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La plata es un metal paramagnético, es decir, no siente una atracción fuerte hacia los imanes

Cómo saber si una joya es de plata

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Las joyas de plata siguen triunfando en los escaparates. Junto al oro, es uno de los metales nobles más apreciado por los consumidores, tanto por su belleza como por su precio. Pero, igual que no es oro todo lo que reluce, tampoco lo es la plata. En numerosas ocasiones, las joyas que se ofrecen en mercadillos o puestos ambulantes tan solo llevan un baño plateado, lo que puede confundir al cliente si no presta la debida atención.

Diferenciar las joyas de plata de las fabricadas con otros materiales no es demasiado complicado. Solo hace falta prestar atención y seguir unos sencillos consejos. Pero antes de empezar, vamos a aclarar conceptos.

Plata de ley

La plata es un metal noble maleable algo más duro que el oro y se puede encontrar en abundancia en diferentes zonas del planeta, como México, Guatemala, Perú, Argentina, Rusia, Suecia y Australia. Se clasifica en función de su pureza y se ha utilizado tradicionalmente para fabricar objetos, joyas y monedas. La plata más empleada en joyería es la llamada plata de ley o 925 (sterling silver), que contiene un 92,5% de plata y un 7,5% de cobre. Por encima están la 999, la 958 y la 950, muy empleadas en vajillas antiguas y en la fabricación de monedas, y en un nivel inferior se sitúa la 835, que es una aleación de plata común.

Toda la plata se oscurece por efecto de la oxidación, pero eso no es negativo. Basta con frotarla con un paño para que vuelva a recuperar su brillo natural.

Trucos para identificar la plata

Existen diversos métodos para reconocer los objetos y joyas de plata. A veces, con una breve ojeada es suficiente, pero en ocasiones hay que realizar más de una prueba para llegar a conclusiones fiables.

Sello de autenticidad

Los objetos de plata suelen llevar gravado un sello de autenticidad, que informa sobre la pureza del metal. Para observar claramente la marca, muchas veces es necesaria una lupa. En las cadenas y pulseras, el sello suele colocarse en el cierre, que es la parte más ancha y permite la estampación.

Pero el sello no siempre está presente. Cuando la pieza de plata es muy pequeña, como ocurre en joyería, a veces no se introduce la marca por falta de espacio. Entonces es preciso recurrir a otros trucos.

La prueba del sonido

Si tienes un oído fino, te resultará interesante hacer esta prueba. Coge una moneda de plata y déjala caer desde una altura de unos 15 cm. Si la pieza es auténtica, hará un ruido que recordará al de una campana, pero si en lugar de plata es una aleación de otros metales, el sonido será más grave.

Ese sonido particular de la plata se precia especialmente cuando entra en contacto con otro metal. Coge dos monedas de plata y golpéalas entre sí, verás el sonido que producen.

La prueba del hielo

La plata guarda una importante similitud con la alpaca, otro material muy utilizado en joyería. Para distinguir una de otra, el mejor aliado es el hielo. La plata es un gran conductor del calor y es capaz de hacer que el hielo se derrita en cuestión de segundos. Para comprobarlo, solo tienes que coger un cubito y colocar encima una pieza de plata. El hielo empezará a derretirse inmediatamente, mientras que con la alpaca eso no sucede. Eso sí, la prueba solo puede hacerse con piezas de plata algo grandes, como monedas o barras; con joyas, es más complicado apreciar los efectos.

La prueba de la lejía

¿Has manipulado lejía alguna vez llevando puesto un anillo de plata? Si la joya se ennegreció, no hay duda: es de plata auténtica. El motivo de esa reacción está en la capacidad de oxidación de la plata. Este metal noble se oxida y pierde brillo con rapidez y la lejía es el mejor producto para comprobar ese efecto.

La prueba del imán

La plata es un metal paramagnético, es decir, no siente una atracción fuerte hacia los imanes. Por eso, si colocamos una joya de plata en contacto con un imán, en principio no debería adherirse a él de forma firme. Si el magnetismo es intenso, entonces seguramente estaremos ante un material con componente de hierro.

Esta prueba no es definitoria porque hay materiales parecidos a la plata que tampoco reaccionan ante un imán. Por eso es interesante realizar además otras comprobaciones.

Pruebas más complejas

Al margen de las pruebas de tipo "casero", los especialistas utilizan a menudo otro tipo de métodos para comprobar la autenticidad de la plata. Uno de ellos consiste en aplicar sobre la plata una solución química especial, que provocará una reacción y modificará el color del metal. Previamente habrá que realizar un arañazo sobre la pieza que permita la absorción del ácido. Si el metal se torna rojizo, marrón o verde, se trata de plata, pero si adopta un tono amarillo, marrón oscuro o azul, estaremos ante una pieza de estaño, latón o níquel.

Para evitar posibles engaños a la hora de comprar joyas de plata, lo mejor es dirigirse a tiendas de confianza.

Cómo saber si una joya es de plata

La plata es un metal paramagnético, es decir, no siente una atracción fuerte hacia los imanes
Redacción
martes, 7 de mayo de 2019, 14:27 h (CET)

Las joyas de plata siguen triunfando en los escaparates. Junto al oro, es uno de los metales nobles más apreciado por los consumidores, tanto por su belleza como por su precio. Pero, igual que no es oro todo lo que reluce, tampoco lo es la plata. En numerosas ocasiones, las joyas que se ofrecen en mercadillos o puestos ambulantes tan solo llevan un baño plateado, lo que puede confundir al cliente si no presta la debida atención.

Diferenciar las joyas de plata de las fabricadas con otros materiales no es demasiado complicado. Solo hace falta prestar atención y seguir unos sencillos consejos. Pero antes de empezar, vamos a aclarar conceptos.

Plata de ley

La plata es un metal noble maleable algo más duro que el oro y se puede encontrar en abundancia en diferentes zonas del planeta, como México, Guatemala, Perú, Argentina, Rusia, Suecia y Australia. Se clasifica en función de su pureza y se ha utilizado tradicionalmente para fabricar objetos, joyas y monedas. La plata más empleada en joyería es la llamada plata de ley o 925 (sterling silver), que contiene un 92,5% de plata y un 7,5% de cobre. Por encima están la 999, la 958 y la 950, muy empleadas en vajillas antiguas y en la fabricación de monedas, y en un nivel inferior se sitúa la 835, que es una aleación de plata común.

Toda la plata se oscurece por efecto de la oxidación, pero eso no es negativo. Basta con frotarla con un paño para que vuelva a recuperar su brillo natural.

Trucos para identificar la plata

Existen diversos métodos para reconocer los objetos y joyas de plata. A veces, con una breve ojeada es suficiente, pero en ocasiones hay que realizar más de una prueba para llegar a conclusiones fiables.

Sello de autenticidad

Los objetos de plata suelen llevar gravado un sello de autenticidad, que informa sobre la pureza del metal. Para observar claramente la marca, muchas veces es necesaria una lupa. En las cadenas y pulseras, el sello suele colocarse en el cierre, que es la parte más ancha y permite la estampación.

Pero el sello no siempre está presente. Cuando la pieza de plata es muy pequeña, como ocurre en joyería, a veces no se introduce la marca por falta de espacio. Entonces es preciso recurrir a otros trucos.

La prueba del sonido

Si tienes un oído fino, te resultará interesante hacer esta prueba. Coge una moneda de plata y déjala caer desde una altura de unos 15 cm. Si la pieza es auténtica, hará un ruido que recordará al de una campana, pero si en lugar de plata es una aleación de otros metales, el sonido será más grave.

Ese sonido particular de la plata se precia especialmente cuando entra en contacto con otro metal. Coge dos monedas de plata y golpéalas entre sí, verás el sonido que producen.

La prueba del hielo

La plata guarda una importante similitud con la alpaca, otro material muy utilizado en joyería. Para distinguir una de otra, el mejor aliado es el hielo. La plata es un gran conductor del calor y es capaz de hacer que el hielo se derrita en cuestión de segundos. Para comprobarlo, solo tienes que coger un cubito y colocar encima una pieza de plata. El hielo empezará a derretirse inmediatamente, mientras que con la alpaca eso no sucede. Eso sí, la prueba solo puede hacerse con piezas de plata algo grandes, como monedas o barras; con joyas, es más complicado apreciar los efectos.

La prueba de la lejía

¿Has manipulado lejía alguna vez llevando puesto un anillo de plata? Si la joya se ennegreció, no hay duda: es de plata auténtica. El motivo de esa reacción está en la capacidad de oxidación de la plata. Este metal noble se oxida y pierde brillo con rapidez y la lejía es el mejor producto para comprobar ese efecto.

La prueba del imán

La plata es un metal paramagnético, es decir, no siente una atracción fuerte hacia los imanes. Por eso, si colocamos una joya de plata en contacto con un imán, en principio no debería adherirse a él de forma firme. Si el magnetismo es intenso, entonces seguramente estaremos ante un material con componente de hierro.

Esta prueba no es definitoria porque hay materiales parecidos a la plata que tampoco reaccionan ante un imán. Por eso es interesante realizar además otras comprobaciones.

Pruebas más complejas

Al margen de las pruebas de tipo "casero", los especialistas utilizan a menudo otro tipo de métodos para comprobar la autenticidad de la plata. Uno de ellos consiste en aplicar sobre la plata una solución química especial, que provocará una reacción y modificará el color del metal. Previamente habrá que realizar un arañazo sobre la pieza que permita la absorción del ácido. Si el metal se torna rojizo, marrón o verde, se trata de plata, pero si adopta un tono amarillo, marrón oscuro o azul, estaremos ante una pieza de estaño, latón o níquel.

Para evitar posibles engaños a la hora de comprar joyas de plata, lo mejor es dirigirse a tiendas de confianza.

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