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El periodismo anti ético, ciego y Esquizofrénico del desgastado diario ABC color se va quedando sin eco

ABC Color no tiene quien le escriba

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Se dice que cuando uno empieza a sentirse autosuficiente, comienza a sembrar su propia decadencia, y es lo que al parecer ha venido sucediendo de manera sostenida con algunos medios otrora hegemónicos del Paraguay. La decadencia de los diarios impresos, muchos de los cuales han desaparecido por falta de venta, ha tenido un ritmo más lento en un país donde el acceso a Internet cayó al principio en una inusual elitización, para ir liberándose de manera lenta y gradual.

Pero si hay una señal de cambio en el Paraguay de los últimos tiempos, es el sostenido y notorio declive del desgastado diario ABC color, otrora omnipotente manipulador de la información y amo todopoderoso  de la agenda mediática nacional.  Tanto que hasta se permitió instalar en el gobierno a un improvisado y oscuro obispo expulsado de la iglesia católica como presidente del Paraguay.

Ello le permitió disfrutar impunemente de las sobrefacturaciones que se hacían con las compras de tierras para el INDI y otros órganos del estado, pero esos eran otros tiempos y otros negociados.

Hoy nos enteramos a través del mismo diario ABC color, que las tierras eran tan abundantes que hasta se vendían a precios irrisorios.

Pero esta contradicción parece insignificante ante una falta ética por parte de ABC color que no tiene precedentes en la historia del periodismo: La publicación de una crónica sobre una reunión a la que  no asistió ninguno de sus periodistas, es decir, un texto de ficción comparable a los de Isaac Asimov o las denuncias montadas por el ex titular del INDI en tiempos de Fernando Lugo, Oscar Ayala.

Llegando al límite de su desprecio por la veracidad de sus notas, rayando lo inexplicable, perpetrando una falta de ética periodística y de  respeto por sus lectores demencial,

ABC color habló esta semana en sus páginas de una reunión a la que no fue invitado ni admitido,  describiendo detalladamente una conferencia de Prensa donde no estuvo, ya que no asistió ninguno de sus periodistas.  Lo que sucedió allí los cronistas de Aldo Zucolillo sólo pudieron imaginarlo, y fueron traicionados por su soberbia y triunfalismo.

Si alguna victoria obtuvieron fue cuando menos pírrica, dado que en  esa reunión se entregaron documentos e información que comprometen seriamente a la contraparte acusadora de Quesnel,  quien  rompió el aislamiento mediático al que buscaba someterlo el impoluto Fiscal Inmobiliario y sensible protector de indígenas desamparados, Aldo Zucolillo.

Desmintiendo categóricamente las versiones sobre las supuesta tierras "vendidas por el Indi", como que el inmueble sea un bien comunal o ancestral, las autoridades presentaron pruebas irrefutables del fraude ante los medios competidores de ABC color.

Este diario ya en numerosas oportunidades ha realizado campañas fraudulentas sobre temas como propiedades, catastros y hasta Lagos contaminados.  Luego de que en 1999 fuera asesinado el vice-presidente del país, inició una interminable serie de fantasmáticos reportajes buscando demostrar que éste ya estaba muerto antes de ser asesinado.

Se explicó que para montar acusaciones, los periodistas del diario de marras fueron capaces de aplicar la utilería, como si de una escenificación teatral se tratara, y transportar nativos que las ONG de Paraguay acostumbran trasladar de un lugar a otro de acuerdo a sus intereses.

A pesar de la imaginación que desplegó el irresponsable cronista de Zucolillo, que realizó un periodismo a ciegas sobre una reunión en la estuvo todo el periodismo nacional pero ausente ABC color, ningún político gravitante en la vida nacional, ni un activista político conocido o cuando menos algún encargado de pegatinas, se hizo eco de sus truculentas denuncias que ya a nadie sorprenden ni impresionan.

Menos aún algún medio colega, todos ellos hartos de las disparatadas campañas del decano que aún se presenta a sí mismo como debutante.  Como el famoso personaje de la novela, hoy ABC color ya no tiene quien le escriba.

Es que en el mundillo de la prensa paraguaya ya se sabe que  la  intención de este viejo encubridor de los asesinos de Orlando Letelier, defensor de Videla, Pinochet, Stroessner, Somoza y Fernando Lugo, es la de volver a ubicar a uno de sus secuaces en una silla que ya está ocupada.  

Pero volver a los negociados inmobiliarios que siempre siguió tan atentamente, hoy se le hace cuesta arriba por la falta de reflejos propia de su avanzada ancianidad.  El peso de sus años, comentan sus propios allegados, colegas y empleados, ha vuelto al otrora comisario de la prensa nacional fastidioso, y ya no están dispuestos a seguir su rumbo ciego, esquizofrénico y anti ético. Algunos públicamente se burlan del antiguo y poco elaborado slogan de su decadente medio: “Un diario joven con fe en la Patria”, señalando burlonamente que lo de joven ya se ha vuelto hilarante.

Escribió Gabriel García Márquez que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.  Y como los pactos honrados son ajenos a la naturaleza de quien nos ocupa, no hay elección posible para el último tramo del viaje.

ABC Color no tiene quien le escriba

El periodismo anti ético, ciego y Esquizofrénico del desgastado diario ABC color se va quedando sin eco
Luis Agüero Wagner
viernes, 22 de marzo de 2013, 09:12 h (CET)
Se dice que cuando uno empieza a sentirse autosuficiente, comienza a sembrar su propia decadencia, y es lo que al parecer ha venido sucediendo de manera sostenida con algunos medios otrora hegemónicos del Paraguay. La decadencia de los diarios impresos, muchos de los cuales han desaparecido por falta de venta, ha tenido un ritmo más lento en un país donde el acceso a Internet cayó al principio en una inusual elitización, para ir liberándose de manera lenta y gradual.

Pero si hay una señal de cambio en el Paraguay de los últimos tiempos, es el sostenido y notorio declive del desgastado diario ABC color, otrora omnipotente manipulador de la información y amo todopoderoso  de la agenda mediática nacional.  Tanto que hasta se permitió instalar en el gobierno a un improvisado y oscuro obispo expulsado de la iglesia católica como presidente del Paraguay.

Ello le permitió disfrutar impunemente de las sobrefacturaciones que se hacían con las compras de tierras para el INDI y otros órganos del estado, pero esos eran otros tiempos y otros negociados.

Hoy nos enteramos a través del mismo diario ABC color, que las tierras eran tan abundantes que hasta se vendían a precios irrisorios.

Pero esta contradicción parece insignificante ante una falta ética por parte de ABC color que no tiene precedentes en la historia del periodismo: La publicación de una crónica sobre una reunión a la que  no asistió ninguno de sus periodistas, es decir, un texto de ficción comparable a los de Isaac Asimov o las denuncias montadas por el ex titular del INDI en tiempos de Fernando Lugo, Oscar Ayala.

Llegando al límite de su desprecio por la veracidad de sus notas, rayando lo inexplicable, perpetrando una falta de ética periodística y de  respeto por sus lectores demencial,

ABC color habló esta semana en sus páginas de una reunión a la que no fue invitado ni admitido,  describiendo detalladamente una conferencia de Prensa donde no estuvo, ya que no asistió ninguno de sus periodistas.  Lo que sucedió allí los cronistas de Aldo Zucolillo sólo pudieron imaginarlo, y fueron traicionados por su soberbia y triunfalismo.

Si alguna victoria obtuvieron fue cuando menos pírrica, dado que en  esa reunión se entregaron documentos e información que comprometen seriamente a la contraparte acusadora de Quesnel,  quien  rompió el aislamiento mediático al que buscaba someterlo el impoluto Fiscal Inmobiliario y sensible protector de indígenas desamparados, Aldo Zucolillo.

Desmintiendo categóricamente las versiones sobre las supuesta tierras "vendidas por el Indi", como que el inmueble sea un bien comunal o ancestral, las autoridades presentaron pruebas irrefutables del fraude ante los medios competidores de ABC color.

Este diario ya en numerosas oportunidades ha realizado campañas fraudulentas sobre temas como propiedades, catastros y hasta Lagos contaminados.  Luego de que en 1999 fuera asesinado el vice-presidente del país, inició una interminable serie de fantasmáticos reportajes buscando demostrar que éste ya estaba muerto antes de ser asesinado.

Se explicó que para montar acusaciones, los periodistas del diario de marras fueron capaces de aplicar la utilería, como si de una escenificación teatral se tratara, y transportar nativos que las ONG de Paraguay acostumbran trasladar de un lugar a otro de acuerdo a sus intereses.

A pesar de la imaginación que desplegó el irresponsable cronista de Zucolillo, que realizó un periodismo a ciegas sobre una reunión en la estuvo todo el periodismo nacional pero ausente ABC color, ningún político gravitante en la vida nacional, ni un activista político conocido o cuando menos algún encargado de pegatinas, se hizo eco de sus truculentas denuncias que ya a nadie sorprenden ni impresionan.

Menos aún algún medio colega, todos ellos hartos de las disparatadas campañas del decano que aún se presenta a sí mismo como debutante.  Como el famoso personaje de la novela, hoy ABC color ya no tiene quien le escriba.

Es que en el mundillo de la prensa paraguaya ya se sabe que  la  intención de este viejo encubridor de los asesinos de Orlando Letelier, defensor de Videla, Pinochet, Stroessner, Somoza y Fernando Lugo, es la de volver a ubicar a uno de sus secuaces en una silla que ya está ocupada.  

Pero volver a los negociados inmobiliarios que siempre siguió tan atentamente, hoy se le hace cuesta arriba por la falta de reflejos propia de su avanzada ancianidad.  El peso de sus años, comentan sus propios allegados, colegas y empleados, ha vuelto al otrora comisario de la prensa nacional fastidioso, y ya no están dispuestos a seguir su rumbo ciego, esquizofrénico y anti ético. Algunos públicamente se burlan del antiguo y poco elaborado slogan de su decadente medio: “Un diario joven con fe en la Patria”, señalando burlonamente que lo de joven ya se ha vuelto hilarante.

Escribió Gabriel García Márquez que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.  Y como los pactos honrados son ajenos a la naturaleza de quien nos ocupa, no hay elección posible para el último tramo del viaje.

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