En varios artículos anteriores hemos señalado, en esta columna de Siglo XXI, la hipocresía de ciertos empresarios paraguayos que simulan defender la causa indigenista en sus páginas, y sin embargo han defendido a empresas de la Secta Moon, que han causado estragos en territorios indígenas y deforestado y devastado sin remordimientos, pena ni excusas, vastas áreas del Chaco paraguayo.

Tal vez para desviar la atención de sus propias culpas, estos hombres de negocios se han dedicado a montar un andamiaje pirotécnico de falsos delitos, por supuesto que ajenos.

Y no sólo eso, sino que también han propalado falsas noticias de imaginarias destituciones, que no pueden darse mientras no se tengan reemplazantes a mano.

Los indígenas del pueblo guaraní ñandeva, por otro lado, han amenazado con movilizarse para que Rubén Quesnel se mantenga al frente del INDI, secretaria indigenista del Paraguay. Y no sólo eso, sino que también han desmentido categóricamente en sendas notas y extensos documentos, punto por punto, todas las publicaciones que hizo el diario ABC color de la “venta de tierras del INDI”.

En una esclarecedora reunión con el presidente del INDI, los indígenas se reunieron para manifestar su solidaridad a Quesnel, respecto a las publicaciones que de mala fe realizó el diario ABC color, sin lograr instalar el tema en los demás medios.

Los representantes del pueblo Guarini ñandeva, también desmintieron categóricamente al diario ABC color, al que repudiaron, al tiempo que renovaron su confianza al director del INDI Rubén Quesnel. También entregaron documentos y explicaron la verdadera situación de los inmuebles de los que habló por semanas ABC color.

Señalaron que confiaron al presidente del INDI sus propiedades labrando documentos que cumplían todas las normas legales.

El líder de San Lázaro, del pueblo guaraní ñandeva, Ramón Benítez, conjuntamente con el secretario de la comunidad de nombre Eugenio Gamarra Benítez, ya en fecha 9 de octubre de 2012 se habían dirigido a Rubén Quesnel, dándole todo su apoyo, confianza y respaldo para que el mismo en su calidad de presidente del INDI pueda proceder a tomar la mejor decisión a favor de los guaraní ñandeva, auténticos dueños de las tierras que han generado la polémica entre los confundidos redactores de ABC color.

En tal concepto le autorizaron permutar o venderlas dentro del marco legal vigente, a través de documentos que obran en su poder.

A propósito de lo que falazmente ABC color viene señalando, si bien la ley 904 en su articulo . 55 establece que un inmueble solo podrá ser transferido por subasta pública siempre que no supere los 3 millones de guaranies, la ley 20.51 /03 de Contrataciones públicas en su capítulo cuarto articulo 33, incisos A y G establece las excepciones, que se aplican al consentimiento otorgado por los guarani ñandeva.al presidente del INDI.

Una de las más poderosas razones que convencieron a los indígenas de la necesidad de confiar sus tierras a Quesnel para la transacción fue la superposición de títulos de propiedad, un problema frecuente en Paraguay.

Sobre el inmueble cuya venta exasperó a ciertos empresarios inmobiliarios y propietarios de medios, debe decirse que existían al menos siete títulos contrapuestos. Y por si ello fuera poco, varias medidas de no innovar de diferentes causas, e incluso ocupaciones ilegales.

El pueblo guaraní ñandeva pensaba invertir el dinero de la venta para financiar su proyecto de desarrollo integral de su comunidad, comprando tierras, insumos, transporte y otros elementos de gestión. Sin embargo, todo ello se frustró con la campaña esquizofrénica del diario ABC color, que denominó a este proceso que significaba una luz de esperanza para los nativos una “venta ilegal de tierras del INDI”.

No es de extrañar la tergiversación en un diario que fue capaz de afirmar que un vicepresidente de la república ya estaba muerto antes de ser asesinado, o que presentó en su momento al cura Fernando Lugo como un impoluto referente moral.

Desgraciadamente, mientras la mentira tiene alas y vuela, la verdad siempre la sigue arrastrándose.