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El descenso a la liga LEB acecha seriamente al Cajasol. Siete finales restan para evitar, sea como sea, lo que supondría una catástrofe para el baloncesto en Sevilla

¿“#QueNo Bajamos CBSevilla”? Ojalá

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El Cajasol se está metiendo cada vez más en un lío de considerables dimensiones. Después de perder ayer ante el Real Madrid, la posibilidad de caer en los puestos de descenso a final de temporada cobra cada vez más fuerza en un equipo que, hasta el momento, presenta muy escasos síntomas de recuperación. El “infierno”, lugar que sigue marcando el Lagun Aro GBC, está tan sólo a una victoria, y al contrario que los de Aíto, los donostiarras llevan ya varias semanas apretando verdaderamente fuerte. 


Ante ello, el sector más fiel de la afición cajista ha comenzado a lanzar un “hastag” en Twitter, #QueNoBajamosCBSevilla, con el objetivo de concienciar tanto al público como, sobre todo, a los profesionales de lo que se juega en estas siete últimas jornadas de la Liga Endesa no ya sólo la entidad en sí, sino el baloncesto en general dentro de una de las principales ciudades de España como lo es Sevilla. 

Y es que bajar a la liga LEB Oro –suponiendo que no se produzcan los ya clásicos descensos administrativos de cada año- probablemente supondría la desaparición de un equipo que ya se puede considerar de pleno derecho todo un histórico de la ACB, competición en la que lleva militando ininterrumpidamente desde 1989. 

El futuro del club ya de por sí no está nada claro. Estamos en el último año de patrocinio de La Caixa, entidad que desde hace meses engloba a Cajasol; y si la directiva tiene apalabrado algún sponsor –sea el mismo, sea uno diferente-, aún no lo ha hecho saber de forma oficial, por mucho que se asegure sistemáticamente que no habrá problema alguno, que hay proyecto. Pues bien, si las cosas ya andan de esta forma, que la gente tenga por seguro que dar con sus huesos fuera de la Liga Endesa supondría casi de hecho la muerte del C.B. Sevilla y, muy probablemente, del “basket” profesional en la capital de Andalucía. 

Nefastas sensaciones

Diez jornadas llevamos de la segunda vuelta, y tan sólo tres triunfos ha sumado el Cajasol en dicho período, siendo las sensaciones ofrecidas en la mayoría de ellos lo peor de todo. Y con la proyección del Lagun Aro –Manresa ya está prácticamente desahuciado-, probablemente le hagan falta otros tres más como mínimo en las siete semanas que restan para, con doce victorias, tener opciones de respirar tranquilo. 

Siete últimas jornadas –la primera de ellas, el próximo sábado en San Pablo contra el FIATC Joventut- en las que se las verá con todos y cada uno de sus rivales directos por la salvación: Lagun Aro, Blancos de Rueda Valladolid y Manresa a domicilio, y Mad-Croc Fuenlabrada en la que podría ser una dramática última jornada en San Pablo. Completan el calendario Unicaja, Uxúe Bilbao y el ya citado equipo verdinegro, los tres en casa. 

Y como el equipo de por sí no da muestras de tener capacidad de reacción –aunque pronto podrá contar de nuevo con el lesionado Latavious Williams, en la recta final de su recuperación-, la afición ha decidido comenzar a coger el toro por los cuernos, e iniciar una campaña similar al “sí, se puede” de hace cuatro años, cuando el Cajasol se libró de un descenso que parecía seguro a mitad de temporada. Aunque entonces, todo sea dicho, se fichó entre otros a una estrella que tiró del carro como Clay Tucker, lo que todavía no se ha conseguido esta vez. Ojalá esta cibernética campaña vuelva a dar el resultado apetecido, porque Sevilla no se puede quedar sin baloncesto de élite. 

Apoyar... y, después, reclamar

No es momento de hacer reproches. Ya habrá tiempo, cuando se oficialice la clasificación final –sea cual sea ésta-, de pedir abiertamente explicaciones a la directiva, por ejemplo, de por qué se dijo el pasado verano que prácticamente no había dinero, y durante la temporada han venido hasta cuatro jugadores nuevos que no están jugando gratis precisamente, cuando posiblemente se pudo haber destinado parte del caudal monetario a renovar bien a Earl Calloway, bien a Txemi Urtasun, jugadores clave en años anteriores. En definitiva, de obligar a que nos ofrezcan su versión de la nefasta gestión que, en todos los aspectos, han desempeñado en el curso deportivo que enfila ya su recta final; y de reclamar que, en adelante, todo se haga con la debida coherencia y eficacia, al mismo tiempo. 

Ahora hay que empujar entre todos los estamentos del club para intentar evitar, sea como sea, que el C.B. Sevilla quede entre dos últimos puestos, y así tener la opción de seguir colocando a nuestra ciudad en el mapa baloncestístico nacional, se llame el equipo como se llame. Y, a partir de ahí, presionar de verdad a los responsables para que, con más o menos dinero, lleven a cabo una gestión lo suficientemente buena como para, al menos, estar regularmente rondando los play-offs. Claro está que no es tan fácil, pero si hay equipos que, con lo justito, son capaces de lograrlo, tampoco debe ser ni muchísimo menos imposible.

¿“#QueNo Bajamos CBSevilla”? Ojalá

El descenso a la liga LEB acecha seriamente al Cajasol. Siete finales restan para evitar, sea como sea, lo que supondría una catástrofe para el baloncesto en Sevilla
Victor Diaz
lunes, 1 de abril de 2013, 19:20 h (CET)
El Cajasol se está metiendo cada vez más en un lío de considerables dimensiones. Después de perder ayer ante el Real Madrid, la posibilidad de caer en los puestos de descenso a final de temporada cobra cada vez más fuerza en un equipo que, hasta el momento, presenta muy escasos síntomas de recuperación. El “infierno”, lugar que sigue marcando el Lagun Aro GBC, está tan sólo a una victoria, y al contrario que los de Aíto, los donostiarras llevan ya varias semanas apretando verdaderamente fuerte. 

Ante ello, el sector más fiel de la afición cajista ha comenzado a lanzar un “hastag” en Twitter, #QueNoBajamosCBSevilla, con el objetivo de concienciar tanto al público como, sobre todo, a los profesionales de lo que se juega en estas siete últimas jornadas de la Liga Endesa no ya sólo la entidad en sí, sino el baloncesto en general dentro de una de las principales ciudades de España como lo es Sevilla. 

Y es que bajar a la liga LEB Oro –suponiendo que no se produzcan los ya clásicos descensos administrativos de cada año- probablemente supondría la desaparición de un equipo que ya se puede considerar de pleno derecho todo un histórico de la ACB, competición en la que lleva militando ininterrumpidamente desde 1989. 

El futuro del club ya de por sí no está nada claro. Estamos en el último año de patrocinio de La Caixa, entidad que desde hace meses engloba a Cajasol; y si la directiva tiene apalabrado algún sponsor –sea el mismo, sea uno diferente-, aún no lo ha hecho saber de forma oficial, por mucho que se asegure sistemáticamente que no habrá problema alguno, que hay proyecto. Pues bien, si las cosas ya andan de esta forma, que la gente tenga por seguro que dar con sus huesos fuera de la Liga Endesa supondría casi de hecho la muerte del C.B. Sevilla y, muy probablemente, del “basket” profesional en la capital de Andalucía. 

Nefastas sensaciones

Diez jornadas llevamos de la segunda vuelta, y tan sólo tres triunfos ha sumado el Cajasol en dicho período, siendo las sensaciones ofrecidas en la mayoría de ellos lo peor de todo. Y con la proyección del Lagun Aro –Manresa ya está prácticamente desahuciado-, probablemente le hagan falta otros tres más como mínimo en las siete semanas que restan para, con doce victorias, tener opciones de respirar tranquilo. 

Siete últimas jornadas –la primera de ellas, el próximo sábado en San Pablo contra el FIATC Joventut- en las que se las verá con todos y cada uno de sus rivales directos por la salvación: Lagun Aro, Blancos de Rueda Valladolid y Manresa a domicilio, y Mad-Croc Fuenlabrada en la que podría ser una dramática última jornada en San Pablo. Completan el calendario Unicaja, Uxúe Bilbao y el ya citado equipo verdinegro, los tres en casa. 

Y como el equipo de por sí no da muestras de tener capacidad de reacción –aunque pronto podrá contar de nuevo con el lesionado Latavious Williams, en la recta final de su recuperación-, la afición ha decidido comenzar a coger el toro por los cuernos, e iniciar una campaña similar al “sí, se puede” de hace cuatro años, cuando el Cajasol se libró de un descenso que parecía seguro a mitad de temporada. Aunque entonces, todo sea dicho, se fichó entre otros a una estrella que tiró del carro como Clay Tucker, lo que todavía no se ha conseguido esta vez. Ojalá esta cibernética campaña vuelva a dar el resultado apetecido, porque Sevilla no se puede quedar sin baloncesto de élite. 

Apoyar... y, después, reclamar

No es momento de hacer reproches. Ya habrá tiempo, cuando se oficialice la clasificación final –sea cual sea ésta-, de pedir abiertamente explicaciones a la directiva, por ejemplo, de por qué se dijo el pasado verano que prácticamente no había dinero, y durante la temporada han venido hasta cuatro jugadores nuevos que no están jugando gratis precisamente, cuando posiblemente se pudo haber destinado parte del caudal monetario a renovar bien a Earl Calloway, bien a Txemi Urtasun, jugadores clave en años anteriores. En definitiva, de obligar a que nos ofrezcan su versión de la nefasta gestión que, en todos los aspectos, han desempeñado en el curso deportivo que enfila ya su recta final; y de reclamar que, en adelante, todo se haga con la debida coherencia y eficacia, al mismo tiempo. 

Ahora hay que empujar entre todos los estamentos del club para intentar evitar, sea como sea, que el C.B. Sevilla quede entre dos últimos puestos, y así tener la opción de seguir colocando a nuestra ciudad en el mapa baloncestístico nacional, se llame el equipo como se llame. Y, a partir de ahí, presionar de verdad a los responsables para que, con más o menos dinero, lleven a cabo una gestión lo suficientemente buena como para, al menos, estar regularmente rondando los play-offs. Claro está que no es tan fácil, pero si hay equipos que, con lo justito, son capaces de lograrlo, tampoco debe ser ni muchísimo menos imposible.

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