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Los "pobres", no son solo los de condición indigente, sino los de corazón indigente

Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXVIII)

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Veíamos ayer que es importante entender correctamente qué es lo que quiere decir el Papa al censurar el neo-gnosticismo y el neo-pelagianismo actuales. También hemos visto que no se ha entendido bien en sectores conservadores qué es lo que ha querido decir el Papa, quizá porque no se prestó suficiente atención a la carta Placuit Deo. También vimos ayer esa velada alusión a determinados grupos, el Opus Dei entre ellos, contenida entre los puntos 35 y 62 de la Exhortación Gaudete et Exultate.


Copio parte del n.35 para que se vea por donde va la crítica del pontífice hacia estas dos "falsificaciones de la santidad":

"Veamos estas dos formas de seguridad doctrinal o disciplinaria que dan lugar a un elitismo narcisista y autoritario donde en lugar de evangelizar, lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia, se gastan las energías en controlar. En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente".

Cualquiera que conozca mínimamente el Opus Dei, reconocerá que aquí el Papa le ha hecho un retrato a su medida y a la de su fundador. Tantos años controlando la vida más íntima de sus miembros y de los que no lo son, tantos años considerándose superiores a los demás, propietarios de las almas de los demás y de sus discernimientos, como si solo ellos fueran "propietarios" del Espíritu Santo, como si solo ellos supieran lo que los demás tienen que pensar, que decir y que hacer; tantos años analizando, clasificando y juzgando a los demás; ... todo ello tenía que terminar por pasar factura.


Estas palabras del Papa parecen un resumen de los miles de páginas de queja que desde hace casi 20 años llevan vertiéndose en OpusLibros mientras desde el Opus Dei siguen con aquella frase, mal atribuida al Quijote: "ladran, luego cabalgamos".


He oído alguna crítica hacia OpusLibros en la que se sostiene que se dedican a revolver la mierda. Y yo me pregunto: ¿Acaso Nuestro Señor no se dedicaba a lo mismo respecto de los fariseos y doctores de la ley de Israel? ¿Acaso la retirada de la mierda no empieza por una remoción de la misma? ¿Qué es peor, revolver la mierda o no revolverla? Por otra parte, esa mierda no es de OpusLibros, sino del Opus Dei; es decir, son los del Opus Dei los propietarios de esa mierda, conseguida por usucapión; es decir, que era una mierda que no era de nadie y ellos voluntariamente se la han apropiado a pulso y voluntariamente. Yendo a lo esencial, sostengo que lo peor es la mierda en sí misma, no llevar a cabo operaciones con ella. Lo malo es tener mierda bajo el culo, eso es lo malo. Revolverla es algo accidental. Si se considera que revolver la mierda es algo reprochable, ¿acaso no es más reprochable encubrir la mierda, de manera análoga al cuento en el que el rey estaba desnudo y nadie se atrevía a proclamarlo?


Me da alegría que tantos años de queja, aparentemente estéril, por parte de personas espiritualmente heridas, fruto de los estragos producidos por estos malos pastores de la Iglesia, hayan encontrado eco en el corazón del Papa. Los "pobres", como él ha indicado muchas veces, no son solo los de condición indigente, sino los de corazón indigente. Los pobres no son solamente los que tienen pocos medios económicos, sino aquellos con quienes se ha practicado "la cultura del descarte", aquellos a quienes se les ha "exprimido como un limón" y luego se les ha abandonado; aquellos a quienes se les ha tratado con supuesta "caridad", pero no con "cariño". De todo esto, el Opus Dei "sabe mucho", aunque prohíba a sus miembros abrir la página de OpusLibros.


Siempre ha sido característico de quien obra mal, pretender por todos los medios ocultar sus actuaciones y el fruto amargo de sus actuaciones.


Sacar a relucir toda esa porquería no es algo de simple mal gusto o pretensiones tóxicas, y mucho menos resentimiento de nada. Es simplemente no cerrar los ojos a la realidad; es amar a la Iglesia, como el Papa Benedicto XIV, que por amor a la Iglesia sacó a relucir toda la mierda de los abusos de curas pederastas que durante años fueron encubiertos por Juan Pablo II.


Cualquiera que se meta en la página web del Opus Dei, encontrará ahí una institución idílica, llena de gente feliz, sonriente, perteneciente a un "mundo feliz". En la página OpusLibros están los heridos y cadáveres que el Opus Dei ha dejado en la cuneta mientras ellos "cabalgan".


Me parece bien que el Papa se haga eco de esto, como se hizo eco de los muertos en las pateras frente a Lampedusa, o de los espiritualmente heridos por abusos de curas pederastas; me parece bien que las preferencias del Papa en sus viajes apostólicos hayan sido países tan pobres que incluso la mayoría de la gente no sabía ni que existiesen.



La carta del Papa, evidentemente, no se detiene solo en los neo-pelagianos y neo-gnósticos. A estas desviaciones de la santidad solo dedica los números que ya he mencionado, del 35 al 62, pero pienso que es bueno que lo haya hecho. El tono general de la carta es positivo y entusiasmante. Dejo para mañana un pequeño comentario, solo sobre estos números, pero sin perder de vista el tono general.


Opus Dei: Comentario crítico a una carta (XXVIII)

Los "pobres", no son solo los de condición indigente, sino los de corazón indigente
Redacción
jueves, 5 de julio de 2018, 06:52 h (CET)

Veíamos ayer que es importante entender correctamente qué es lo que quiere decir el Papa al censurar el neo-gnosticismo y el neo-pelagianismo actuales. También hemos visto que no se ha entendido bien en sectores conservadores qué es lo que ha querido decir el Papa, quizá porque no se prestó suficiente atención a la carta Placuit Deo. También vimos ayer esa velada alusión a determinados grupos, el Opus Dei entre ellos, contenida entre los puntos 35 y 62 de la Exhortación Gaudete et Exultate.


Copio parte del n.35 para que se vea por donde va la crítica del pontífice hacia estas dos "falsificaciones de la santidad":

"Veamos estas dos formas de seguridad doctrinal o disciplinaria que dan lugar a un elitismo narcisista y autoritario donde en lugar de evangelizar, lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia, se gastan las energías en controlar. En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente".

Cualquiera que conozca mínimamente el Opus Dei, reconocerá que aquí el Papa le ha hecho un retrato a su medida y a la de su fundador. Tantos años controlando la vida más íntima de sus miembros y de los que no lo son, tantos años considerándose superiores a los demás, propietarios de las almas de los demás y de sus discernimientos, como si solo ellos fueran "propietarios" del Espíritu Santo, como si solo ellos supieran lo que los demás tienen que pensar, que decir y que hacer; tantos años analizando, clasificando y juzgando a los demás; ... todo ello tenía que terminar por pasar factura.


Estas palabras del Papa parecen un resumen de los miles de páginas de queja que desde hace casi 20 años llevan vertiéndose en OpusLibros mientras desde el Opus Dei siguen con aquella frase, mal atribuida al Quijote: "ladran, luego cabalgamos".


He oído alguna crítica hacia OpusLibros en la que se sostiene que se dedican a revolver la mierda. Y yo me pregunto: ¿Acaso Nuestro Señor no se dedicaba a lo mismo respecto de los fariseos y doctores de la ley de Israel? ¿Acaso la retirada de la mierda no empieza por una remoción de la misma? ¿Qué es peor, revolver la mierda o no revolverla? Por otra parte, esa mierda no es de OpusLibros, sino del Opus Dei; es decir, son los del Opus Dei los propietarios de esa mierda, conseguida por usucapión; es decir, que era una mierda que no era de nadie y ellos voluntariamente se la han apropiado a pulso y voluntariamente. Yendo a lo esencial, sostengo que lo peor es la mierda en sí misma, no llevar a cabo operaciones con ella. Lo malo es tener mierda bajo el culo, eso es lo malo. Revolverla es algo accidental. Si se considera que revolver la mierda es algo reprochable, ¿acaso no es más reprochable encubrir la mierda, de manera análoga al cuento en el que el rey estaba desnudo y nadie se atrevía a proclamarlo?


Me da alegría que tantos años de queja, aparentemente estéril, por parte de personas espiritualmente heridas, fruto de los estragos producidos por estos malos pastores de la Iglesia, hayan encontrado eco en el corazón del Papa. Los "pobres", como él ha indicado muchas veces, no son solo los de condición indigente, sino los de corazón indigente. Los pobres no son solamente los que tienen pocos medios económicos, sino aquellos con quienes se ha practicado "la cultura del descarte", aquellos a quienes se les ha "exprimido como un limón" y luego se les ha abandonado; aquellos a quienes se les ha tratado con supuesta "caridad", pero no con "cariño". De todo esto, el Opus Dei "sabe mucho", aunque prohíba a sus miembros abrir la página de OpusLibros.


Siempre ha sido característico de quien obra mal, pretender por todos los medios ocultar sus actuaciones y el fruto amargo de sus actuaciones.


Sacar a relucir toda esa porquería no es algo de simple mal gusto o pretensiones tóxicas, y mucho menos resentimiento de nada. Es simplemente no cerrar los ojos a la realidad; es amar a la Iglesia, como el Papa Benedicto XIV, que por amor a la Iglesia sacó a relucir toda la mierda de los abusos de curas pederastas que durante años fueron encubiertos por Juan Pablo II.


Cualquiera que se meta en la página web del Opus Dei, encontrará ahí una institución idílica, llena de gente feliz, sonriente, perteneciente a un "mundo feliz". En la página OpusLibros están los heridos y cadáveres que el Opus Dei ha dejado en la cuneta mientras ellos "cabalgan".


Me parece bien que el Papa se haga eco de esto, como se hizo eco de los muertos en las pateras frente a Lampedusa, o de los espiritualmente heridos por abusos de curas pederastas; me parece bien que las preferencias del Papa en sus viajes apostólicos hayan sido países tan pobres que incluso la mayoría de la gente no sabía ni que existiesen.



La carta del Papa, evidentemente, no se detiene solo en los neo-pelagianos y neo-gnósticos. A estas desviaciones de la santidad solo dedica los números que ya he mencionado, del 35 al 62, pero pienso que es bueno que lo haya hecho. El tono general de la carta es positivo y entusiasmante. Dejo para mañana un pequeño comentario, solo sobre estos números, pero sin perder de vista el tono general.


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