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El factor de protección (FPS) no indica el tiempo de protección frente al sol y sólo se refiere a los rayos UVB

Los bulos en fotoprotección aumentan el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel

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Los bulos en fotoprotección aumentan el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel. Por ello, el Instituto #SaludsinBulos y ASPROFA (Asociación de Profesionales de la Farmacia) han editado un Decálogo de bulos en fotoprotección para desmontar las falsas creencias y concienciar sobre el uso correcto de los protectores solares. “Utilizar de forma adecuada un protector solar es la mejor forma de prevenir el cáncer de piel. Sin embargo, las falsas creencias y los bulos sobre las cremas solares reducen la protección frente a la radiación solar y aumentan la probabilidad de contraer un melanoma“, indica Carlos Mateos, coordinador del Instituto #SaludsinBulos y director de la agencia de comunicación COM Salud.

La duración del producto, la necesidad de reaplicarlo tras el baño si es resistente al agua o si debe utilizarse en días nublados son dudas habituales de la población ante la exposición solar, según el decálogo redactado por las farmacéuticas María José Cachafeiro y Beatriz Díaz-Carrasco. “Hay mucho desconocimiento sobre qué significa el FPS y eso permite que se generen bulos y falsas creencias. También hay desinformación sobre los fototipos y la exposición solar. Se cree erróneamente, que las pieles muy morenas o negras, no se queman y, aunque es cierto que no es frecuente también pueden quemarse, además de sufrir otros efectos dañinos de una radiación solar sin protección”, comenta Cachafeiro, secretaria de ASPROFA.

Decálogo de bulos en fotoprotección

Los fotoprotectores son válidos de un año para otro (Falso)

Los protectores solares una vez abiertos se rigen por el PAO (Periodo After Opening), que es el tiempo, después de su apertura, en el que el producto mantiene sus características. Se representa con un tarro abierto marcando 3M-6M-12M.

Además, este índice hace referencia a unas condiciones adecuadas de conservación, que no son a las que suele someterse en su uso habitual en verano, mucho más extremas en humedad y temperatura.

Todos los fotoprotectores son iguales (Falso)

Entre los diferentes productos para protegernos del sol hay diferencias en cuanto a:

Fotoestabilidad: no es suficiente con que el producto contenga filtros, si no que estos deben ser lo más estables posible bajo la acción de la radiación solar.

Fotoprotección: Hay productos que solo protegen frente a la radiación ultravioleta B (UVB), mientras que otros incorporan filtros frente al UVA, el infrarrojo A o la luz visible.

Remanencia: es la adherencia del producto a la piel.

Texturas: constituyen una diferencia fundamental ya que aunque los filtros son importantísimos, el mejor solar es que se utiliza, y el uso depende en gran medida de que la textura del producto se adapte a nuestros gustos y preferencias.

El factor de protección (SPF) indica el tiempo de protección (Falso)

El SPF refleja cuantas veces más podemos estar expuestos al sol, para producir el mismo efecto de eritema o enrojecimiento, que si no hubiéramos aplicado el protector solar. Es decir, si el primer día que nos ponemos al sol aguantamos 10 minutos sin quemarnos, con un protector solar del 30, podríamos aguantar 30 veces más. Este índice se refiere sólo a la protección frente a los rayos UVB.

Existen protectores que bloquean el 100% de la radiación (Falso)

Ningún fotoprotector bloquea el 100% de las radiaciones, ni siquiera mezclando diferentes filtros lograremos bloquear la radiación por completo.

Dos cremas protectoras suman su actividad (Falso)

Si aplicamos un producto con SPF 20 y otro con SPF 30 no lograremos protegernos el equivalente a un producto con SPF 50. Solo conseguiremos la protección que nos confiere el producto con un SPF mayor.

Con una aplicación diaria de factor de protección es suficiente (Falso)

La permanencia en la piel de un solar es como máximo de 2 horas. Por ello, es necesario reaplicarse la crema cada 2h. Al igual que tras baños de más de 20 minutos, si existe una sudoración excesiva o si ha habido fricción en la zona como al jugar con la arena, secarse con la toalla, etc.

En invierno y los días nublados no es necesario aplicar un protector solar (Falso)

La radiación solar atraviesa las nubes, por lo que actúa aunque no tengamos la sensación de calor. Si queremos protegernos bien del sol también debemos aplicar protección en las zonas expuestas también cuando está nublado y en invierno.

Si me aplico protector solar, no me pongo moreno (Falso)

No existe la protección 100%, por lo que siempre habrá una cantidad de radiación solar que nos incida en la piel y que active el sistema de protección natural del cuerpo, la producción de melanina. Estar moreno significa que nuestra piel está siendo agredida por la radiación solar y está fabricando melanina para intentar protegerse, por lo que cualquier grado de bronceado indica que se ha producido daño solar y no es un buen signo.

La piel morena (o raza negra) no se quema y no necesita aplicar protector (Falso)

La población de raza negra, o los fototipos más altos, tienen una mayor facilidad para broncearse y una mayor cantidad de melanina del tipo “Eumelanina” que tiene un tono más oscuro. Es cierto que se queman con menor facilidad, pero eso no quiere decir que su piel no sufra los efectos dañinos del sol. La radiación solar produce daños en todos los tipos de piel.

Las cremas resistentes al agua no hacen falta que se reapliquen (Falso)

Según la regulación actual, todos los protectores deben aguantar al menos un baño de 20 minutos. Algunos, duran más tiempo, y lo indican en sus envases con los términos: water resistant: aquellos que demuestran eficacia tras un baño de 40 minutos; y waterproof o very water resistant: aquellos que continúan siendo eficaces tras un baño de 80 minutos. De todos modos, la recomendación más adecuada es que tras el baño, se reaplique el producto de protección, sobre todo si te has secado con la toalla.

Los bulos en fotoprotección aumentan el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel

El factor de protección (FPS) no indica el tiempo de protección frente al sol y sólo se refiere a los rayos UVB
Redacción
lunes, 5 de agosto de 2019, 11:27 h (CET)

Los bulos en fotoprotección aumentan el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel. Por ello, el Instituto #SaludsinBulos y ASPROFA (Asociación de Profesionales de la Farmacia) han editado un Decálogo de bulos en fotoprotección para desmontar las falsas creencias y concienciar sobre el uso correcto de los protectores solares. “Utilizar de forma adecuada un protector solar es la mejor forma de prevenir el cáncer de piel. Sin embargo, las falsas creencias y los bulos sobre las cremas solares reducen la protección frente a la radiación solar y aumentan la probabilidad de contraer un melanoma“, indica Carlos Mateos, coordinador del Instituto #SaludsinBulos y director de la agencia de comunicación COM Salud.

La duración del producto, la necesidad de reaplicarlo tras el baño si es resistente al agua o si debe utilizarse en días nublados son dudas habituales de la población ante la exposición solar, según el decálogo redactado por las farmacéuticas María José Cachafeiro y Beatriz Díaz-Carrasco. “Hay mucho desconocimiento sobre qué significa el FPS y eso permite que se generen bulos y falsas creencias. También hay desinformación sobre los fototipos y la exposición solar. Se cree erróneamente, que las pieles muy morenas o negras, no se queman y, aunque es cierto que no es frecuente también pueden quemarse, además de sufrir otros efectos dañinos de una radiación solar sin protección”, comenta Cachafeiro, secretaria de ASPROFA.

Decálogo de bulos en fotoprotección

Los fotoprotectores son válidos de un año para otro (Falso)

Los protectores solares una vez abiertos se rigen por el PAO (Periodo After Opening), que es el tiempo, después de su apertura, en el que el producto mantiene sus características. Se representa con un tarro abierto marcando 3M-6M-12M.

Además, este índice hace referencia a unas condiciones adecuadas de conservación, que no son a las que suele someterse en su uso habitual en verano, mucho más extremas en humedad y temperatura.

Todos los fotoprotectores son iguales (Falso)

Entre los diferentes productos para protegernos del sol hay diferencias en cuanto a:

Fotoestabilidad: no es suficiente con que el producto contenga filtros, si no que estos deben ser lo más estables posible bajo la acción de la radiación solar.

Fotoprotección: Hay productos que solo protegen frente a la radiación ultravioleta B (UVB), mientras que otros incorporan filtros frente al UVA, el infrarrojo A o la luz visible.

Remanencia: es la adherencia del producto a la piel.

Texturas: constituyen una diferencia fundamental ya que aunque los filtros son importantísimos, el mejor solar es que se utiliza, y el uso depende en gran medida de que la textura del producto se adapte a nuestros gustos y preferencias.

El factor de protección (SPF) indica el tiempo de protección (Falso)

El SPF refleja cuantas veces más podemos estar expuestos al sol, para producir el mismo efecto de eritema o enrojecimiento, que si no hubiéramos aplicado el protector solar. Es decir, si el primer día que nos ponemos al sol aguantamos 10 minutos sin quemarnos, con un protector solar del 30, podríamos aguantar 30 veces más. Este índice se refiere sólo a la protección frente a los rayos UVB.

Existen protectores que bloquean el 100% de la radiación (Falso)

Ningún fotoprotector bloquea el 100% de las radiaciones, ni siquiera mezclando diferentes filtros lograremos bloquear la radiación por completo.

Dos cremas protectoras suman su actividad (Falso)

Si aplicamos un producto con SPF 20 y otro con SPF 30 no lograremos protegernos el equivalente a un producto con SPF 50. Solo conseguiremos la protección que nos confiere el producto con un SPF mayor.

Con una aplicación diaria de factor de protección es suficiente (Falso)

La permanencia en la piel de un solar es como máximo de 2 horas. Por ello, es necesario reaplicarse la crema cada 2h. Al igual que tras baños de más de 20 minutos, si existe una sudoración excesiva o si ha habido fricción en la zona como al jugar con la arena, secarse con la toalla, etc.

En invierno y los días nublados no es necesario aplicar un protector solar (Falso)

La radiación solar atraviesa las nubes, por lo que actúa aunque no tengamos la sensación de calor. Si queremos protegernos bien del sol también debemos aplicar protección en las zonas expuestas también cuando está nublado y en invierno.

Si me aplico protector solar, no me pongo moreno (Falso)

No existe la protección 100%, por lo que siempre habrá una cantidad de radiación solar que nos incida en la piel y que active el sistema de protección natural del cuerpo, la producción de melanina. Estar moreno significa que nuestra piel está siendo agredida por la radiación solar y está fabricando melanina para intentar protegerse, por lo que cualquier grado de bronceado indica que se ha producido daño solar y no es un buen signo.

La piel morena (o raza negra) no se quema y no necesita aplicar protector (Falso)

La población de raza negra, o los fototipos más altos, tienen una mayor facilidad para broncearse y una mayor cantidad de melanina del tipo “Eumelanina” que tiene un tono más oscuro. Es cierto que se queman con menor facilidad, pero eso no quiere decir que su piel no sufra los efectos dañinos del sol. La radiación solar produce daños en todos los tipos de piel.

Las cremas resistentes al agua no hacen falta que se reapliquen (Falso)

Según la regulación actual, todos los protectores deben aguantar al menos un baño de 20 minutos. Algunos, duran más tiempo, y lo indican en sus envases con los términos: water resistant: aquellos que demuestran eficacia tras un baño de 40 minutos; y waterproof o very water resistant: aquellos que continúan siendo eficaces tras un baño de 80 minutos. De todos modos, la recomendación más adecuada es que tras el baño, se reaplique el producto de protección, sobre todo si te has secado con la toalla.

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