Hace unos días se produjo un aspecto especialmente preocupante como es que cierta violencia haya tenido lugar precisamente en la Universidad, el ámbito del diálogo sereno, de la crítica y de la búsqueda compartida de la verdad, ahora un espacio invadido por ideologías sectarias. En Cataluña se palpa la impunidad de determinados grupos políticos que han tejido una red de acoso sistemático a los que no piensan como ellos. Por si fuera poco, los medios cercanos al independentismo tratan de criminalizar a quienes sufrieron el acoso y a quienes combaten cada día por la libertad en un entorno hostil, un verdadero síntoma de envenenamiento social.
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