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Algo habrá que hacer para que el 2019 sea mejor que el 2018

A ver cómo los ciudadanos (esta palabra incluye a hombres y mujeres) podemos conseguir que los políticos trabajen por el bien común
Francisco Rodríguez
viernes, 28 de diciembre de 2018, 00:00 h (CET)

Las cosas importantes no podemos dejarlas en manos de los políticos y menos en políticos que andan siempre peleándose, preocupados más por las próximas elecciones que del bien común, aunque ellos digan lo contrario.


Para mí son cosas importantes la familia en que nací y la que yo formé, la lengua que hablo, el español, que me permite entenderme con cientos de millones de personas del otro lado del Atlántico, mi país con su historia, sus paisajes y sus diferentes tradiciones o las creencias y valores que me ayudan a vivir y a distinguir el bien del mal.


Pues todas esas cosas andan los políticos manoseándolas, cambiándolas y dictando leyes en las Cortes y en los mini-parlamentos de cada autonomía. Lo mismo legislan sobre el sexo, sobre la familia, sobre la educación, sobre el feminismo y el machismo y sobre cómo tenemos que hablar pasando por encima de la Real Academia.


Se dedican a reescribir la historia a su capricho, igual que en la novela de Orwell -1984- y también reinventan un neo-lenguaje, cansado y repetitivo. Por favor, dejen la historia para los historiadores debidamente acreditados y cesen de querer desenterrar muertos y airear odios y enemistades que ya estaban olvidados.


En el lejano mayo del 68 se decía aquello de “prohibido prohibir” pero cada día hay algún partido que se le ocurre prohibirnos algo o imponernos algo y lo consiguen siempre que obtengan la aquiescencia de cualquier parlamento o parlamentillo y hasta las corporaciones municipales dictan ordenanzas de lo más variado, pero siempre con una carga económica para el ciudadano.


En los tiempos del imperio español en América los gobernantes eran sometidos al llamado juicio de residencia por el que cualquier perjudicado por su gobernanza podía reclamar ante la corona- Ahora cada vez que termina una legislatura, tendríamos que hacer un severo juicio y mirar con lupa lo realizado por el partido gobernante, las promesas incumplidas, las deudas que resulten de su administración, las corrupciones y corruptelas,,, e inhabilitar por largo tiempo a tales gobernantes para continuar en política.


Siempre que llega el fin de un año se nos habla de los presupuestos a aprobar aunque yo preferiría que antes se presentara una cuenta de resultados para saber cuánto pagamos los ciudadanos y como se emplearon nuestros dineros, si se gastó más en mantener el aparato que en realizar obras necesarias o cómo se hizo la redistribución de la renta detraída vía impuestos. Esta cuenta de resultados sería más difícil de aprobar si los ciudadanos tuviéramos unos representantes que en verdad nos representaran.


Creo que sobran páginas en los boletines oficiales. A ver si el año próximo alguien se dedica a publicar en tales boletines la derogación de todas las leyes, decretos y órdenes inútiles y también la eliminación de las administraciones paralelas e inútiles que tanto abundan. Hay que evitar que consuman la riqueza que unos producen aquellos que no producen nada útil, salvo que estén impedidos para el trabajo.


Vamos a ver si logramos un 2019 mejor que este que se acaba.

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