Aunque la noticia es del día diez de noviembre, me acabo de enterar de que, por fin, alguien se ha decidido a meter en los tribunales a Asnar.
El pasado cinco de septiembre el juez titular del Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid, José Emilio Coronado Ruiz, abrió diligencias previas el pasado 5 de septiembre al ex presidente del Gobierno José María Asnar, en relación a una querella por presunto delito de infidelidad en la custodia de documentos, por el borrado de archivos informáticos realizado en el Palacio de la Moncloa tras perder el PP las elecciones de marzo de 2004.
No es, desde luego, una gran denuncia a primera vista. Aunque es bien cierto que, posiblemente, a través de esta denuncia se llegarán a cosas mayores, como por ejemplo, saber de verdad que pasó en las horas posteriores al atentado de Madrid. Parece que eso de la nueva conjura judeo – masónica que tanto cacarea el PP puede convertirse en un Watergate a la española si se demuestra que ese borrado de datos estaba relacionado con toda la trama del “Fue ETA, fue ETA”. Sin duda, si la denuncia sale adelante, no podrá hacer delante del juez lo mismo que hizo en la Comisión de Investigación, es decir, no contestar a nada de lo que se le preguntó.
También habrá que ver que tal sale la denuncia de Ricardo Royo contra Losantos por injurias a la Corona, cuando a Otegui se le ha condenado por decir mucho menos que, en palabras de uno de sus propios compañeros en la cadena, el rey de la maledicencia.
Parece que, por fin, en este país, la impunidad se va a acabar. Hablando de impunidad, habrá que ver que se hace con la memoria de los asesinados por el régimen franquista. Ya que no se puede condenar a sus asesinos, la inmensa mayoría han muerto en sus camas, que se le va a hacer, por lo menos no permitir que su memoria se olvide. Sería una buena idea convertir el Valle de los Caídos, monumento a la ignominia, en monumento a los Caídos, pero de verdad.
¿O no?