Me sorprende ver a Junqueras y Puigdemont presentarse como víctimas que nunca han roto un plato. Yo recuerdo perfectamente cuando se burlaban de la Justicia y se hacían fotos riéndose con las notificaciones judiciales, recuerdo cuando pisoteaban leyes y sentencias diciendo que había que “desobedecer”. Eso ni en España ni en cualquier país del mundo quedaría impune. Los políticos, al igual que el resto de ciudadanos, deben cumplir las leyes. Cumplir la ley no es “fascista”, lo que es fascista es pisotearla. El problema es que la clase política catalana desde los tiempos de Pujol y sobre todo, desde que se descubrió el 3%, están obsesionados por levantar fronteras con el resto de España y en convertir Cataluña en su cortijo donde ellos lo controlen todo sin importarles vulnerar la legalidad. De ahí el ‘procés’. Sencillamente lamentable.
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