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Tiempo de graduaciones, másteres, trabajos fin de grado, EBAU, memorias, proyectos…

Con el trasfondo social ciudadano, incluso burlesco de que otros lo han conseguido apenas por la cara
Nieves Fernández
miércoles, 13 de junio de 2018, 07:21 h (CET)

Locos andan los estudiantes en estas fechas, loco el profesorado para llegar a todo, y ese todo es la evaluación de tanto, la preparación de mucho más que tanto, poder llegar a lo que se acumula y hay que sacar a flote porque las fechas finales mandan. Trabajos fin de grado, memorias de prácticas, proyectos profesionales, esfuerzo, estudio, trabajo, tiempo, mucho tiempo… y con el trasfondo social ciudadano, incluso burlesco de que otros lo han conseguido apenas por la cara, apenas sin esfuerzo.


Gente joven motivada, pero también obligada a formarse, a dar el do de pecho en su especialidad, a redactar trabajos con esfuerzo, con muchas horas diurnas y nocturnas, a quitárselas al ocio que ellos mismos ven en amigos y compañeros que pasaron por ello o que por circunstancias no pueden llegar por falta de capacidad o de oportunidades.

Y los padres lo decimos orgullosos, mis hijos se gradúan. Entonces las redes sociales se llenan de bandas de colores que identifican las carreras cursadas, los estudios superiores. Otros lo harán después, en la fecha del patrón/a de la especialidad. Los másteres se definen con buenos resultados y esfuerzo, también económico, las prácticas en empresas se completan con cientos de horas invertidas, con exigencias por parte de los profesores y de jefes de empresa, exigentes siempre, pero comprensivos con su esfuerzo de FP.


Los másteres a veces duran todo un curso académico, no es moco de pavo llegar hasta ellos a modo de posgrado, siempre es una experiencia más que universitaria. Es el primer contacto con la empresa, donde unos oficiales o peones saben más de la vida práctica del trabajo que los novatillos de bata blanca que empiezan con todo un gran vademécum a sus teóricas espaldas.


Y cómo sufren algunos que aún no han llegado a ultimar sus exámenes de selección y reparto de carreras por culpa de filtrados de exámenes en la EBAU, justicia para ellos, justicia para las próximas oposiciones de docentes también injustas. Pena da saber que nuestros gobernantes no saben a veces impartirla y cargan contra los profesores de cualquier nivel sin imaginarse lo que tienen encima y debajo de sus horas lectivas y complementarias como un castigo; justicia para esos interinos desprestigiados porque cada año los necesitan más jóvenes, más preparados, más dispuestos a moverse por esta España nuestra de españoles por el mundo, olvidando la experiencia, en un mundo nacional con profesionales de usar y tirar a la sociedad de la basura, al tiempo que se limpia lo académico y profesional. Hacia eso van muchos graduados.


Y es que lo académico aburre hasta la saciedad, aunque haya huelgas para defenderlo, parece que lo importante son otros temas, por donde nos quieren guiar pero aquél, el académico es un mundo oculto, incomprendido, con esfuerzos habidos, con despedidas inimaginables, con ingentes trabajos finales por redactar y evaluar. Con excelencia y valores. 

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