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MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, perdió votantes que en las últimas elecciones generales optaron por el PP, por el PSOE, por Vox y por Ciudadanos, y también entre quienes se abstuvieron, después de romper a finales de octubre las negociaciones para renovar el CGPJ debido a la intención del Gobierno de reformar el delito de sedición, que este jueves inició su tramitación parlamentaria.
Así lo permite deducir la comparación, realizadas por Servimedia, del Barómetro de noviembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) con la pregunta sobre intención de voto en unas elecciones generales que se incluyó en la Macroencuesta sobre tendencias en voto municipal del mismo organismo.
Se da la circunstancia de que las entrevistas para esta Macroencuesta se realizaron entre el 11 y el 26 de octubre, cuando el PSOE y el PP todavía estaban negociando la renovación del CGPJ, y las del último Barómetro del 2 al 12 de noviembre, cuando el intento postrero de sustituir a los vocales del órgano de gobierno de los jueces, cuyo mandato lleva casi cuatro años caducado, acababa de saltar por los aires.
La noche del 27 de octubre, justo después de finalizado el trabajo de campo del primer sondeo, los populares hicieron público el comunicado en el que declaraban suspendidas las conversaciones, alegando que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le había asegurado por teléfono a Feijóo que mantenía su intención de reformar el delito de sedición. Pocas veces una modificación en la tendencia de voto podrá atribuirse con mayor precisión a un suceso concreto.
Pues bien: el líder popular perdió apoyos por ese motivo tanto entre los electores del PP como entre los el PSOE y los de Vox. Así lo atestigua la respuesta espontánea de los interpelados, la única que se puede comparar por incluirse en los dos estudios. La Macroencuesta de tendencias de voto municipal no publica una estimación de voto en generales elaborada mediante "cocina" a partir de la intención directa más la simpatía, como sí ofrece el Barómetro de noviembre. Por tanto, sólo se puede comparar la intención.
BAJADA EN TODOS LOS FRENTES
Resulta que, justo antes de romper las negociaciones, a Feijóo le iba a votar el 82,4% de los electores del PP, y después de hacerlo sólo el 78,9%; el 49,1% de los de Ciudadanos, que bajaron nueve puntos, al 40,1%, tras la ruptura del diálogo; el 19,2% de los de Vox, que pasaron a ser el 15,5% en el Barómetro de noviembre; el 17,7% de los abstencionistas, rebajados al 12,6% después de abortar la renovación del CGPJ, y el 6,6% de los del PSOE, que se quedaron en el 4,8% cuando se evidenció que no habría acuerdo con el PSOE.
Fuera por la revelación de que barones autonómicos como Isabel Díaz Ayuso o medios de comunicación le habían empujado a tomar esa decisión, como quiso deslizar la izquierda para menoscabar su autoridad, o por cualquier otro motivo, parece que la decisión del presidente del PP no fue bien recibida por nadie, al menos en primera instancia.
Los efectos en la intención de voto al PSOE son más difíciles de medir, puesto que Sánchez no anunció formalmente que iba a acometer la reforma en la tipificación del delito de sedición hasta el pasado 10 de noviembre, fecha posterior al trabajo de campo de la Macroencuesta municipal y que sólo pudo influir en el ánimo de los ciudadanos a quienes el CIS preguntó en los últimos dos días de entrevistas para su Barómetro de noviembre.
En cualquier caso, los socialistas perdieron entre ambas encuestas un par de puntos en fidelidad de voto propio (del 69,9% al 67,7%) y tres en el proveniente de Unidas Podemos (del 12,4% al 9,5%), pero ganaron casi dos en el procedente de ERC (8,8% a 10,6%) y en torno a medio punto entre los antiguos votantes de Ciudadanos y los que el 10 de noviembre de 2019 se quedaron en casa. El porcentaje de electores arrebatados al PP se mantuvo en un ínfimo 1,1%.
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