Si analizamos la realidad nacional desde una perspectiva política valorativa, comprenderemos los postulados del filosofo alemán Jürgen Habermas en su tesis “Historia y crítica de la opinión pública”, en la cual distingue entre la opinión publica real o crítica y que permitirá un Estado Democrático autentico y la opinión pública manipulada que nos conduce hacia un Estado Democrático formal.
Para poder abordar una conclusión más o menos acertada de esta difícil realidad debemos analizar las contradicciones naturales entre "Estado Democrático" y "Estado Democrático Formal", que son el fundamento de las reclamaciones actuales de nuestras sociedades.
El concepto de "democracia" se refiere siempre a un modelo ascendente de organización, sobre la base del reconocimiento de la igualdad jurídica y la plena autonomía de los sujetos, el poder social democrático se construye de abajo hacia arriba.
Las variantes históricas son múltiples, pero en todas ellas existe un proceso de participación pública que parte de la base social y que culmina en la constitución de la autoridad política.
Los criterios del Estado Democrático Formal, son tan solo una apariencia en la constitución del Estado y en las formas de conducción pero diametralmente opuestos, obedeciendo a una lógica descendente, es decir de arriba hacia abajo. Los grupos beneficiados por él son quienes tienen la capacidad de "construirlo", organizarlo y modificarlo de acuerdo a sus intereses particulares con total independencia de los intereses del conjunto.
Los actores se concentran en la cúspide y no sólo tienen el poder, sino que éste proviene exclusivamente de su posición de hegemonía y de su posición social. De esta manera, las pretensiones de igualdad e inclusión de otras clases, propia del orden democrático, son por completo ajenas y manipuladas por los actores principales.
La Argentina, ha vivido una gradual reconversión de lo público en privado, siendo lo público sinónimo de atraso e ineficiencia y lo privado modernidad y eficiencia. Todo esto llevo a que los antiguos derechos "democráticos" tales como la educación, la salud, la justicia, la seguridad, sean reconvertidos en "servicios".
Esta reconversión de derechos en mercancías representa pasar de la igualdad ciudadana a una forma excluyente y restrictiva en la que esos derechos pasan a estar medidos por la capacidad económica de los sujetos para poder adquirirlos.
La Constitución Argentina establece estos derechos como básicos, primordiales y a cargo del Estado.
Pero vemos hoy que éste esta ausente, la salud hospitalaria es total y absolutamente ineficiente, los pacientes deben aguardar meses para ser atendidos, como si sus dolencias o enfermedades también lo hicieran. La educación debemos buscarla primordialmente en el ámbito privado, frente a la falta de recursos y de idoneidad de maestros y profesores mal pagos. Al igual que la seguridad cada día mas lejana de los elementos necesarios para poder llevar a cabo su tarea, respetando una lógica impartida por el Ejecutivo de respeto hacia los derechos humanos de los delincuentes.
Mientras todo esto ocurre, la maquinaria publicitaria comenzó a rodar y los periódicos publican, “El presidente Néstor Kirchner mantiene muy alta su imagen, con 75 por ciento en algunos cálculos, y si hoy fueran vísperas de elecciones, tanto él como la senadora Cristina Fernández ganarían en primera vuelta, sin necesidad de ir a ballottage, según un trabajo realizado por distintas encuestadoras nacionales. Las consultoras CEOP, Analogías, OPSN y Hugo Haime y Asociados indicaron que Kirchner obtendría un promedio de 59,8 puntos, y su esposa, 45,7”.
Si al comienzo hacíamos mención al filósofo alemán Jürgen Habermas, frente a esta realidad debemos recordar a otra notable estudiosa de esta problemática como Noelle Neuman, quien distinguió entre la opinión pública y la opinión publicada.
En su teoría de la “espiral el silencio”, describió con detalle la influencia de los medios en la decisión final de la población de un país.