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“Si no lees el periódico, no estás informado. Si lees el periódico, estás mal informado.” Mark Twain

Las causas de la derrota del PP y sus consecuencias (I)

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Seguramente, muchos que ahora se lamentan de la derrota del PP en estas recientes elecciones, en las que el PSOE ha conseguido una importante victoria, no por esperada, menos lacerante para aquellos que tenemos un concepto nada favorable de la figura del señor Pedro Sánchez y de lo que es capaz de hacer, teniendo en sus manos la llave del Tesoro Público, del CIS, de la economía y del gasto social. Si a todo ello le añadimos un control férreo de la prensa y de las TV, unos de sus más valiosos colaboradores a la hora de formar la opinión pública en dos aspectos sumamente importantes: el de destacar aquellos logros que nunca ha conseguido pero de los que sigue presumiendo ( acuérdense de su doctorado puesto en cuestión por las importantes partes que copió de fuentes externas), y, en segundo lugar, en lograr poner a una parte importante de los españoles, en contra de la derecha, incluso a muchos de los que, hasta la fecha, venían confiando en ella y votándola, que ahora estarán tentados de pedir la dimisión del señor Casado, le criticarán no haber contado con los restos del marianismo o su insistencia machacona en su intención de aplicar el 155 a Cataluña, si ganaba las elecciones.


Pero nadie ha tenido en cuenta que Pablo Sánchez apenas hace unos pocos meses que asumió su cargo, que sus cambios los ha tenido que hacer a contrapelo de la “vieja guardia sorayista” y que los acontecimientos se han precipitado de tal forma que las improvisaciones, los errores, las inevitables equivocaciones de novato y la labor de zapa de amigos y enemigos, son capaces de hacer mella en cualquiera que todavía, aun siendo un experimentado político, es susceptible de cometer cuando se asume, por primera vez, un cargo de tanta responsabilidad como ha sido la presidencia del PP. En un comentario que publicamos en este mismo medio el20 de noviembre del 2018 decíamos textualmente:


“Los miembros del PP y todos los que le siguen, han de tener el convencimiento de que no se le puede pedir a la dirección actual que saque un buen resultado en las elecciones andaluzas porque, ni en los mejores tiempos del PP, en aquel feudo socialista, en el que se tienen comprados los votos de todos los enchufados en la administraciones públicas gracias a tener el carné del partido o todos aquellos beneficiados por los PER, acostumbrados a sólo trabajar una parte, pequeña parte del año y luego vivir de subvenciones públicas que, naturalmente, pagamos entre todos los españoles, consiguieron superar al PSOE. Tampoco en las próximas autonómicas y municipales, el PP estará en condiciones de sacar unos buenos resultados y bueno sería que consiguiera evitar una fuerte caída respecto a elecciones anteriores. Eso sí, lo que se ha de trabajar, donde está el quid de la cuestión será, sin duda alguna, en los comicios del 2020 que será donde verdaderamente se podrá valorar la labor de Casado en cuanto a recuperar los votos perdidos durante los últimos años por el PP.”


No debiéramos, ahora, en unos momentos extremadamente delicados para el PP y su continuidad, como partido refugio del centro derecha español, incurrir en el error de entrar a saco contra el señor Casado cuando ha sido una persona que ha puesto todo su empeño en una campaña que, a todas luces, le venía a contrapié, sin haberle dado apenas tiempo a poder hacerse con todos los resortes del partido. Ahora corresponde aguantar y dar tiempo al tiempo, aunque en la próximas elecciones municipales los resultados sigan siendo adversos, algo sumamente probable después de haber sufrido el actual descalabro electoral. Sólo aquellos inaccesibles al desaliento podían esperar una recuperación tan rápida, cuando llevamos años en los que la corrupción dentro del partido ha sido, desgraciadamente, una constante entre muchos de sus mandos, sin que el señor Rajoy y sus consejeros tuvieran el buen sentido de afrontar dicha lacra de cara, sin subterfugios ni martingalas que, como suele suceder, fueron denunciadas causando todavía un mal mayor que si se hubieran afrontado, desde un principio, sin buscar justificación alguna a algo que no la tenía.


Esta derrota, evidentemente no deseada y, a nuestro criterio, excesivamente humillante, conociendo el trabajo de zapa, la acción constante de la prensa recordando la corrupción entre los populares, (curiosamente vean lo poco que se ha hablado de los EREs del PSOE en Andalucía) y ante la evidente desventaja de que, el 90% de las cadenas televisivas, han colaborado en desprestigiar a Casado y su partido, como lo han hecho con VOX que, pese a todo, ha conseguido un meritorio resultado que le ha permitido, situar a 24 de sus representantes en el Congreso. Claro que, al señor Casado, como al perro viejo, todo han sido pulgas como ha sido la actitud agresiva del señor Rivera, más preocupado de hacerse con el centro derecha que de “echar fuera al señor Sánchez” como no se ha cansado de repetir durante toda la campaña. Es evidente que VOX ha perjudicado al PP, aunque estaría por ver si los que han votado a dicha formación hubieran votado al PP o, simplemente, se hubieran abstenido; pero nadie puede eximir al señor Albert Rivera de ser uno de los culpables, podríamos llamarlo fuego “amigo”, de desprestigiar al PP, especialmente en los dos debates de final de campaña, donde se puede decir que enfocó su artillería contra el PP en lugar de hacerlo contra sus enemigos naturales, las izquierdas.


Es evidente que, dentro del PP, se deberán tomar medidas, se deben analizar detalladamente todos los errores cometidos en campaña, se debe hacer, en lo que corresponda, una nueva composición de lugar y fijarse nuevas metas que, sin abandonar los valores esenciales del PP, sean la nueva senda que se deba adoptar para, sin prisas y sin pausas, ir recuperando la confianza de sus antiguos votantes, muchos de ellos captados por Ciudadanos en una inútil lucha fratricida que nunca debió tener lugar. Pero ello debe ir acompañado con un fair play dentro de su directiva y sus organizaciones territoriales que les aparten de cualquier tentación suicida de empezar a intentar derribar la actual directiva, lo que no conduciría a otra cosa que a la completa destrucción y desmembración del partido que, hoy por hoy, sigue siendo el único partido de derechas que queda en España.


Puede que queden algunos años de hacer penitencia y que los resultados no sean los que se quisiera que se produjeran, pero no debemos olvidarnos de que, los que han vencido, los socialistas y algunos de los separatistas, tienen ante ellos un panorama muy negro, los unos que van a tener que hacer frente a todas las promesas que han estado haciendo utilizadas como placebo para atraer el voto de todos aquellos insensatos que se han creído sus promesas; los otros porque todavía confían que este nuevo gobierno los va a indultar, algo que han evitado negar pero que, sin duda, si se llegara a materializar en el caso de que los encausados fueran condenados, les va a comportar una importante falta de credibilidad, que les puede suponer un gravoso lastre para seguir manteniéndose al frente del Gobierno de la nación. Una parte importante del pueblo español, no el de izquierdas ni los dos millones de separatistas que están en Cataluña, no admitiría de buena gana y sin considerarlo una traición a loa nación española, al hecho de que, si los separatistas fueran condenados con importantes penas de prisión, por el TS, el Gobierno socialista los indultara, con la particularidad de que todos ellos ya han anunciado recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya que, de hacerlo, sería propinarle al TS, uno de los poderes del Estado, una sonora bofetada a la efectividad de sus sentencias y el cumplimiento de las mismas, un desaire a la Justicia por parte del Ejecutivo...


Pero, no solamente lo que ha pasado en España, con ocasión de las elecciones, sino también su nuevo panorama político, la nueva composición del Congreso y el Senado, la posible participación en un gobierno del PSOE y de sus aliados, los de Podemos, y el aspecto económico, social, industrial, financiero, internacional, de relaciones con la UE y, especialmente, las nuevas modificaciones fiscales que ya se nos anunciaron por el último gobierno del PSOE. Creo que vale la pena que, desde este punto de vista de un simple ciudadanos de a pie, les echemos un repaso para intentar prever lo que nos espera durante estos larguísimos cuatro años que vamos a tener que aguantar bajo la batuta del señor Pedro Sánchez y todos los que forman parte de su camarilla de ayudantes. Por ello seguiremos insistiendo en el tema en un nuevo comentario si, D.M. tenemos la ocasión de poder hacerlo.



O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, interrumpiremos este comentario en este punto, para seguir con él en próximas entregas.


Las causas de la derrota del PP y sus consecuencias (I)

“Si no lees el periódico, no estás informado. Si lees el periódico, estás mal informado.” Mark Twain
Miguel Massanet
martes, 30 de abril de 2019, 16:27 h (CET)

Seguramente, muchos que ahora se lamentan de la derrota del PP en estas recientes elecciones, en las que el PSOE ha conseguido una importante victoria, no por esperada, menos lacerante para aquellos que tenemos un concepto nada favorable de la figura del señor Pedro Sánchez y de lo que es capaz de hacer, teniendo en sus manos la llave del Tesoro Público, del CIS, de la economía y del gasto social. Si a todo ello le añadimos un control férreo de la prensa y de las TV, unos de sus más valiosos colaboradores a la hora de formar la opinión pública en dos aspectos sumamente importantes: el de destacar aquellos logros que nunca ha conseguido pero de los que sigue presumiendo ( acuérdense de su doctorado puesto en cuestión por las importantes partes que copió de fuentes externas), y, en segundo lugar, en lograr poner a una parte importante de los españoles, en contra de la derecha, incluso a muchos de los que, hasta la fecha, venían confiando en ella y votándola, que ahora estarán tentados de pedir la dimisión del señor Casado, le criticarán no haber contado con los restos del marianismo o su insistencia machacona en su intención de aplicar el 155 a Cataluña, si ganaba las elecciones.


Pero nadie ha tenido en cuenta que Pablo Sánchez apenas hace unos pocos meses que asumió su cargo, que sus cambios los ha tenido que hacer a contrapelo de la “vieja guardia sorayista” y que los acontecimientos se han precipitado de tal forma que las improvisaciones, los errores, las inevitables equivocaciones de novato y la labor de zapa de amigos y enemigos, son capaces de hacer mella en cualquiera que todavía, aun siendo un experimentado político, es susceptible de cometer cuando se asume, por primera vez, un cargo de tanta responsabilidad como ha sido la presidencia del PP. En un comentario que publicamos en este mismo medio el20 de noviembre del 2018 decíamos textualmente:


“Los miembros del PP y todos los que le siguen, han de tener el convencimiento de que no se le puede pedir a la dirección actual que saque un buen resultado en las elecciones andaluzas porque, ni en los mejores tiempos del PP, en aquel feudo socialista, en el que se tienen comprados los votos de todos los enchufados en la administraciones públicas gracias a tener el carné del partido o todos aquellos beneficiados por los PER, acostumbrados a sólo trabajar una parte, pequeña parte del año y luego vivir de subvenciones públicas que, naturalmente, pagamos entre todos los españoles, consiguieron superar al PSOE. Tampoco en las próximas autonómicas y municipales, el PP estará en condiciones de sacar unos buenos resultados y bueno sería que consiguiera evitar una fuerte caída respecto a elecciones anteriores. Eso sí, lo que se ha de trabajar, donde está el quid de la cuestión será, sin duda alguna, en los comicios del 2020 que será donde verdaderamente se podrá valorar la labor de Casado en cuanto a recuperar los votos perdidos durante los últimos años por el PP.”


No debiéramos, ahora, en unos momentos extremadamente delicados para el PP y su continuidad, como partido refugio del centro derecha español, incurrir en el error de entrar a saco contra el señor Casado cuando ha sido una persona que ha puesto todo su empeño en una campaña que, a todas luces, le venía a contrapié, sin haberle dado apenas tiempo a poder hacerse con todos los resortes del partido. Ahora corresponde aguantar y dar tiempo al tiempo, aunque en la próximas elecciones municipales los resultados sigan siendo adversos, algo sumamente probable después de haber sufrido el actual descalabro electoral. Sólo aquellos inaccesibles al desaliento podían esperar una recuperación tan rápida, cuando llevamos años en los que la corrupción dentro del partido ha sido, desgraciadamente, una constante entre muchos de sus mandos, sin que el señor Rajoy y sus consejeros tuvieran el buen sentido de afrontar dicha lacra de cara, sin subterfugios ni martingalas que, como suele suceder, fueron denunciadas causando todavía un mal mayor que si se hubieran afrontado, desde un principio, sin buscar justificación alguna a algo que no la tenía.


Esta derrota, evidentemente no deseada y, a nuestro criterio, excesivamente humillante, conociendo el trabajo de zapa, la acción constante de la prensa recordando la corrupción entre los populares, (curiosamente vean lo poco que se ha hablado de los EREs del PSOE en Andalucía) y ante la evidente desventaja de que, el 90% de las cadenas televisivas, han colaborado en desprestigiar a Casado y su partido, como lo han hecho con VOX que, pese a todo, ha conseguido un meritorio resultado que le ha permitido, situar a 24 de sus representantes en el Congreso. Claro que, al señor Casado, como al perro viejo, todo han sido pulgas como ha sido la actitud agresiva del señor Rivera, más preocupado de hacerse con el centro derecha que de “echar fuera al señor Sánchez” como no se ha cansado de repetir durante toda la campaña. Es evidente que VOX ha perjudicado al PP, aunque estaría por ver si los que han votado a dicha formación hubieran votado al PP o, simplemente, se hubieran abstenido; pero nadie puede eximir al señor Albert Rivera de ser uno de los culpables, podríamos llamarlo fuego “amigo”, de desprestigiar al PP, especialmente en los dos debates de final de campaña, donde se puede decir que enfocó su artillería contra el PP en lugar de hacerlo contra sus enemigos naturales, las izquierdas.


Es evidente que, dentro del PP, se deberán tomar medidas, se deben analizar detalladamente todos los errores cometidos en campaña, se debe hacer, en lo que corresponda, una nueva composición de lugar y fijarse nuevas metas que, sin abandonar los valores esenciales del PP, sean la nueva senda que se deba adoptar para, sin prisas y sin pausas, ir recuperando la confianza de sus antiguos votantes, muchos de ellos captados por Ciudadanos en una inútil lucha fratricida que nunca debió tener lugar. Pero ello debe ir acompañado con un fair play dentro de su directiva y sus organizaciones territoriales que les aparten de cualquier tentación suicida de empezar a intentar derribar la actual directiva, lo que no conduciría a otra cosa que a la completa destrucción y desmembración del partido que, hoy por hoy, sigue siendo el único partido de derechas que queda en España.


Puede que queden algunos años de hacer penitencia y que los resultados no sean los que se quisiera que se produjeran, pero no debemos olvidarnos de que, los que han vencido, los socialistas y algunos de los separatistas, tienen ante ellos un panorama muy negro, los unos que van a tener que hacer frente a todas las promesas que han estado haciendo utilizadas como placebo para atraer el voto de todos aquellos insensatos que se han creído sus promesas; los otros porque todavía confían que este nuevo gobierno los va a indultar, algo que han evitado negar pero que, sin duda, si se llegara a materializar en el caso de que los encausados fueran condenados, les va a comportar una importante falta de credibilidad, que les puede suponer un gravoso lastre para seguir manteniéndose al frente del Gobierno de la nación. Una parte importante del pueblo español, no el de izquierdas ni los dos millones de separatistas que están en Cataluña, no admitiría de buena gana y sin considerarlo una traición a loa nación española, al hecho de que, si los separatistas fueran condenados con importantes penas de prisión, por el TS, el Gobierno socialista los indultara, con la particularidad de que todos ellos ya han anunciado recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya que, de hacerlo, sería propinarle al TS, uno de los poderes del Estado, una sonora bofetada a la efectividad de sus sentencias y el cumplimiento de las mismas, un desaire a la Justicia por parte del Ejecutivo...


Pero, no solamente lo que ha pasado en España, con ocasión de las elecciones, sino también su nuevo panorama político, la nueva composición del Congreso y el Senado, la posible participación en un gobierno del PSOE y de sus aliados, los de Podemos, y el aspecto económico, social, industrial, financiero, internacional, de relaciones con la UE y, especialmente, las nuevas modificaciones fiscales que ya se nos anunciaron por el último gobierno del PSOE. Creo que vale la pena que, desde este punto de vista de un simple ciudadanos de a pie, les echemos un repaso para intentar prever lo que nos espera durante estos larguísimos cuatro años que vamos a tener que aguantar bajo la batuta del señor Pedro Sánchez y todos los que forman parte de su camarilla de ayudantes. Por ello seguiremos insistiendo en el tema en un nuevo comentario si, D.M. tenemos la ocasión de poder hacerlo.



O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, interrumpiremos este comentario en este punto, para seguir con él en próximas entregas.


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