Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | España
Ciertas actitudes demuestran que la necedad y la desvergüenza muchas veces van de la mano

Un exilio raro

|

Nefasta racha para nuestro cine. Se nos están yendo a borbotones numerosos actores, actrices y cineastas. Los últimos en despedirse han sido Alfredo Landa, un genio de la interpretación, y Constantino Romero, excelente actor de doblaje. La lista es tan extensa como dolorosa, de ahí que haya renunciado a reproducirla.

Pues bien. A la incurable lesión de la llamada de la muerte se suma ahora otra herida que se abre en el maltrecho cuerpo del cine español. Esa nueva llaga resulta, en el fondo, una vieja conocida. Me refiero al exilio. Basta con recordar al gran Buñuel en México. Corrían las décadas centrales del pasado siglo cuando el turolense se vio obligado a desplegar su genialidad surrealista en la tierra de Pancho Villa. Muchos otros tomaron el mismo camino, siguiendo la estela de no pocos pintores, escritores e intelectuales que, habiéndose significado con la República, se vieron abocados al destierro una vez decantada la guerra hacia el lado franquista.

Pero el exilio cinematográfico hispano adquiere ahora, en pleno siglo XXI, una nueva dimensión. Así se deduce de las recientes declaraciones del actor Willy Toledo. En ellas afirmaba, sin parpadear siquiera, que pronto se iría a vivir a Cuba, huyendo de un país como el nuestro, a su juicio, corroido por el fascismo. Así de claro lo tiene.

Es verdad que esta España deja mucho que desear. Unos gestores nefastos y corruptos, unas instituciones gangrenadas, una sociedad bajo mínimos, tanto en lo económico como en lo cultural y educativo, hacen de este país un lugar digno de ser abandonado. Desde luego que entiendo a todos esos licenciados que se marchan a lugares como Alemania, Holanda o Suecia en busca de mejor fortuna. Pero que sea Cuba el destino escogido no deja de resultarme chocante. Y es que, según tengo entendido, allí la situación económica no es mucho mejor que aquí. De hecho, en la clasificación de renta per cápita elaborada por el Banco Mundial, España ocupa el puesto 22º y Cuba el 89º. Creo recordar que desde hace algo más de medio siglo una misma familia detenta el poder en aquella isla caribeña. Sin duda, muy bien lo tienen que estar haciendo en otras materias, más allá de la económica, para llevar tantos años en el gobierno. ¿De cuántas legislaturas estaremos hablando? ¿Cuántas elecciones habrán ganado consecutivamente? Ironías aparte, conviene tener muy presente que el régimen de los Castro es una de las pocas dictaduras comunistas que en el mundo quedan.

El hecho de que el inefable Toledo haya decidido exiliarse de España para recalar en Cuba es algo verdaderamente asombroso. Y es que exiliarse de una democracia a una dictadura es de nota. Sospecho que para adoptar una decisión de tal naturaleza y argumentarla como lo hace el susodicho, han de aliarse de manera entusiasta la estulticia y la falta de vergüenza. Sin duda, en el caso del lenguaraz cómico ambas concurren.

Un exilio raro

Ciertas actitudes demuestran que la necedad y la desvergüenza muchas veces van de la mano
Carlos Salas González
martes, 14 de mayo de 2013, 09:15 h (CET)
Nefasta racha para nuestro cine. Se nos están yendo a borbotones numerosos actores, actrices y cineastas. Los últimos en despedirse han sido Alfredo Landa, un genio de la interpretación, y Constantino Romero, excelente actor de doblaje. La lista es tan extensa como dolorosa, de ahí que haya renunciado a reproducirla.

Pues bien. A la incurable lesión de la llamada de la muerte se suma ahora otra herida que se abre en el maltrecho cuerpo del cine español. Esa nueva llaga resulta, en el fondo, una vieja conocida. Me refiero al exilio. Basta con recordar al gran Buñuel en México. Corrían las décadas centrales del pasado siglo cuando el turolense se vio obligado a desplegar su genialidad surrealista en la tierra de Pancho Villa. Muchos otros tomaron el mismo camino, siguiendo la estela de no pocos pintores, escritores e intelectuales que, habiéndose significado con la República, se vieron abocados al destierro una vez decantada la guerra hacia el lado franquista.

Pero el exilio cinematográfico hispano adquiere ahora, en pleno siglo XXI, una nueva dimensión. Así se deduce de las recientes declaraciones del actor Willy Toledo. En ellas afirmaba, sin parpadear siquiera, que pronto se iría a vivir a Cuba, huyendo de un país como el nuestro, a su juicio, corroido por el fascismo. Así de claro lo tiene.

Es verdad que esta España deja mucho que desear. Unos gestores nefastos y corruptos, unas instituciones gangrenadas, una sociedad bajo mínimos, tanto en lo económico como en lo cultural y educativo, hacen de este país un lugar digno de ser abandonado. Desde luego que entiendo a todos esos licenciados que se marchan a lugares como Alemania, Holanda o Suecia en busca de mejor fortuna. Pero que sea Cuba el destino escogido no deja de resultarme chocante. Y es que, según tengo entendido, allí la situación económica no es mucho mejor que aquí. De hecho, en la clasificación de renta per cápita elaborada por el Banco Mundial, España ocupa el puesto 22º y Cuba el 89º. Creo recordar que desde hace algo más de medio siglo una misma familia detenta el poder en aquella isla caribeña. Sin duda, muy bien lo tienen que estar haciendo en otras materias, más allá de la económica, para llevar tantos años en el gobierno. ¿De cuántas legislaturas estaremos hablando? ¿Cuántas elecciones habrán ganado consecutivamente? Ironías aparte, conviene tener muy presente que el régimen de los Castro es una de las pocas dictaduras comunistas que en el mundo quedan.

El hecho de que el inefable Toledo haya decidido exiliarse de España para recalar en Cuba es algo verdaderamente asombroso. Y es que exiliarse de una democracia a una dictadura es de nota. Sospecho que para adoptar una decisión de tal naturaleza y argumentarla como lo hace el susodicho, han de aliarse de manera entusiasta la estulticia y la falta de vergüenza. Sin duda, en el caso del lenguaraz cómico ambas concurren.

Noticias relacionadas

Hay corrupción política cuando se corrompen las instituciones y se prostituyen los poderes del Estado. La corrupción económica se denuncia, se investiga, se prueba y, en su caso, se condena y se sentencia por los tribunales competentes. La corrupción política está a la vista de todos porque las actuaciones de los políticos son de dominio público.

El cisne negro de Biden sería la protesta de los estudiantes universitarios contra la invasión de Gaza en las Universidades de Columbia y la UCLA y su violento desalojo por la policía, movimiento de protesta que por mimetismo podría extenderse al resto de Universidades de Estados Unidos, rememorando las protestas de 1968 contra la guerra de Vietnam.

Un 14 de mayo de 1935 el Comité Pro-Paz en América advertía que la guerra del Chaco era una amenaza para la democracia en todo el continente. Este comité se había constituido en la ciudad argentina de Córdoba, y lo integraban poetas e intelectuales de varias nacionalidades.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto