Lejos de los focos deportivos periodísticos que acumuló la final de la Copa del Rey –una victoria, la del Atlético, que vale por todos y cada uno de los catorce años de sequía colchonera en los derbis-, el pasado fin de semana hubo dos modestos conjuntos que se ganaron a pulso la gloria que, merecidamente, han conseguido, y por la que este modesto colaborador le da, desde el espacio que le concede Diario Siglo XXI, su más sincera enhorabuena.
El primero de ellos es el Elche C.F, que ha consumado matemáticamente su regreso a la Liga BBVA –la Primera División de toda la vida- casi un cuarto de siglo después de su último descenso. Dos años más tarde de que se le escapara el ascenso en el dramático play-off ante el Granada, los ilicitanos han hecho sus deberes a tiempo, y el empate del Alcorcón en el Mini Estadi del Barcelona les hizo cantar el alirón el sábado, sin necesidad de saltar al terreno de juego en Almería. Todo ello faltando aún tres jornadas para terminar la temporada en la Liga Adelante, o Segunda División.
Hay quien me llegó a preguntar, años atrás, si de verdad he llegado a ver al Elche en Primera. Por supuesto que sí; sin ir más lejos el primer partido de la máxima categoría al que asistí “in situ” como espectador, con nueve años, tuvo a los blanquiverdes como uno de los protagonistas. Fue un Betis-Elche, disputado en el Benito Villamarín en junio de 1989, y ganado por los béticos (3-1).
Era el Elche, entre otros, de Sixto, Pedro Pablo, Saavedra, el noruego Berg y de Claudio Barragán, posteriormente delantero del “Super Depor” y actual entrenador de la Ponferradina. Aquel equipo finalizó en última posición, iniciando la entidad ilicitana -que hasta llegó a jugar una final de Copa, en 1969- una travesía del desierto que incluso le llevó a estar varios años en Segunda B y que, afortunadamente para ellos, por fin ha terminado.
Obradoiro, por la puerta grande
Y el segundo gran éxito, en el baloncesto, ha sido para el Blusens Monbús, el Obradoiro para todos nosotros. El equipo santiagués debía ganar en la mañana de ayer al Uxúe Bilbao Basket y esperar la derrota del Unicaja en Barcelona si quería estar en los play-offs de la Liga Endesa –la Liga ACB de siempre-.
Así sucedió; y los gallegos, cuatro años después de estrenarse en la élite casi veinte más tarde de lo que debía –por el tema de la alineación indebida del Júver Murcia, actual UCAM, en el play-off de 1990-, y con una temporada más en la LEB Oro de por medio, se han clasificado por vez primera en su historia para la fase por el título, en cuyos cuartos de final ha quedado emparejado con el “coco” Real Madrid.
Si lo del Elche ha sido justo, lo del Obradoiro exactamente igual. Su condición de gran revelación de la temporada junto al C.B Canarias, y el hecho de haber ganado en las canchas de los cuatro equipos de Euroliga –Madrid, Laboral Kutxa, Barça Regal y Unicaja, hito histórico donde los haya- así lo acredita. Más aún tras quedarse en enero fuera de la Copa, en el último suspiro.
Sus opciones ante el mejor equipo de la Liga Regular son escasas; pero cuidado, porque los Dewar, Kendall, Mejri –jugador revelación-, Pumprla o Corbacho –mejor triplista nacional de siempre en una sola campaña- ya han sido capaces de derrotar a los de Pablo Laso en el Palacio de los Deportes. Aunque, pase lo que pase, la afición de Fontes do Sar –elegida la mejor de la ACB- merece disfrutar de una experiencia impensable para ellos cuando la temporada se inició allá por finales de septiembre.
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