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Francisco Javier Ortega Smith-Molina de Vox de Valencia, el ignorante

Mohammed Khalid-Tánger, Valencia
Lectores
martes, 2 de abril de 2019, 17:39 h (CET)

Es tan ignorante el que dice eso como el exdelincuente que mata en nombre de un dios que desconoce, en Paris, Londres o Nice.

Es peor ignorante y usurero el que en nombre de un colectivo no menos ignorante usa la divinidad para intereses seculares. Porque se supone que un político aspirante a gestionar asuntos públicos en país desarrollado tiene más conocimiento y probablemente más formación que un pequeño delincuente rescatado que sacrifica su vida -que de sobra ya no tenía- sobre una acera cualquiera. Que Francisco Javier Ortega Smith-Molina de Vox de Valencia usa la religión para ganar votos, no sorprende tanto. Con tal de salirse con la suya, poco importa vender humo. Lo que más duele son los aplausos de un público sin referencia ni brújula.

La gente de España ha sufrido estos macabros discursos durante siglos. Pero siempre lo ha sabido superar. En el peor capítulo de la Inquisición, muchos españoles sabios, ricos y gente de a pie, exhibían su defensa al moro, algunos arriesgando mucho. Los españoles de hoy lo sabrán también superar. No son un rebaño ni se pueden usar como “La Ola”.

Francisco Javier Ortega Smith-Molina de Vox de Valencia cree que el público de Vox acude a sus mítines para ver una película de ciencia ficción. Elabora su discurso basándose sobre una realidad ficticia. Habla de “Catedrales sustituidas obligatoriamente por Mezquitas” de mujeres europeas obligadas a “cubrir su rostro con una tela negra y ser tratadas diez pasos atrás, peor que los camellos”. hahah; a mí personalmente me da risa ahí donde debe haber rabia.

Francisco Javier Ortega Smith-Molina de Vox de Valencia sabe que muy bien que ni en los países musulmanes se derriban Catedrales, ni las mujeres están en una situación peor que los camellos. Sabe también que los ciudadanos de la mayoría de los países musulmanes o árabes no se han topados nunca con un camello y que este animal de las arenas apenas se cita en las charlas cotidianas ni aparece en los libros de literatura y otros. Solo Hollywood lo sigue usando y filmando. Los españoles no son ignorantes y bien lo saben los que ahora recurren a este zumo-vino envenenado.


Smith-Molina de Vox de Valencia me recuerda los tribunales de la Inquisición torquemadeñas. Empezaron con los españoles musulmanes que no abandonaron su tierra natal. Luego pasaron a los españoles de pura cepa incluso a sus propios frailes y sacerdotes por supuestas herejías al dogma ortodoxo. Hoy, el enemigo común es el musulmán. Mañana ¿quién lo será? ¿a quién le va a tocar servir de leña para mantener ardiente el fuego ?

En el ranking de los pueblos donde más florece el rechazo racista y el discurso de odio, Espana está siempre en la cola.

En Marruecos dice un refrán: cuando más se oye el sonido del tambor, mas se acerca a su fin. El ruido-sonido de los
Vox y compañía se oyen mucho últimamente. El tambor llega a su fin.

“Seremos más fuertes frente al enemigo común que tiene un nombre muy claro y yo no dejaré de decirlo en todas las intervenciones. Nuestro enemigo común, el enemigo de Europa, el enemigo de la libertad, el enemigo del progreso, el enemigo de la democracia, el enemigo de la familia, el enemigo de la vida, el enemigo del futuro se llama la invasión se llama la invasión islamista, y nosotros (aplausos).

Está en juego lo que entendemos o lo que conocemos como la civilización. Esta seriamente amenazada, pero no estamos solos como os digo, bien lo sabéis, cada vez más Europeos se están poniendo en pie porque están sufriendo en sus ciudades, en sus calles y en sus barrios, lo que significa la aplicación de la sharia y no están dispuestos, a que se derribe sus Catedrales para ser sustituidas obligatoriamente por Mezquitas. No están dispuestos a que sus mujeres tengan que cubrir su rostro con una tela negra y ser tratadas diez pasos atrás, peor que los camellos. No están dispuestos a que se acabe con lo que entendemos por civilización por respeto a los derechos y a la libertad. “

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Hay noticias que rayan el insulto y el desprecio hacia quienes se dirigen. Que son asumidas como una verdad irrefutable y que en ese globo sonda enviado no tiene la menor respuesta indignada de quienes las reciben. El problema, por tanto, no es la noticia en sí, sino la palpable realidad de que han convertido al ciudadano en un tipo pusilánime. En un mendigo de migajas a quien los grandes poderes han decidido convertirle, toda su vida, en un esclavo del trabajo.

La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.

Frente a las amenazas del poder, siempre funcionaron los contrapesos. Hacen posible la libertad individual, que es la única real, aunque veces no seamos conscientes de la misma, pues se trata de una condición, como la salud, que solo se valora cuando se pierde. Los tiranos, o aspirantes a serlo, persiguen siempre el objetivo de concentrar todos los poderes. Para evitar que lo logren, están los contrapesos.

 
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