Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Portada
Etiquetas

El miedo a la peste

Antonio Pérez Henares
martes, 25 de febrero de 2020, 08:00 h (CET)

MADRID, 24 (OTR/PRESS) El miedo a la peste siempre está en un rincón de nuestro subconsciente esperando un pinchazo para desatarse e invadirnos. Es un miedo con fundamento. La peste, las pestes, mataban a mansalva, hasta proporciones de diezmar y hasta acabar casi por completo con poblaciones enteras. Desde que los hombres comenzamos a agruparnos y amontonarnos en poblados, ciudades y ahora megalópolis la posibilidad de contagio masivo hace que el miedo se dispare hasta el paroxismo.

Las pestes medievales presiden el imaginario relativo a aquella época pero es la pandemia más atroz sufrida por la humanidad, la bautizada como gripe española, otro sambenito que nos cargaron sin tener que ver con ello, la que planea sobre la memoria más reciente. El virus, las investigaciones apuntan que trasmitido por aves o por cerdos o por una mezcla de ambos, pasó de animales a humanos en los campamentos militares en Estados Unidos en 1917 y mutó letalmente en 2018 cuando a través de las tropas expedicionarias que desembarcaban en el puerto de Brest, en Francia, para ayudarles a combatir a los alemanes durante la I Guerra Mundial se extendió por Europa y el mundo. Causó ¡40 millones! de muertos.

Los avances científicos y médicos, la prevención y las vacunas han dejado atrás aquellas terroríficas mortandades y llevado a la percepción general una imagen de seguridad y, supuestamente, de inmunidad casi absoluta. En esa confianza viven o, mejor dicho, quieren vivir las sociedades avanzadas. Hemos interiorizado que nada, esa es la creencia establecida y hasta pregonada oficialmente, ni siquiera mínimamente parecido puede pasarnos ahora. Pero el miedo sigue latente. Y cuando en esa presunta seguridad total que las gentes asumen ya como un derecho se abre una grieta o cae un cascote, los cimientos tiemblan.

En estos años de atrás las diferentes alarmas, ¿se acuerdan de las vacas locas o de la gripe aviar? fueron replicadas con una verdadera explosión de sirenas mediáticas que sembraron pánicos y por ejemplo en España acabáramos comprando 17 millones de vacunas que no se usaron apenas y hubo que destruirlas luego casi en su totalidad. Curiosamente con el Coronavirus, aunque su carga letal era mucho mayor y su impacto se anunciaba como mucho más profundo y extenso, estaba sucediendo exactamente lo contrario. Era algo así como intentar convencernos de que eso era una "cosa china", de por allí lejos y que por aquí no iba a venir o en todo caso aparecer y despedirse. Durante estas semanas pasadas se ha producido esa sordina y nadie quería mirar a sus efectos o a su extensión. Todo parecía en calma, aunque no lo estuviera. Aunque se suspendiera el Mobile World en Barcelona, aunque surgiera algún contagio. Ni siquiera el dinero, tan cobarde, parecía asustarse a pesar de que, sin duda, el parón en el gigante chino iba a acabar por afectarnos a todos y que hoy la gran industria, y no digamos la española, es el turismo y que está a expensas de que la gente se mueva. Y esto lo que hace, en el mejor de los casos, es aconsejarle permanecer en casa y, en el peor, encerrada con prohibición de asomar siquiera y menos irse a dar vueltas por el mundo.

Así iban pasando los días, cuando de repente se abrió la espita y silbó la olla por el norte de Italia. Cuatro muertos, el carnaval de Venecia con mascarillas y el miedo larvado ha salido volando. De la "tranquilad", y hasta de las subidas, las bolsas pasaron al pánico y las pérdidas se desbocaron. Y ahora empezaremos a ver le miedo pasearse ya por las calles. El miedo ancestral a la peste. Se agrieta nuestra falsa pero asumida sensación de seguridad completa y de minimizarlo a entrar en una psicosis colectiva hay tan solo un suspiro. Ya ha sido.

Noticias relacionadas

El Juzgado Contencioso-Administrativo de Pontevedra ha anulado una factura de 15.600 € que pretendía cobrar la Distribuidora del grupo Naturgy alegando un “fraude eléctrico” que no ha podido demostrar en el juicio. En sentencia firme, UFD Distribución contra el recurso presentado ante la Resolución de la Xunta de Galicia, que daba la razón al titular del contrato de suministro y consideraba nula la refacturación practicada por alegar un ‘fraude eléctrico’ en el contador de electricidad.

Sí, me refiero a ti. A ese que de vez en cuando va a recoger a sus nietos al cole. A esos que están sentados en un banco de un jardín e incluso a los que están echando una partidita de dominó, esperando matar al contrario esos seis dobles que están a la expectativa, mirando de reojo al rival para que no le asesinen esa ficha adversa que todos no sabemos dónde meter cuando nos hunde la suerte en el reparto de fichas. A

La Asociación Mundial de Atletismo (World Athletics) publicó este jueves las conclusiones de un estudio realizado durante los Juegos Olímpicos de Paris 2024 con el objetivo de identificar y proteger a los atletas de los mensajes abusivos enviados a través de las plataformas de las redes sociales, siendo el racismo, con un 18%, y el abuso sexualizado (30%) los principales problemas.
 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto