional, Bárcenas ha puesto la credibilidad de un Gobierno por los suelos y le obliga a dimitir si se demuestra la veracidad de los papeles. Por otro lado creo que el PP se lo ha puesto realmente fácil: el conjunto de declaraciones (ya sea del propio Presidente como de su Secretaria General, como de cualquiera de los miembros del partido) han ido siendo un cúmulo de contradicciones o de trabalenguas cuya finalidad ha sido tratar a los españoles de tontos. El problema vino cuando trataron a su extesorero de tonto…