Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Mujer

Cada día quiero más a mi mujer

Pese a los mazazos de la vida hay quienes sonríen y muestran ganas de vivir
Jose Pérez Suria
viernes, 3 de mayo de 2013, 07:27 h (CET)
Hay días que quedan marcados por un hecho, un paisaje, una visita inesperada o por una frase. A veces, con el paso del tiempo los grandes acontecimientos pasan inadvertidos y recordamos con magna claridad una palabra, frase, mirada o el roce de una caricia que parecía pasar desapercibida y desvanecerse en el recuerdo, detalles de días que se presentaron como aburridos, ordinarios o simplemente comunes.

El pasado fin de semana, un amigo me invitó a una charla de esas que buscan completar facetas del ser humano a través del estudio y la reflexión. Todo aquello que tiene que ver con la educación integral del ser humano me interesa, seguramente por mi formación y labor docente. Además, ahora me puedo permitir el lujo de asistir a aquello que me interesa o me anima la curiosidad sin estar sujeto a una mejora del currículum académico, de la formación específica o con el objetivo de puntuar en unas oposiciones, tan sólo, aprender por el simple valor de aprender, en conclusión, a esas que asistes porque te da la gana.

El señor hablaba de valores, filosofía, formas de vivir y compartir, todo ligado al concepto de felicidad. El ponente mezclaba con armonía datos históricos, objetivos y académicos con anécdotas personales, algunas de las cuales parecían historias inventadas que ilustraban bien un concepto, término o explicación, además, de vez en cuando dejaba escapar una broma.

Aprecié sobremanera el esfuerzo que hacia por mantenernos enganchados a sus palabras, ya les digo, que es más difícil motivar que enseñar, si un docente o ponente motiva al final enseña. Llegados al ecuador del curso, el profesor se detuvo y entretuvo hablando de cómo cada día quería más a su mujer, la conversación era más o menos llana, hasta que al finalizar la misma dijo que su esposa había fallecido hacia cuatro años, y que a pesar de ello era feliz, inmensamente feliz, remarcó.

Supongo que tras la charla fui consciente de aquellas palabras, pero se equivocan, lo que me llegó, era recordar el ímpetu, la energía y la felicidad que desprendía al narrar aquello, más tarde recordé amigos cuya enfermedad decidió ponerles fecha de caducidad y que a pesar de ello viven o vivieron como si aquello no fuese con ellos, padres que sobrevivieron a la muerte de un hijo, un nieto, etc.

Claro que hay lágrimas, y gritos callados de rabia, de soledad, de impotencia, pero con todo ello, ríen y disfrutan de la vida. A veces, nos acomodamos tanto en el dolor, que pretendemos convertirnos en trovadores de esa enamorada platónica o nos recreamos en la compasión que despertamos en los demás, y en lugar de cambiar nuestra situación pretendemos que el resto nos entienda y compadezca. Así que recordé aquellas palabras de mi abuela que decía “que Dios no nos dé a tocar todo lo que el cuerpo puede soportar”, con lo que simplemente venia a decir, que el problema no es problema a no ser que te empecines en abordarlo como un problema y no como un reto.

Noticias relacionadas

Desde este pequeño atril de papel digital y con el permiso de los lectores presento una columna que puede producir dudas, pero también certezas. Siempre escribo con ilusión, como hace décadas se escribía con un lápiz mordido ahora convertido en lápiz digital y que intenta subrayar los ojos de los dispositivos para reflexionar.

El 25 de abril escribí y publiqué un artículo sobre el fallecimiento del papa Francisco, otro tanto hice el 2 de Mayo sobre la preparación del cónclave para la elección del nuevo papa que se celebró el 7 de mayo, y concluyó con la elección de León XIV. Por lo tanto era obligado cerrar esta trilogía, con quien ahora le corresponde gobernar la Barca de Pedro.

El nuevo papa forma parte de la congregación de los agustinos, una orden muy antigua de la iglesia católica que se inspira en la filosofía y la ética de San Agustín de Hipona, un religioso africano, seguramente berebere y casi con seguridad portador de rasgos físicos muy diferentes de aquellos con los que lo ha inmortalizado con el curso del tiempo la institucionalidad de Roma.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto