Sinceramente, hoy me ha pasado algo bastante raro: no sabía sobre qué escribir. ¡Horror! El folio en blanco me ha transmitido el pánico de quien no tiene ni repajolera idea de qué hacer con él.
¿Cómo puede ser? ¡Con la de temas de actualidad que hay por ahí! Sin embargo, no se me ocurría absolutamente nada.
Como siempre, Internet, ese aliado fiel de quienes buscamos inspiración, me ha solventado la papeleta. No he tenido nada más que pinchar el link de una de esas múltiples páginas que la extrema derecha tiene diseminadas por el ciberespacio y ¡ahí estaba! Titular: El PP acusa al gobierno socialista de promocionar la violencia callejera con su propuesta de negociación.
¡Dios mío de mi vida! ¿Pero quién podía haber dicho esa ridiculez? Pues, sin duda alguna, cómo podía haber dudado yo ni un solo segundo, el padre de aquel vómito dialéctico era el polifacético presidente del PP de Vizcaya, Antonio Basagoiti.
Y es que uno, cuando se pasea por las latitudes derechistas de la red, no sabe si declaraciones tan estúpidas como las escupidas por Basagoiti responden a la capacidad mental de su emisor o, lo que parece más convincente, se deben a la necesidad patológica, de quienes se creen legítimos poseedores de la verdad absoluta, de criticar todo aquello que pueda ser criticado y achacar, aunque sean los problemas de su vecindad, al gobierno socialista más cercano.
Pero ¿acaso alguien puede creer cosas como esas? Por muy votante que uno sea de un partido determinado, eso no significa que tengas la obligación de creer todo lo que tus políticos te dicen y, mucho menos, si cada vez que abren la boca lo único que consiguen es hacer sentir al lector que le están llamando idiota a la cara.