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Han llegado a un acuerdo

Una vez más, la buena voluntad de los políticos les ha permitido llegar a un acuerdo
Manuel Montes Cleries
lunes, 29 de julio de 2019, 09:48 h (CET)

Como habrán podido entender mis avezados lectores no se trata de un acuerdo de gobierno. Se trata de un consenso para subirse el sueldo de un 20 a un 40 %. Poco más o menos. Después, y a lo largo del año, sus sesudas mentes harán juegos malabares para subirnos a los pensionistas un 1 o un 2 %. Que la cosa está muy mala.

Hemos asistido a lo largo de la semana al bochornoso espectáculo protagonizado por los señores diputados españoles. Se han estado repartiendo los reinos de taifas como si se tratara de estampitas en vez de ministerios. Al final se ha dicho los unos a los otros: ¡¡”Ea, no me ajunto”!! Esperamos con aburrimiento la “seconda puntata” del drama.

Mi buena noticia de hoy me la ha propiciado la media docena de octogenarios que se han embarcado en un “reality show” emitido esta semana en Antena 3 denominado: “Por el mundo a los 80”. Conducido magistralmente por Arturo Valls -que por una vez ha sabido dejar de ser protagonista-, nos muestra con limpieza la personalidad de unos mayores que no han vivido el boom de los viajes, las redes sociales y el desmadre total de nuestros días. Hablan con franqueza y libertad de sus vidas, sus carencias y sus esperanzas y disfrutan como niños. Llorando y riendo. Un gran acierto de sus creadores. Enhorabuena. Televisión que informa, forma y entretiene.

Nuestros mayores si que han llegado a un acuerdo. No temen a nada ni a nadie. Mientras, las mentes privilegiadas del Congreso luchan por el sillón y por el sueldo. Luego se quejan de que los ignoremos.

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La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.

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