En las urnas es donde se expresa lo que quieren los ciudadanos. Ciudadanos, PP y Vox son los tres que parece que tendrán la mayoría de escaños, según indican los sondeos, ya en el comienzo de la precampaña, puesto que son tres partidos contra dos, si no contamos a los independentistas que pueden lograr pactar con el PSOE para reeditar una improbable mayoría para gobernar. Esta parece la alternativa más difícil. Y de materializarse tendría posibles consecuencias negativas para la estabilidad política de otro mandato de Pedro Sánchez al frente del país. Si no consigue el apoyo de los escaños o representantes independentistas para la aprobación de los Presupuestos y para otras medidas sociales y políticas podemos volver al estancamiento actual.
Me parece que la ciudadanía española debería pensar esto e intentar con sus votos que esto no suceda. Porque se entraría en un bucle de repetición de elecciones que es posible, pero inadecuado, porque supone la inacción política. Ya sé que la libertad de voto no puede estar supeditada al interés general. Especialmente, si se considera que gane el bloque que sea, de derecha o de izquierda, lo racional es que llegue al poder y gobierne para todos los españoles y sobre todo con políticas sociales manteniendo, al mismo tiempo, la unidad territorial de nuestro Estado. Considero que lo fundamental es la actitud firme ante el desafío secesionista sin aplicación del 155 o con utilización del mismo. Lo decisivo es que no se rompa España.
Ciudadanos ya ha afirmado que no hará pacto con el PSOE, pero está por ver, ya que si con la unión de los escaños de ambos partidos y alguno más dispusieran de 176 escaños que es la mayoría absoluta probablemente se reconsideraría lo ya expresado.
El resultado de las elecciones generales del 28 de abril, según encuestas y sondeos, puede ser muy ajustado, aunque los analistas consideran que va a ganar claramente el bloque de centroderecha y que superará la mayoría necesaria para poder gobernar.
Otra cuestión diferente es que los porcentajes de escaños que logre cada partido pueden ser, en algunos casos, similares. Porque se van a dispersar mucho los millones de votos con los resultados que obtenga Vox, que puede, tal vez, jugar un papel de bisagra clave.
Puede ser que los escaños de los independentistas y de Vox sean los que determinen que Gobierno va a dirigir el destino de España. En cualquier caso, gane el bloque de la derecha o el de la izquierda, los ciudadanos se merecen una política que deje de lado todo lo que no sea la aprobación de medidas económicas de tipo social que favorezcan la justicia social y que tengan en cuenta la situación de los millones de desempleados.
El paro es un problema atroz y se debe garantizar que nadie queda desamparado ante un desempleo prolongado. Son urgentes las medidas sociales también para garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas. La asistencia sanitaria debe ser más eficiente y esto se logra, si se dedica más dinero a la Sanidad. Las listas de espera y los tiempos para la atención especializada deben acortarse mucho más para ponernos al nivel, por ejemplo, de Bélgica y de otros países europeos como los nórdicos.
En Educación también es necesaria una mayor inversión económica para mejorar los resultados educativos y crear unas mejores condiciones. Por ejemplo, las 18 horas lectivas, menor ratio de alumnos por aula, etcétera. En definitiva, el programa social necesario para relanzar España pasa por muchas iniciativas y medidas.
La mejora de las comunicaciones especialmente de las aéreas, especialmente en comunidades como el Principado de Asturias es absolutamente indispensable para el progreso general y para la creación de riqueza y empleo.
Y el Gobierno que ocupe la Moncloa debería ponerse a la tarea, ya que los ciudadanos españoles no pueden esperar más. Podemos estar en el inicio de un camino de creación de nuevas oportunidades para las jóvenes generaciones y para todas las personas que vivimos en España. Si queremos ponernos al nivel de las naciones más avanzadas y prósperas del mundo la ciencia y la tecnología son nuestras aliadas.
“El poder y el dinero todo lo corrompe”. Esta afirmación, que podría parecer una sentencia amarga o una exageración pesimista, se revela cada vez más como una radiografía certera del tiempo que habitamos. Nunca antes habíamos tenido tantos recursos tecnológicos, tanto conocimiento científico, tantas herramientas para construir un mundo justo y sostenible. Y, sin embargo, el presente se parece más a una distopía en cámara lenta que a un avance hacia la equidad y la paz.
Cada mañana, a primera hora, puedo observar cómo un tractor se ocupa de limpiar las playas de mi paraíso particular a fin de dejarlas tersas e impolutas. Coincide su paso por mis “dominios” con la caminata matutina que aprovecho para pensar. Su presencia y actividad, me da ideas que me invitan a imitarle. Me inspiran para intentar realizar en mi mente una labor similar a la que el tractor efectúa cada jornada.
En la vida siempre he sido pragmático, es decir, he procurado ser práctico, y ser práctico te conduce a ser útil. Cuando eres joven y estás estudiando, puedes tener toques idealistas, es normal, pero siempre había algún profesor que “te advertía” que uno siempre acaba siendo práctico y “amas” ser práctico.