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El rescate “directo” de los bancos españoles

El sillón del lunes

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En vista de la endémica mendacidad de nuestros políticos y de la ya pasmosa inopia, descuido y / o incompetencia de quienes quiera que sean los que redactan las noticias (¿Qué pasó con los periodistas? ¿Adónde fueron?), en vista de esto, vamos a intentar explicar, de un modo sencillo, en qué consiste eso de “recapitalizar los bancos de forma directa”.

Gran victoria de Rajoy, o no

Sí, por supuesto. Se trata de esa “gran victoria” que, supuestamente, ha conseguido Mariano Rajoy en la cumbre europea de este fin de semana. O quizá, dicen los socialistas, de una victoria del presidente francés F. Hollande (que no es español, ni falta que le hace, siendo socialista).

El primer rescate-préstamo

No se me hagan los despistados. Se trata de aquellos fondos de “hasta” cien mil millones (mejor, escribamos en número: 100.000.000.000) de euros, que la Unión Europea iba a prestar al Estado, para que el Estado, a su vez, lo prestase a los Bancos.

Este préstamo iba a contar como deuda pública (la cual, por tanto, iba a crecer, de golpe un 10%) y, a su vez, iba a significar que España se viera obligada a pagar más intereses, y por más tiempo, en cuanto a su deuda. Deuda financiada, tarde o temprano, recordemos, con nuestros impuestos.

Rescate directo

Ahora, junto a la victoria española en la Eurocopa, nos informan de lo mismo que nos dirían si la Eurocopa la hubiera ganado Italia. Por fin, la obtusa canciller alemana (¿saben, feministas radicales, lo que significa “cancillera”?) ha cedido y ha convenido en que los diversos fondos europeos de rescate financien a los bancos directamente, sin pasar por los Estados.

Este hecho tendrá la ventaja evidente, entonces, de que el importe del rescate (digo, del préstamo) ya no computa como deuda pública, sino como deuda privada de cada uno de los bancos rescatados.

Por tanto, al disminuir la deuda pública esperada, bajan los tipos de interés que los prestamistas (digo, los mercados) piden por la financiación de dicha deuda. Y, de ahí, habrá menos intereses a pagar, siempre vía impuestos tarde o temprano, en lo que respecta a la deuda del Estado.

Un extraño rescate, en verdad

Todos tan felices. Gobierno y oposición. Incluso, ambos tratando de apuntarse el mérito: “ya lo proponíamos nosotros desde un principio”, “nosotros lo habíamos incluido en el programa electoral” etc., etc.

Sin embargo, a poco se detenga uno a pensar, tiene que resultarle extraño, por fuerza, el hecho de que una entidades financieras españolas, que los sucesivos gobiernos han utilizado de forma fraudulenta (fraudes de los que han salido, no solo impunes, sino muy ricos, con la vida resuelta y con medallas al mérito) vayan a ser rescatadas a partir de unos “Fondos” que van a aparecer mágicamente en Bruselas (o en Luxemburgo o en Estrasburgo…).

Y que, además, mágicamente, todas estas entidades financieras van a mejorar de tal forma su negocio, que podrán devolver, sin excepción, el dinero prestado, en tiempo y forma; y que, por tanto, en ningún caso, el Estado tendrá que responsabilizarse de esa deuda.

Y todo ello, manteniendo en sus puestos a todos aquellos, gobierno y oposición, oposición y gobierno, que han llevado a la ruina a estas entidades y, de paso, al resto del país.

Fondos para los rescates

Profundicemos un poco, pues. El rescate, perdón, la recapitalización de la banca española se financiará a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), de forma provisional, hasta que pueda hacerse cargo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

El FEEF es una entidad jurídica temporal, con la forma de una Sociedad Anónima, cuyo principal objetivo, según sus Estatutos, consiste en preservar la estabilidad financiera en Europa, a través de préstamos a los Estados de la UE que se hallen en graves problemas económicos.

Este Fondo estaba llamado a desparecer, pues su función sería asumida por el MEDE, a partir del 1 de julio de 2012. El MEDE es una nueva entidad jurídica intergubernamental, dependiente del Consejo Europeo, cuyo objetivo consiste en convertir en permanente el mecanismo de ayuda financiera que se había instituido, de forma provisional, con el FEFF y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF).

No se preocupen por las siglas: todo confluirá en el MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad, que no se ha puesto en marcha aún por razones meramente técnicas y coyunturales.

Financiación de los fondos para los rescates

La cuestión clave reside aquí: ¿de donde sale el dinero del que dispone el MEDE? No es ningún secreto: el MEDE dispone, de momento, de un “presupuesto” de setecientos mil millones (en cifras, mejor: 700.000.000.000) de euros, de los cuales ochenta mil millones (80.000.000.000) de euros serán “capital desembolsado” y seiscientos veinte mil millones (620.000.000.000) de euros serán “capital exigible”.

Es decir, ochenta mil millones financiados a partir de aportaciones directas de los miembros de la UE (entre ellos, por supuesto, España), a partir de julio de 2013, y seiscientos veinte mil millones, en forma de compromisos de los Estados en la garantía de ese capital, que será obtenido, como siempre, mediante la emisión de bonos de deuda en el mercado (sí, en el mismo mercado de las “primas de riesgo”).

Consecuencias de este préstamo: dinero público sin control

En resolución, hay algunas consecuencias de las que no nos están informando.

En primer lugar, todo esto quiere decir que la banca española se va a recapitalizar “directamente” a partir de un Fondo Europeo al que España está obligada a aportar su parte correspondiente. Es decir, la banca se va a refinanciar con dinero público, pero fuera del control del Estado español. Gran victoria de nuestro presidente, sí.

Consecuencias de este préstamo: pérdida de soberanía y de democracia

En segundo lugar, es obvio que no todo el importe del rescate procederá de la contribución española. La gran mayoría procederá de las aportaciones de otros países como Alemania, Francia e, incluso, Italia. Pero, sobre todo, procederán de una emisión de deuda que, al estar respaldada por Alemania, será posible a un coste menor que aquel en el que incurre España cuando emite su deuda individualmente.

Esto quiere decir, ni más ni menos, que otros países que están gestionando mejor sus economías van a financiar la reestructuración del sector bancario español, porque España ya no lo puede hacer por sí misma. Por tanto, resulta obvio que el Consejo europeo asumirá el control, como poco, de la política financiera española. Se trata, pues, de una cesión de soberanía (olvídense de Gibraltar; esto es mucho peor), a favor de entidades continentales que no hemos elegido (y, en algunos casos, ni siquiera han sido elegidas democráticamente), que no solo acepta, sino que pide desesperadamente el gobierno actual. Otra gran victoria, sí. O alta traición, según como se mire.

Consecuencias de este préstamo: dependencia de otros centros de decisión

En tercer lugar, resulta altamente notable que no se haya impuesto a España, desde Europa, ninguna condición en cuanto a política territorial, ni en cuanto a política tributaria. Resulta notable, decíamos, dado que el modelo autonómico y la corrupción generalizada (no solo política) son reconocidos, desde el exterior, como los dos grandes problemas de España.

No hace muchos días, en carta abierta a A. Merkel, el profesor norteamericano D. Spengler pedía a la canciller (¿ya averiguaron qué significa “cancillera”?) que “dejara caer” a España. Y lo argumentaba apoyándose en esas mismas razones: el modelo autonómico, la corrupción generalizada, el hecho de que nadie controla el gasto de nadie, sin olvidar, como corolario, la incompetencia de nuestros gobernantes.

Consecuencias de este préstamo: mantenimiento de sillón

En fin, que, extrañamente, van a rescatar un país y van a consentir que sus dirigentes se mantengan en sus sillones (ese sillón tan anhelado por Rajoy y que tanto temía perder aquel lunes), conociendo perfectamente su nivel de incompetencia y de corrupción.

Personalmente, no alcanzo a comprender las razones, a no ser, simplemente, la de disponer de operarios fieles y obedientes a lo que ordene Europa, vengan las órdenes de donde vengan y las emita quien las emita.

Eso es todo, amigos

Así que este país, que se recuperó de una invasión musulmana, a través de ocho siglos, y revertió la islamización del reino ( el único en el mundo que lo ha conseguido), un país que soportó la carga principal de un imperio mundial, que sobrevivió al continuo asedio de la mayor Armada de la Historia, un país que no sucumbió a Napoleón, a pesar de que sus gobernantes no aguantaron al emperador ni siquiera una semana; un país que ha sobrevivido a los Borbones (de momento), que se levantó de una cruenta guerra civil, un país que ha dado a la Historia Universal una de sus líneas de fuerza principales, el país de Cervantes, Góngora, Quevedo y Calderón, el país de Machado, Lorca, de Ortega y de tantas glorias que dejo, con poco criterio, sin nombrar; ese país, quien iba a decirlo, ha venido a desaparecer a manos de estos incompetentes gobernantes nuestros. Con razón se dice aquello de que es más peligroso un estúpido que un malvado.

Y, nosotros, haciendo chistes sobre Sara Carbonero.

[A todo esto, Italia no será “rescatada”, de momento, de ninguna de las formas. Es igual: les ganamos 4-0. Que se fastidien…]

El sillón del lunes

El rescate “directo” de los bancos españoles
Felipe Muñoz
jueves, 5 de julio de 2012, 06:35 h (CET)
En vista de la endémica mendacidad de nuestros políticos y de la ya pasmosa inopia, descuido y / o incompetencia de quienes quiera que sean los que redactan las noticias (¿Qué pasó con los periodistas? ¿Adónde fueron?), en vista de esto, vamos a intentar explicar, de un modo sencillo, en qué consiste eso de “recapitalizar los bancos de forma directa”.

Gran victoria de Rajoy, o no

Sí, por supuesto. Se trata de esa “gran victoria” que, supuestamente, ha conseguido Mariano Rajoy en la cumbre europea de este fin de semana. O quizá, dicen los socialistas, de una victoria del presidente francés F. Hollande (que no es español, ni falta que le hace, siendo socialista).

El primer rescate-préstamo

No se me hagan los despistados. Se trata de aquellos fondos de “hasta” cien mil millones (mejor, escribamos en número: 100.000.000.000) de euros, que la Unión Europea iba a prestar al Estado, para que el Estado, a su vez, lo prestase a los Bancos.

Este préstamo iba a contar como deuda pública (la cual, por tanto, iba a crecer, de golpe un 10%) y, a su vez, iba a significar que España se viera obligada a pagar más intereses, y por más tiempo, en cuanto a su deuda. Deuda financiada, tarde o temprano, recordemos, con nuestros impuestos.

Rescate directo

Ahora, junto a la victoria española en la Eurocopa, nos informan de lo mismo que nos dirían si la Eurocopa la hubiera ganado Italia. Por fin, la obtusa canciller alemana (¿saben, feministas radicales, lo que significa “cancillera”?) ha cedido y ha convenido en que los diversos fondos europeos de rescate financien a los bancos directamente, sin pasar por los Estados.

Este hecho tendrá la ventaja evidente, entonces, de que el importe del rescate (digo, del préstamo) ya no computa como deuda pública, sino como deuda privada de cada uno de los bancos rescatados.

Por tanto, al disminuir la deuda pública esperada, bajan los tipos de interés que los prestamistas (digo, los mercados) piden por la financiación de dicha deuda. Y, de ahí, habrá menos intereses a pagar, siempre vía impuestos tarde o temprano, en lo que respecta a la deuda del Estado.

Un extraño rescate, en verdad

Todos tan felices. Gobierno y oposición. Incluso, ambos tratando de apuntarse el mérito: “ya lo proponíamos nosotros desde un principio”, “nosotros lo habíamos incluido en el programa electoral” etc., etc.

Sin embargo, a poco se detenga uno a pensar, tiene que resultarle extraño, por fuerza, el hecho de que una entidades financieras españolas, que los sucesivos gobiernos han utilizado de forma fraudulenta (fraudes de los que han salido, no solo impunes, sino muy ricos, con la vida resuelta y con medallas al mérito) vayan a ser rescatadas a partir de unos “Fondos” que van a aparecer mágicamente en Bruselas (o en Luxemburgo o en Estrasburgo…).

Y que, además, mágicamente, todas estas entidades financieras van a mejorar de tal forma su negocio, que podrán devolver, sin excepción, el dinero prestado, en tiempo y forma; y que, por tanto, en ningún caso, el Estado tendrá que responsabilizarse de esa deuda.

Y todo ello, manteniendo en sus puestos a todos aquellos, gobierno y oposición, oposición y gobierno, que han llevado a la ruina a estas entidades y, de paso, al resto del país.

Fondos para los rescates

Profundicemos un poco, pues. El rescate, perdón, la recapitalización de la banca española se financiará a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), de forma provisional, hasta que pueda hacerse cargo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

El FEEF es una entidad jurídica temporal, con la forma de una Sociedad Anónima, cuyo principal objetivo, según sus Estatutos, consiste en preservar la estabilidad financiera en Europa, a través de préstamos a los Estados de la UE que se hallen en graves problemas económicos.

Este Fondo estaba llamado a desparecer, pues su función sería asumida por el MEDE, a partir del 1 de julio de 2012. El MEDE es una nueva entidad jurídica intergubernamental, dependiente del Consejo Europeo, cuyo objetivo consiste en convertir en permanente el mecanismo de ayuda financiera que se había instituido, de forma provisional, con el FEFF y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF).

No se preocupen por las siglas: todo confluirá en el MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad, que no se ha puesto en marcha aún por razones meramente técnicas y coyunturales.

Financiación de los fondos para los rescates

La cuestión clave reside aquí: ¿de donde sale el dinero del que dispone el MEDE? No es ningún secreto: el MEDE dispone, de momento, de un “presupuesto” de setecientos mil millones (en cifras, mejor: 700.000.000.000) de euros, de los cuales ochenta mil millones (80.000.000.000) de euros serán “capital desembolsado” y seiscientos veinte mil millones (620.000.000.000) de euros serán “capital exigible”.

Es decir, ochenta mil millones financiados a partir de aportaciones directas de los miembros de la UE (entre ellos, por supuesto, España), a partir de julio de 2013, y seiscientos veinte mil millones, en forma de compromisos de los Estados en la garantía de ese capital, que será obtenido, como siempre, mediante la emisión de bonos de deuda en el mercado (sí, en el mismo mercado de las “primas de riesgo”).

Consecuencias de este préstamo: dinero público sin control

En resolución, hay algunas consecuencias de las que no nos están informando.

En primer lugar, todo esto quiere decir que la banca española se va a recapitalizar “directamente” a partir de un Fondo Europeo al que España está obligada a aportar su parte correspondiente. Es decir, la banca se va a refinanciar con dinero público, pero fuera del control del Estado español. Gran victoria de nuestro presidente, sí.

Consecuencias de este préstamo: pérdida de soberanía y de democracia

En segundo lugar, es obvio que no todo el importe del rescate procederá de la contribución española. La gran mayoría procederá de las aportaciones de otros países como Alemania, Francia e, incluso, Italia. Pero, sobre todo, procederán de una emisión de deuda que, al estar respaldada por Alemania, será posible a un coste menor que aquel en el que incurre España cuando emite su deuda individualmente.

Esto quiere decir, ni más ni menos, que otros países que están gestionando mejor sus economías van a financiar la reestructuración del sector bancario español, porque España ya no lo puede hacer por sí misma. Por tanto, resulta obvio que el Consejo europeo asumirá el control, como poco, de la política financiera española. Se trata, pues, de una cesión de soberanía (olvídense de Gibraltar; esto es mucho peor), a favor de entidades continentales que no hemos elegido (y, en algunos casos, ni siquiera han sido elegidas democráticamente), que no solo acepta, sino que pide desesperadamente el gobierno actual. Otra gran victoria, sí. O alta traición, según como se mire.

Consecuencias de este préstamo: dependencia de otros centros de decisión

En tercer lugar, resulta altamente notable que no se haya impuesto a España, desde Europa, ninguna condición en cuanto a política territorial, ni en cuanto a política tributaria. Resulta notable, decíamos, dado que el modelo autonómico y la corrupción generalizada (no solo política) son reconocidos, desde el exterior, como los dos grandes problemas de España.

No hace muchos días, en carta abierta a A. Merkel, el profesor norteamericano D. Spengler pedía a la canciller (¿ya averiguaron qué significa “cancillera”?) que “dejara caer” a España. Y lo argumentaba apoyándose en esas mismas razones: el modelo autonómico, la corrupción generalizada, el hecho de que nadie controla el gasto de nadie, sin olvidar, como corolario, la incompetencia de nuestros gobernantes.

Consecuencias de este préstamo: mantenimiento de sillón

En fin, que, extrañamente, van a rescatar un país y van a consentir que sus dirigentes se mantengan en sus sillones (ese sillón tan anhelado por Rajoy y que tanto temía perder aquel lunes), conociendo perfectamente su nivel de incompetencia y de corrupción.

Personalmente, no alcanzo a comprender las razones, a no ser, simplemente, la de disponer de operarios fieles y obedientes a lo que ordene Europa, vengan las órdenes de donde vengan y las emita quien las emita.

Eso es todo, amigos

Así que este país, que se recuperó de una invasión musulmana, a través de ocho siglos, y revertió la islamización del reino ( el único en el mundo que lo ha conseguido), un país que soportó la carga principal de un imperio mundial, que sobrevivió al continuo asedio de la mayor Armada de la Historia, un país que no sucumbió a Napoleón, a pesar de que sus gobernantes no aguantaron al emperador ni siquiera una semana; un país que ha sobrevivido a los Borbones (de momento), que se levantó de una cruenta guerra civil, un país que ha dado a la Historia Universal una de sus líneas de fuerza principales, el país de Cervantes, Góngora, Quevedo y Calderón, el país de Machado, Lorca, de Ortega y de tantas glorias que dejo, con poco criterio, sin nombrar; ese país, quien iba a decirlo, ha venido a desaparecer a manos de estos incompetentes gobernantes nuestros. Con razón se dice aquello de que es más peligroso un estúpido que un malvado.

Y, nosotros, haciendo chistes sobre Sara Carbonero.

[A todo esto, Italia no será “rescatada”, de momento, de ninguna de las formas. Es igual: les ganamos 4-0. Que se fastidien…]

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