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Este trabajo, en el que han participado expertos de las agencias espaciales de Europa, Estados Unidos, Reino Unido, Japón e India, se ha elaborado para el comité internacional de coordinación de desechos espaciales (IADC) y se ha presentado esta semana en la VI Conferencia Europea sobre desechos espaciales (Alemania).
El autor principal del trabajo, Hugh Lewis, ha señalado que la principal preocupación de los científicos está en la órbita terrestre baja, por debajo de los 2.000 kilómetros de altura, una zona donde tiende a operar la mayoría de las misiones que envían datos cruciales sobre la observación de la Tierra. Es en esta franja en la que se prevé un aumento constante en el número de objetos de al menos 10 centímetros de tamaño durante los próximos 200 años.
A su juicio, este crecimiento está alimentado principalmente por las colisiones entre objetos a alturas entre los 700 y los 1.000 kilómetros sobre la Tierra. La proyección más baja para esta órbita es que el aumento sería de un 19 por ciento, mientras que el pronóstico más alto es un 36 por ciento. En promedio, el aumento es de 30 por ciento.
Los científicos que han llevado a cabo este estudio han señalado que estos resultados son "optimistas" y que las consecuencias podrían ser peores que los que se presentan tras esta investigación.
Esto se debe a que, para llegar a esos pronósticos, se hicieron algunas suposiciones optimistas, como que las agencias espaciales cumplirían en un 90 por ciento su límite de tiempo (25 años) para retirar de órbita los equipos una vez finalizada su misión. También se realizó la previsión de que no habría más explosiones de tanques de presión y combustible medio llenos, ni de viejas baterías, causas significativas de los desechos espaciales existentes.
"Ciertamente todavía no estamos cumpliendo al 90 por ciento la regla de los 25 años y vemos episodios de explosiones unas tres veces al año, de media", ha explicado Lewis.
El científico ha explicado que el mensaje final de este trabajo es que "se necesitan mejorar las medidas para mitigar los desechos espaciales, pero incluso haciendo eso, hay que considerar además estrategias distintas". "Una de las opciones obviamente es el retiro activo de desechos espaciales", ha apuntado.
Una investigación dirigida desde el Real Jardín Botánico-CSIC y publicada en la revista ‘Annals of Botany’ confirma también que las poblaciones de ‘Euphorbia balsamifera’, conocida comúnmente como ‘tabaiba dulce’, de Lanzarote y Fuerteventura son genéticamente más afines a Marruecos y al Sahara occidental que a las que pueblan zonas de Gran Canaria y Tenerife.
El RJB repartirá este sábado 13 de abril plantel de verdolaga, colleja y jaramago blanco a un centenar de personas inscritas en este proyecto de investigación participativa que propone estudiar las posibilidades de plantas comestibles para contribuir así a la resiliencia climática de los agrosistemas locales y a la diversidad de nuestra dieta. A este acto le seguirán dos nuevas citas en los terrenos de La Troje que hará nuevos repartos de plantel los días 19 y 20 de abril.
Impulsar una moratoria para hacer estudios a largo plazo. Esa fue la solicitud de 115 organizaciones no gubernamentales durante la reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos. Desarrollada en Kingston, Jamaica, la última semana de marzo, la cita tuvo como objetivo evaluar un documento borrador sobre minería marina presentado en febrero, que será decisivo para aprobar o no esta actividad en los océanos del mundo.
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