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Opinión
Etiquetas | Política | Unión Europea | Pedro Sánchez | Inmigración
Merkel alivia su incómoda situación debida al millón de inmigrantes que, temerariamente, se ofreció a aceptar, enviándonos a España a los que los alemanes han decidido rechazar

Sánchez acepta guetos de inmigrantes a cambio de ayudas económicas

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La primera aparición de verdadera importancia con la que P.Sánchez se ha estrenado en la CE, ha demostrado que, en manos de los veteranos como Francia, Alemania o, incluso, la Italia del señor Salvini, no ha sido más que un juguete al que le han encargado la parte más incómoda del acuerdo que, los que se califican a sí mismos como defensores de una política “de aceptación controlada de migrantes”, se han aprovechado de su bisoñez en asuntos internaciones para, con suma habilidad, todo hay que decirlo, le han endosado el “ marrón” que seguramente nadie estaba dispuesto a aceptar, al menos dentro de Europa, de hacerse cargo de este invento de reunir a todos los inmigrante que vayan llegando en grandes espacios (¿cerrados o abiertos?) de internamiento que, aunque en principio se consideran de tipo provisional, mientras se identifican a los que vayan llegando, se averigua su procedencia y si son verdaderamente candidatos al derecho de asilo por ser víctimas de persecuciones o forman parte de aquellos que se han visto obligados a huir de sus países de origen a causa de las guerras, genocidios o hambrunas que se hayan visto obligados a padecer o simplemente buscan una vida mejor en Europa.


Claro que lo que está buscando el presidente del gobierno de España , a causa de su debilidad para presentar nuevas leyes en la cámara legislativa, es hacerse notar, conseguir las fotografías con los líderes de los distintos gobiernos europeos y aparecer como alguien que tiene proyectos aunque, en definitiva, acabe metiendo la pata aceptando formar parte de un plan que, a todas vistas, está condenado a fracasar; como lo fue el que pretendió poner en práctica la UE cuando le ofreció 30.000 millones a Turquía para que recogiese la avalancha de migrantes que amenazaban las fronteras de los países del este de Europa, como consecuencia de las salvajadas cometidas por el EI en su guerra en Siria y en Irak. Soluciones con las que las naciones de la vieja Europa, aquellas que tuvieron bajo sus pies, colonizándolas, a las naciones de las que ahora huyen aquellos ciudadanos que les temen más a quienes tomaron las riendas de aquellos gobiernos emancipados, que a aquellos que se aprovecharon de ellos durante años.


Y, ante la situación a la que estos días se ha visto enfrentado nuestro país; a nuestro presidente, Sánchez, no se le ha ocurrido otra decisión, luego que el señor ministro de asuntos exteriores, señor Borrell ( la única persona que se ha expresado con sentido común), se pronunciara sobre el permiso que se le dio al Aquarius para que arribase al puerto valenciano para dejar en él su carga de migrantes, como un acto meramente simbólico, destinado a concienciar al resto de Europa de sus responsabilidades versus las avalanchas de migrantes procedentes de Libia, lo que, para el señor ministro de AA.EE. no significaba que esta práctica se hiciera habitual en España, que, aparte de admitir la llegada de más migrantes que han sido rechazados en Italia y en Malta y que desembarcarán en Barcelona donde, otra de estas comunistas ”iluminadas”, la alcaldesa de la ciudad, una ególatra fanatizada y creída de que tiene el poder para legislar y tomar decisiones que no le competen, sin hacer caso a lo que son sus competencias y de lo que , evidentemente, sobrepasa su facultades de gestión; ha decidido dar cobijo a cuantos inmigrantes arriben al puerto de la ciudad, sin tener en cuenta las consecuencias, en muchos casos devastadoras, que una decisión tomada únicamente de cara a presentarse como la salvadora de los indigentes con el objetivo de conseguir los votos de aquellos que se creen que la misión de nuestra nación es la de aceptar a todos aquellos que decidan abandonar África para venirse a vivir con nosotros, a pesar de que seguimos siendo la nación de la CE que tenemos el mayor índice de desempleo.


Ahora, el señor Pedro Sánchez debería explicarnos, a todos los españoles, el motivo por el que España, una nación que ha venido siendo el foco de la migración procedente de los países de América del Sur y que, a través de nuestras fronteras en África, en las ciudades de Ceuta y Melilla, y nuestras localidades del sur de España han ido llegando, incesantemente, nuevas avalanchas de migrantes, que han convertido aquella parte del Sur de Europa en una de las que más movimiento de pateras y ataques a las fronteras hayan sufrido y, muy especialmente, desde que la llegada del Aquarios ha constituido, para los traficantes de personas, el gran efecto llamada que les ha señalado con claridad la nueva dirección, la menos peligrosa y la más sencilla de todas las posibles, para que los miles de migrantes que buscan salir del continente africano, elijan a nuestra nación como objetivo preferido para ser acogidos. Un país que, de pronto, simplemente porque no ha sabido negarse ante la señora Merkel, se deberá convertir en un nuevo santuario en el que vayan a tener cabida, además de los miles de inmigrantes que venimos recibiendo desde el Sur, de los que el efecto llamada nos va a seguir enviando procedentes de Libia y del resto de naciones conflictivas del este; vamos a tener que acoger a todos aquellos que nos van a enviar desde Alemania para que los enclaustremos en lugares de acogida, no sabemos cuántos, ni en qué lugares de nuestra geografía ni en qué condiciones o cantidades, o si van a estar en régimen de internado o van a poder circular libremente por todo el territorio nacional. No hace mucho se desembarcó una patera en la provincia de Cádiz cuyos ocupantes fueron internados en un CIE. Cuando se quisieron dar cuenta 70 de ellos se habían fugado para internarse en el interior de la península sin que se supiera su futuro paradero.


¿Qué va a pasar si, mientras se llevan a cabo las operaciones de identificación, comprobación de si son aspirantes a recibir acogida por causas que les den el derecho a la calidad de refugiado político o, por el contrario, formarán parte de aquellos que abandonaron sus países de origen para buscarse un mundo mejor en el que instalarse?, en cuyo caso, se deberá determinar si son devueltos al país de procedencia o, si se ignora cuál es éste, cuál será la resolución final en orden al destino de dicha persona. Se nos antoja y no podemos evitar recordar cuando los nazis, en Polonia, crearon el gueto para los judíos polacos, de los cuales el principal fue el creado en Varsovia en 1940, en el centro de la ciudad; cuando cerraron con muros todo un barrio en el que quedaron confinadas aquella pobres personas, obligadas a permanecer en él hasta que la autoridades les destinaran a otros lugares, generalmente a los campos de exterminio creados por los nazis para dicha finalidad.


¿Quiénes se harán cargo de la vigilancia, de las condiciones de los internados, de la seguridad dentro y fuera de dichos campamentos? Nos preocupa si el dinero que España va a recibir a cambio de acoger a los migrantes que los alemanes nos envíen, va a ser destinado a los gastos derivados del hospedaje, manutención, ocio, vigilancia y demás derivados de la acogida de dichas personas o si, por el contrario, van a servir para que el Gobierno continúe la labor de hacerse la propaganda a base de la demagogia, fácilmente aceptada por todos aquellos a los que se les ha enseñado a que la derecha, el orden, el trabajo y nuestras buenas relaciones con los países de nuestro entorno, no es lo que más le convienen al pueblo español que, según el criterio de las izquierdas españolas, no son más que paparruchas de los “ricachones” que pretenden que, sin trabajo, esfuerzo, preparación, interés y dedicación, no es posible que un país sea capaz de mejorar su nivel de vida y alcanzar la prosperidad para todos.


En realidad, sentimentalismos aparte, buenismos, hipocresía tendenciosa, y cargas de pesada demagogia propagandista, como, por cierto, estamos soportando estos últimos días a cargo de la TV1 ( ¿podemos imaginarnos que la TV1 no está dominada, desde siempre, por una camada de progresistas que se han dedicado a poner piedras en el camino de la derecha durante los pasados años del gobierno del PP?) y demás emisoras controladas por los progresistas, incluso radios como la COPE, en ausencia del señor Herrera, hay alguien que pueda creer que, admitiendo de forma indiscriminada a todos los que huyan de África o de Oriente Medio o atravesando el Atlántico desde Suramérica, cientos de miles o millones de personas de toda condición y admitiéndolos a todos, por muchos que sean, para ser sometidos a un cribado al estilo de lo que hicieron los americanos con la isla de Ellys en Nueva York, en la que miles de migrantes llegados de todas las partes del mundo eran retenidos hasta que se comprobara su procedencia, su historial, y todos aquellos datos que les permitían asegurarse, por los medios disponibles en aquellos tiempos, de que los que entraban en el país no eran unos indeseables, sino nuevos colonos que buscaban una nueva vida en la recién creada nación americana.


Es posible que no tardemos en comprobar que, toda esta euforia artificial con la que se pretende cazar a incautos para que voten a la izquierda, en unos pocos meses, a medida que se vaya imponiendo la realidad, como le sucedió a la Merkel en Alemania cuando los ciudadanos comprobaron la clase de gente que había entrado para complicarles la vida, intentar modificar sus costumbres o, incluso, poner en práctica hábitos bárbaros propios de salvajes cuando, en unas fiestas en Múnich, agredieron sexualmente a las ciudadanas alemanas.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, si queremos contemplar los acontecimientos de lo que sucede en nuestro país con la suficiente sensatez para poder eliminar lo superfluo y optar por lo razonable, nos daremos cuenta de que lo que, el señor Sánchez haya hecho en su reciente visita a la conferencia europea, para enfrentarse al tema de la inmigración indiscriminada que masivamente ha venido afectando a Europa, no ha sido más que someterse a lo que el señor Macron, la señora Merkel y todos aquellos que intentan evitar que el problema de la inmigración acabe con ellos, hayan encontrado la solución al conseguir, a cambio de algunos euros, que el grueso de la inmigración cambie de ruta y nos llegue directamente a España. ¡Menudo chollo!

Sánchez acepta guetos de inmigrantes a cambio de ayudas económicas

Merkel alivia su incómoda situación debida al millón de inmigrantes que, temerariamente, se ofreció a aceptar, enviándonos a España a los que los alemanes han decidido rechazar
Miguel Massanet
martes, 3 de julio de 2018, 09:52 h (CET)

La primera aparición de verdadera importancia con la que P.Sánchez se ha estrenado en la CE, ha demostrado que, en manos de los veteranos como Francia, Alemania o, incluso, la Italia del señor Salvini, no ha sido más que un juguete al que le han encargado la parte más incómoda del acuerdo que, los que se califican a sí mismos como defensores de una política “de aceptación controlada de migrantes”, se han aprovechado de su bisoñez en asuntos internaciones para, con suma habilidad, todo hay que decirlo, le han endosado el “ marrón” que seguramente nadie estaba dispuesto a aceptar, al menos dentro de Europa, de hacerse cargo de este invento de reunir a todos los inmigrante que vayan llegando en grandes espacios (¿cerrados o abiertos?) de internamiento que, aunque en principio se consideran de tipo provisional, mientras se identifican a los que vayan llegando, se averigua su procedencia y si son verdaderamente candidatos al derecho de asilo por ser víctimas de persecuciones o forman parte de aquellos que se han visto obligados a huir de sus países de origen a causa de las guerras, genocidios o hambrunas que se hayan visto obligados a padecer o simplemente buscan una vida mejor en Europa.


Claro que lo que está buscando el presidente del gobierno de España , a causa de su debilidad para presentar nuevas leyes en la cámara legislativa, es hacerse notar, conseguir las fotografías con los líderes de los distintos gobiernos europeos y aparecer como alguien que tiene proyectos aunque, en definitiva, acabe metiendo la pata aceptando formar parte de un plan que, a todas vistas, está condenado a fracasar; como lo fue el que pretendió poner en práctica la UE cuando le ofreció 30.000 millones a Turquía para que recogiese la avalancha de migrantes que amenazaban las fronteras de los países del este de Europa, como consecuencia de las salvajadas cometidas por el EI en su guerra en Siria y en Irak. Soluciones con las que las naciones de la vieja Europa, aquellas que tuvieron bajo sus pies, colonizándolas, a las naciones de las que ahora huyen aquellos ciudadanos que les temen más a quienes tomaron las riendas de aquellos gobiernos emancipados, que a aquellos que se aprovecharon de ellos durante años.


Y, ante la situación a la que estos días se ha visto enfrentado nuestro país; a nuestro presidente, Sánchez, no se le ha ocurrido otra decisión, luego que el señor ministro de asuntos exteriores, señor Borrell ( la única persona que se ha expresado con sentido común), se pronunciara sobre el permiso que se le dio al Aquarius para que arribase al puerto valenciano para dejar en él su carga de migrantes, como un acto meramente simbólico, destinado a concienciar al resto de Europa de sus responsabilidades versus las avalanchas de migrantes procedentes de Libia, lo que, para el señor ministro de AA.EE. no significaba que esta práctica se hiciera habitual en España, que, aparte de admitir la llegada de más migrantes que han sido rechazados en Italia y en Malta y que desembarcarán en Barcelona donde, otra de estas comunistas ”iluminadas”, la alcaldesa de la ciudad, una ególatra fanatizada y creída de que tiene el poder para legislar y tomar decisiones que no le competen, sin hacer caso a lo que son sus competencias y de lo que , evidentemente, sobrepasa su facultades de gestión; ha decidido dar cobijo a cuantos inmigrantes arriben al puerto de la ciudad, sin tener en cuenta las consecuencias, en muchos casos devastadoras, que una decisión tomada únicamente de cara a presentarse como la salvadora de los indigentes con el objetivo de conseguir los votos de aquellos que se creen que la misión de nuestra nación es la de aceptar a todos aquellos que decidan abandonar África para venirse a vivir con nosotros, a pesar de que seguimos siendo la nación de la CE que tenemos el mayor índice de desempleo.


Ahora, el señor Pedro Sánchez debería explicarnos, a todos los españoles, el motivo por el que España, una nación que ha venido siendo el foco de la migración procedente de los países de América del Sur y que, a través de nuestras fronteras en África, en las ciudades de Ceuta y Melilla, y nuestras localidades del sur de España han ido llegando, incesantemente, nuevas avalanchas de migrantes, que han convertido aquella parte del Sur de Europa en una de las que más movimiento de pateras y ataques a las fronteras hayan sufrido y, muy especialmente, desde que la llegada del Aquarios ha constituido, para los traficantes de personas, el gran efecto llamada que les ha señalado con claridad la nueva dirección, la menos peligrosa y la más sencilla de todas las posibles, para que los miles de migrantes que buscan salir del continente africano, elijan a nuestra nación como objetivo preferido para ser acogidos. Un país que, de pronto, simplemente porque no ha sabido negarse ante la señora Merkel, se deberá convertir en un nuevo santuario en el que vayan a tener cabida, además de los miles de inmigrantes que venimos recibiendo desde el Sur, de los que el efecto llamada nos va a seguir enviando procedentes de Libia y del resto de naciones conflictivas del este; vamos a tener que acoger a todos aquellos que nos van a enviar desde Alemania para que los enclaustremos en lugares de acogida, no sabemos cuántos, ni en qué lugares de nuestra geografía ni en qué condiciones o cantidades, o si van a estar en régimen de internado o van a poder circular libremente por todo el territorio nacional. No hace mucho se desembarcó una patera en la provincia de Cádiz cuyos ocupantes fueron internados en un CIE. Cuando se quisieron dar cuenta 70 de ellos se habían fugado para internarse en el interior de la península sin que se supiera su futuro paradero.


¿Qué va a pasar si, mientras se llevan a cabo las operaciones de identificación, comprobación de si son aspirantes a recibir acogida por causas que les den el derecho a la calidad de refugiado político o, por el contrario, formarán parte de aquellos que abandonaron sus países de origen para buscarse un mundo mejor en el que instalarse?, en cuyo caso, se deberá determinar si son devueltos al país de procedencia o, si se ignora cuál es éste, cuál será la resolución final en orden al destino de dicha persona. Se nos antoja y no podemos evitar recordar cuando los nazis, en Polonia, crearon el gueto para los judíos polacos, de los cuales el principal fue el creado en Varsovia en 1940, en el centro de la ciudad; cuando cerraron con muros todo un barrio en el que quedaron confinadas aquella pobres personas, obligadas a permanecer en él hasta que la autoridades les destinaran a otros lugares, generalmente a los campos de exterminio creados por los nazis para dicha finalidad.


¿Quiénes se harán cargo de la vigilancia, de las condiciones de los internados, de la seguridad dentro y fuera de dichos campamentos? Nos preocupa si el dinero que España va a recibir a cambio de acoger a los migrantes que los alemanes nos envíen, va a ser destinado a los gastos derivados del hospedaje, manutención, ocio, vigilancia y demás derivados de la acogida de dichas personas o si, por el contrario, van a servir para que el Gobierno continúe la labor de hacerse la propaganda a base de la demagogia, fácilmente aceptada por todos aquellos a los que se les ha enseñado a que la derecha, el orden, el trabajo y nuestras buenas relaciones con los países de nuestro entorno, no es lo que más le convienen al pueblo español que, según el criterio de las izquierdas españolas, no son más que paparruchas de los “ricachones” que pretenden que, sin trabajo, esfuerzo, preparación, interés y dedicación, no es posible que un país sea capaz de mejorar su nivel de vida y alcanzar la prosperidad para todos.


En realidad, sentimentalismos aparte, buenismos, hipocresía tendenciosa, y cargas de pesada demagogia propagandista, como, por cierto, estamos soportando estos últimos días a cargo de la TV1 ( ¿podemos imaginarnos que la TV1 no está dominada, desde siempre, por una camada de progresistas que se han dedicado a poner piedras en el camino de la derecha durante los pasados años del gobierno del PP?) y demás emisoras controladas por los progresistas, incluso radios como la COPE, en ausencia del señor Herrera, hay alguien que pueda creer que, admitiendo de forma indiscriminada a todos los que huyan de África o de Oriente Medio o atravesando el Atlántico desde Suramérica, cientos de miles o millones de personas de toda condición y admitiéndolos a todos, por muchos que sean, para ser sometidos a un cribado al estilo de lo que hicieron los americanos con la isla de Ellys en Nueva York, en la que miles de migrantes llegados de todas las partes del mundo eran retenidos hasta que se comprobara su procedencia, su historial, y todos aquellos datos que les permitían asegurarse, por los medios disponibles en aquellos tiempos, de que los que entraban en el país no eran unos indeseables, sino nuevos colonos que buscaban una nueva vida en la recién creada nación americana.


Es posible que no tardemos en comprobar que, toda esta euforia artificial con la que se pretende cazar a incautos para que voten a la izquierda, en unos pocos meses, a medida que se vaya imponiendo la realidad, como le sucedió a la Merkel en Alemania cuando los ciudadanos comprobaron la clase de gente que había entrado para complicarles la vida, intentar modificar sus costumbres o, incluso, poner en práctica hábitos bárbaros propios de salvajes cuando, en unas fiestas en Múnich, agredieron sexualmente a las ciudadanas alemanas.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, si queremos contemplar los acontecimientos de lo que sucede en nuestro país con la suficiente sensatez para poder eliminar lo superfluo y optar por lo razonable, nos daremos cuenta de que lo que, el señor Sánchez haya hecho en su reciente visita a la conferencia europea, para enfrentarse al tema de la inmigración indiscriminada que masivamente ha venido afectando a Europa, no ha sido más que someterse a lo que el señor Macron, la señora Merkel y todos aquellos que intentan evitar que el problema de la inmigración acabe con ellos, hayan encontrado la solución al conseguir, a cambio de algunos euros, que el grueso de la inmigración cambie de ruta y nos llegue directamente a España. ¡Menudo chollo!

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