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Patética justicia

Raúl Tristán
Redacción
domingo, 27 de noviembre de 2005, 07:06 h (CET)
El pasado día 24 se hicieron públicos los resultados del VI Informe de la Federación de Mujeres Progresistas, titulado "¿Es posible la esperanza?", y que reúne un total de 60 sentencias benévolas relativas a casos de violencia de género publicadas en medios de comunicación entre julio de 2004 y noviembre de 2005.

De la lectura minuciosa del informe podemos afirmar que el calificativo "benévolas" es un eufemismo que se nos antoja denigrante para las víctimas : se citan 21 sentencias que tienen como resultado la absolución del acusado, en 18 hay una minimización del delito y en 17 se llega a la rebaja de la condena. Juzguen por ustedes mismos:

- Se considera que el derecho laboral del maltratador está por encima de la imposición del alejamiento de su víctima

- Tan sólo cinco años por atar a la cama a su desgraciada víctima y apalearla. Lo llaman "detención ilegal".

- Le rebajan dos años de condena por lo que consideran es una "reparación del daño" y que no es sino indemnizar con cierta cantidad a los herederos de una mujer estrangulada y descuartizada. Y digo yo, ¿desde cuándo puede considerarse que en ese caso hay reparación del daño, un daño que es de todo punto irreparable?.

- Vergonzoso, humillante, de juzgado de guardia: rebajan la pena al agresor sexual que abusó de dos niñas de doce años por considerar que "no eran vulnerables"...

- Un abogado, condenado por maltrato habitual, se dedica a defender a víctimas de violencia de género ¿¿¿???.

- Patético: absuelven al acusado por exceso de folios y testigos y porque el presunto delito se limitaba al ámbito familiar...

Sin embargo, y a pesar de todo lo expuesto, podemos decir que caminamos hacia un futuro esperanzador. Sobre todo si analizamos el informe anterior, que daba cuenta de un total de 80 sentencias de las que 45 eran minimizadas (en general por considerar que no se da la categoría de delito sino simple falta; o se juzgan los hechos del momento y no se tienen en cuenta los años de malos tratos, palizas y amenazas continuadas; o se consideran a las diferentes víctimas del agresor como una sola y no se imponen penas aisladas por cada una de ellas); 23 rebajadas (por falta de intimidación, aunque se trate de niñas abusadas; o por falta de habitualidad, aunque se trate de malos tratos durante todo el matrimonio); y 11 absolutorias (basadas en que aunque hubo malos tratos habituales, cuando se produjeron el maltratador no convivía con la víctima; o por considerar que no hay malos tratos habituales ya que "solo la maltrataba en Navidad y en vacaciones"; o porque la mujer no daba la imagen de maltratada "y viste a la moda, con pulseras y llamativos pendientes"…).

Yo, por mi parte, creo que los jueces deberían de dejar de ser considerados como entes intocables, que se elevan por encima del bien y del mal, y cuyas decisiones y sentencias deben ser tenidas como palabra de Dios. Los jueces son humanos, y errare humanum est, que dice el adagio latino. Y si los que juzgan son humanos y pueden errar, deben de ser sacados de su error.

Digo más, mientras el errar sea involuntario es hasta cierto punto comprensible, pero cuando el error se comete a sabiendas, entonces deja de serlo para convertirse en el delito de prevaricación judicial del Artº. 446 del Código Penal, que exige que el juez o magistrado dictare "a sabiendas" sentencia o resolución injusta. Y ya se sabe, delito implica pena. Así pues, si se da este tipo de delito, que se de la pena correspondiente.

Que nadie quede por encima de la ley, ni siquiera aquellos que están acostumbrados a ser la ley.

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