 Desde el auge del diseño artesanal hasta la creciente demanda por soluciones personalizadas y sostenibles, el sector del merchandising textil ha experimentado una evolución significativa en las últimas décadas. En este contexto, surgieron iniciativas que apostaron por combinar creatividad, compromiso social y producción responsable. Una de ellas es Pegadas, una cooperativa gallega que desde 2005 se ha consolidado como un referente en la serigrafía textil y la personalización de productos como las camisetas personalizadas desde A Coruña. Su historia refleja el valor de las alianzas locales, el trabajo cooperativo y la apuesta por el diseño con identidad propia.
De taller autónomo a referencia del diseño personalizado
Pegadas nació como un pequeño taller impulsado por un grupo de profesionales comprometidos con el diseño gráfico y la producción artesanal. Desde sus inicios, apostaron por integrar la creatividad local con técnicas tradicionales como la serigrafía, a la vez que incorporaban herramientas modernas como la impresión digital, la sublimación y el grabado láser. Con el tiempo, su modelo de trabajo cooperativo atrajo a una amplia variedad de clientes, desde asociaciones culturales hasta marcas internacionales.
Entre sus colaboraciones destacan nombres como Estrella Galicia, Repsol y Zara Home, sin perder nunca el vínculo con iniciativas sociales, festivales y proyectos de barrio. Su capacidad de adaptarse a distintos formatos y necesidades les ha permitido diversificar su oferta sin abandonar su identidad artesanal y sostenible.
Compromiso con lo local, sostenible y cooperativo
Lo que distingue a Pegadas no es solo la calidad de sus productos, sino su visión de negocio basada en valores. Como cooperativa, prioriza el empleo digno, la participación equitativa y el impacto positivo en su entorno. Desde su sede en el polígono de Pocomaco, en A Coruña, la empresa promueve una economía circular mediante el uso de materiales responsables y procesos respetuosos con el medio ambiente.
La historia de Pegadas es un ejemplo de cómo el diseño puede ser motor de transformación social. A través de su evolución, esta cooperativa ha demostrado que es posible ofrecer productos personalizados de alta calidad sin renunciar a los principios de sostenibilidad, inclusión y arraigo territorial.
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