| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
Las palabras que encabezan el presente escrito habrían tenido interés hace unos años. La realidad actual las ha sobrepasado restándoles trascendencia: el fatalismo se ha hecho ideología. Quizás esta era la finalidad que se perseguía: “no nos molesten con problemas de procedimiento; estamos trabajando. Vds. sigan riendo”.
Todas las iglesias son maestras en crear imágenes truculentas, como la de los tres grandes enemigos del alma: Mundo, demonio y carne. Enlazándola con lo de Sodoma y Gomorra (¿se trato de rememorarlas en Japón?) nos permite imaginar cuál puede ser el castigo que recaería tanto sobre culpables como sobre inocentes.
|