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Francesc Fajula comienza su escrito: “Sicópatas en el poder”, así: “Motorista de mierda”. “Tú ¿qué pintas aquí? “Si no corriges los objetivos que te he mandado, te despediré”. “Entra en mi despacho que aquí no te puedo gritar porque hay gente”. Estas frases son ejemplos reales de conductas abusivas que, desgraciadamente todavía encontramos en las empresas.
Entrevistado por Lluís Alegret en una Contra de La vanguardia, Vicente Garrido, catedrático de Educación y Criminología, aporta un rayo de luz a la sicopatía. Define al sicópata: “Una configuración de personalidad caracterizada por el egocentrismo y narcicismo exagerado, una gran capacidad para la mentira y una incapacidad para percibir sentimientos morales”.
Ese "Señor", el Dios de la Biblia, es un psicópata de manual. Alguien que disfruta mintiendo, manipulando y agrediendo, causando terror a diestro y siniestro. Vive y disfruta en el conflicto y no en la paz, le fascina mantener a cuanta más gente aterrada ante su existencia y haciendo lo que él ordene, lo que se le ocurra, por caprichoso y estúpido que sea.
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