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Opinión
Etiquetas | Argentina | España | Repsol | YPF
Argentina, según van demostrando los hechos, lo que ha hecho en realidad ha sido maniobrar arteramente para apropiarse por el artículo 33 de lo que no era suyo

YPF: llanto por un bandido

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No hace muchos días me contactaron desde una radio argentina para pedirme una opinión acerca del conflicto surgido como consecuencia de la expropiación (nacionalización, lo llamaron allá) de YPF, y, con todo gusto, aseveré que, para muchos de los españoles, se trataba exclusivamente de una pelea entre tiburones en la que debía mantenerse tan a salvo como ajena la relación entre las dos poblaciones, profundamente mestizadas y con una Historia común que desde hace poco más de dos siglos discurre bajo dos distintas banderas. En esa misma entrevista defendí que Argentina tenía, en mi opinión, todo el derecho del mundo a nacionalizar sus propias riquezas en beneficio de su pueblo –aunque dejé claro que dudaba mucho que tal cosa beneficiara a los argentinos, sino sólo a los “tiburones” argentinos-, siempre previo pago del justiprecio correspondiente.

Los días han ido pasando desde aquel suceso, y, lamentablemente, se han cumplido las peores expectativas. Las evidencias delatan que no se ha tratado de que Argentina deseara la nacionalización de sus recursos en beneficio de su pueblo, sino de una artera maniobra para expropiar a España únicamente, negándose ahora a pagar lo que corresponde en Justicia y convirtiendo la operación, así, en un simple y llano atraco. Un asalto en plan bandolero, por otra parte, que se ha visto completado con allanamientos ilegales, interrogatorios expeditos por parte de la policía de aquel país a ciudadanos españoles y en una serie de desinformaciones vertidas desde la prensa oficialista controlada por la Cámpora –movimiento controlado por Máximo Kirchner- y el partido en el gobierno de aquel país, para alentar a los ciudadanos contra los intereses generales de España -y tal vez contra los españoles en general-, a la vez que ese mismo gobierno emprendía ayer, en las personas de De Vido y Kicillof, una serie de reuniones con “otros” tiburones –no menos feroces que Repsol- para sustituir las inversiones españolas, imprescindibles para que YPF pueda siquiera funcionar. No se tratado, pues, de un interés nacional, sino de la orquestación de un saqueo no se sabe si pactado previamente, sustituyendo los intereses de una empresa española por los intereses de empresas norteamericanas, chinas y aún del mismo Mercosur, tales como Exxon, Conoco Phillips, Chevron, Petrobras, Ancap y aun Medanito, con las cuales están negociando las "autoridades" argentinas. En los próximos días veremos en qué bolsillo paran las acciones de Repsol y en qué otros bolsillos los de las imponentes comisiones y beneficios espurios que dimanarán, con toda seguridad, de todo esto.

Las ciudadanías argentina y española han sido timadas por esta operación de bandidaje de Estado con informaciones poco fiables o directamente manipuladas, si bien tanto más la población argentina por cuanto se la ha hecho creer con técnicas populistas y un emocional lavado de cerebro –revival del peronismo nacionalista de Evita que tanto daño les ha producido desde las Malvinas para acá- que les ha hecho creer que se estaban defendiendo los intereses nacionales contra los imperialistas españoles, cuando todo parece indicar que se trata de una operación de bandidaje en plan José María El Tempranillo, incluidos los trabucos naranjeros. Las fichas, como me temía entonces, se están colocando solas, y, a pesar que quise obviar intencionadamente, con el fin de evitar enconos innecesarios, los 654 millones de euros que los Kirchner percibieron y que nunca más aparecieron -¡desde hace 19 años!- con la venta de YPF a Repsol, y de la estrecha relación del señor Kicillof, nieto de un afamado rabino, con uno de los mayores accionistas –vale decir saqueadores- de Repsol (24,5% de las acciones), Esquenazi, el llamado banquero de los Kirchner, hoy convertido en el tercer accionista de YPF, justo por detrás del Estado Argentino (26% de las acciones) y de los ocho estados provinciales con petróleo (25% de las acciones). Un conocido sionista con propiedades así en constructoras paraestatales y hotelería como propietario de numerosos bancos, incluido el de la provincia de los Kirchner, Santa Cruz, y el cual tiene su domicilio en... ¡¡Nueva Zelanda!! Como diría nuestro insigne Quevedo: “Por resucitar está Lázaro, según hiede.”

El Tempranillo –natural de Jauja, Córdoba- tuvo en el sentir de las gentes su santuario, pues que le consideraban un bandido tan bueno como generoso (fue popular su proteccionismo con los débiles y su caballerosidad con las damas); el bandolerismo demostrado por la señora Kirchner, Kicillof y demás cohorte –algo parecido a la banda en que comenzara El Tempranillo: Los Siete Niños de Écija-, creyendo que viven en Jauja buscan también su santuario en su pueblo, aunque lo hacen en base a mentiras propagandísticas lanzadas desde sus medios y no porque todo este asunto les vaya a reportar a ese pueblo más beneficio que un nuevo fiasco de sus autoridades, que si unas autoridades malvendieron a contramano y por intereses espurios (comisiones) YPF, en el caso de Menem y de los propios Kirchner –reitero que aún no aparecieron los 654 millones de dólares que se les entregaron por la venta-, por intereses espurios se ha realizado, según lo van demostrando los hechos, esta expropiación de “únicamente” las acciones españolas, ya veremos por cuántos millones que se perderán por el camino.

Lamentablemente, la Historia se repite. Minutos antes de la entrevista que sostuve con la radio argentina que mencionaba, un periodista de aquél país que vive en España decía que los españoles estaban viviendo este asunto como si Repsol fueran nuestras Malvinas, y no pude evitar desmentirlo, intentando evitar así que los ciudadanos de uno u otro lado cayeran en la trampa artera del enfrentamiento. No; para los españoles la nacionalización de Repsol no era ni siquiera significativa, más allá de que fuera una empresa española que velaba sólo y únicamente por sus propios intereses. Sin embargo, a la vista de los hechos, y cuando sólo se han nacionalizado las acciones de la empresa española, manteniendo los intereses y aún mejorándolos de los otros socios como los mencionados, cuando se persigue a ciudadanos españoles sin siquiera dar cobertura legal a esos allanamientos de morada o a esos interrogatorios nada corteses que la policía local está practicando con total impunidad y cuando el Estado argentino consagra el atraco negándose a pagar, a la vez que ofende de palabra e insulta con sus soflamas victimistas no sólo a la inteligencia más elemental sino a todos los españoles con los discursos mitineros y barriobajeros del señor Kicillof y la señora Kirchner, no podemos sino mostrarnos, más que irritados, profundamente decepcionados, porque, efectivamente, la Historia se repite: aprovecharon hace algo más de doscientos años que España estaba inmersa en una cruenta guerra con Francia para independizarse (en beneficio de una exclusiva elite blanca , y no en beneficio del pueblo argentino o de los indios, los cuales fueron exterminados en los años siguientes), y vuelven a practicar algo parecido con los intereses españoles cuando España se encuentra en sus peores horas. Genios y figuras hasta la sepultura.

Buena parte del pueblo español vertió su llanto sin pudor por la muerte de aquel bandido bueno, El Tempranillo, cuando fue asesinado por la espalda por antiguo camarada de fechorías; pero dudo mucho que haya oportunidad de que los argentinos puedan hacer algo parecido por estos otros personajes, ofensivos y fraudulentos, que han perpetrado este atraco y entre los cuales, cuando llegue la hora del reparto del botín, comenzarán a dispararse por la espalda. Muchos es posible que lloren entonces, pero será de rabia por haber sido engañados.

Puedes conocer toda la obra de Ángel Ruiz Cediel: Un autor que no escribe para todos (Sólo para los muy entendidos)

YPF: llanto por un bandido

Argentina, según van demostrando los hechos, lo que ha hecho en realidad ha sido maniobrar arteramente para apropiarse por el artículo 33 de lo que no era suyo
Ángel Ruiz Cediel
martes, 24 de abril de 2012, 10:50 h (CET)
No hace muchos días me contactaron desde una radio argentina para pedirme una opinión acerca del conflicto surgido como consecuencia de la expropiación (nacionalización, lo llamaron allá) de YPF, y, con todo gusto, aseveré que, para muchos de los españoles, se trataba exclusivamente de una pelea entre tiburones en la que debía mantenerse tan a salvo como ajena la relación entre las dos poblaciones, profundamente mestizadas y con una Historia común que desde hace poco más de dos siglos discurre bajo dos distintas banderas. En esa misma entrevista defendí que Argentina tenía, en mi opinión, todo el derecho del mundo a nacionalizar sus propias riquezas en beneficio de su pueblo –aunque dejé claro que dudaba mucho que tal cosa beneficiara a los argentinos, sino sólo a los “tiburones” argentinos-, siempre previo pago del justiprecio correspondiente.

Los días han ido pasando desde aquel suceso, y, lamentablemente, se han cumplido las peores expectativas. Las evidencias delatan que no se ha tratado de que Argentina deseara la nacionalización de sus recursos en beneficio de su pueblo, sino de una artera maniobra para expropiar a España únicamente, negándose ahora a pagar lo que corresponde en Justicia y convirtiendo la operación, así, en un simple y llano atraco. Un asalto en plan bandolero, por otra parte, que se ha visto completado con allanamientos ilegales, interrogatorios expeditos por parte de la policía de aquel país a ciudadanos españoles y en una serie de desinformaciones vertidas desde la prensa oficialista controlada por la Cámpora –movimiento controlado por Máximo Kirchner- y el partido en el gobierno de aquel país, para alentar a los ciudadanos contra los intereses generales de España -y tal vez contra los españoles en general-, a la vez que ese mismo gobierno emprendía ayer, en las personas de De Vido y Kicillof, una serie de reuniones con “otros” tiburones –no menos feroces que Repsol- para sustituir las inversiones españolas, imprescindibles para que YPF pueda siquiera funcionar. No se tratado, pues, de un interés nacional, sino de la orquestación de un saqueo no se sabe si pactado previamente, sustituyendo los intereses de una empresa española por los intereses de empresas norteamericanas, chinas y aún del mismo Mercosur, tales como Exxon, Conoco Phillips, Chevron, Petrobras, Ancap y aun Medanito, con las cuales están negociando las "autoridades" argentinas. En los próximos días veremos en qué bolsillo paran las acciones de Repsol y en qué otros bolsillos los de las imponentes comisiones y beneficios espurios que dimanarán, con toda seguridad, de todo esto.

Las ciudadanías argentina y española han sido timadas por esta operación de bandidaje de Estado con informaciones poco fiables o directamente manipuladas, si bien tanto más la población argentina por cuanto se la ha hecho creer con técnicas populistas y un emocional lavado de cerebro –revival del peronismo nacionalista de Evita que tanto daño les ha producido desde las Malvinas para acá- que les ha hecho creer que se estaban defendiendo los intereses nacionales contra los imperialistas españoles, cuando todo parece indicar que se trata de una operación de bandidaje en plan José María El Tempranillo, incluidos los trabucos naranjeros. Las fichas, como me temía entonces, se están colocando solas, y, a pesar que quise obviar intencionadamente, con el fin de evitar enconos innecesarios, los 654 millones de euros que los Kirchner percibieron y que nunca más aparecieron -¡desde hace 19 años!- con la venta de YPF a Repsol, y de la estrecha relación del señor Kicillof, nieto de un afamado rabino, con uno de los mayores accionistas –vale decir saqueadores- de Repsol (24,5% de las acciones), Esquenazi, el llamado banquero de los Kirchner, hoy convertido en el tercer accionista de YPF, justo por detrás del Estado Argentino (26% de las acciones) y de los ocho estados provinciales con petróleo (25% de las acciones). Un conocido sionista con propiedades así en constructoras paraestatales y hotelería como propietario de numerosos bancos, incluido el de la provincia de los Kirchner, Santa Cruz, y el cual tiene su domicilio en... ¡¡Nueva Zelanda!! Como diría nuestro insigne Quevedo: “Por resucitar está Lázaro, según hiede.”

El Tempranillo –natural de Jauja, Córdoba- tuvo en el sentir de las gentes su santuario, pues que le consideraban un bandido tan bueno como generoso (fue popular su proteccionismo con los débiles y su caballerosidad con las damas); el bandolerismo demostrado por la señora Kirchner, Kicillof y demás cohorte –algo parecido a la banda en que comenzara El Tempranillo: Los Siete Niños de Écija-, creyendo que viven en Jauja buscan también su santuario en su pueblo, aunque lo hacen en base a mentiras propagandísticas lanzadas desde sus medios y no porque todo este asunto les vaya a reportar a ese pueblo más beneficio que un nuevo fiasco de sus autoridades, que si unas autoridades malvendieron a contramano y por intereses espurios (comisiones) YPF, en el caso de Menem y de los propios Kirchner –reitero que aún no aparecieron los 654 millones de dólares que se les entregaron por la venta-, por intereses espurios se ha realizado, según lo van demostrando los hechos, esta expropiación de “únicamente” las acciones españolas, ya veremos por cuántos millones que se perderán por el camino.

Lamentablemente, la Historia se repite. Minutos antes de la entrevista que sostuve con la radio argentina que mencionaba, un periodista de aquél país que vive en España decía que los españoles estaban viviendo este asunto como si Repsol fueran nuestras Malvinas, y no pude evitar desmentirlo, intentando evitar así que los ciudadanos de uno u otro lado cayeran en la trampa artera del enfrentamiento. No; para los españoles la nacionalización de Repsol no era ni siquiera significativa, más allá de que fuera una empresa española que velaba sólo y únicamente por sus propios intereses. Sin embargo, a la vista de los hechos, y cuando sólo se han nacionalizado las acciones de la empresa española, manteniendo los intereses y aún mejorándolos de los otros socios como los mencionados, cuando se persigue a ciudadanos españoles sin siquiera dar cobertura legal a esos allanamientos de morada o a esos interrogatorios nada corteses que la policía local está practicando con total impunidad y cuando el Estado argentino consagra el atraco negándose a pagar, a la vez que ofende de palabra e insulta con sus soflamas victimistas no sólo a la inteligencia más elemental sino a todos los españoles con los discursos mitineros y barriobajeros del señor Kicillof y la señora Kirchner, no podemos sino mostrarnos, más que irritados, profundamente decepcionados, porque, efectivamente, la Historia se repite: aprovecharon hace algo más de doscientos años que España estaba inmersa en una cruenta guerra con Francia para independizarse (en beneficio de una exclusiva elite blanca , y no en beneficio del pueblo argentino o de los indios, los cuales fueron exterminados en los años siguientes), y vuelven a practicar algo parecido con los intereses españoles cuando España se encuentra en sus peores horas. Genios y figuras hasta la sepultura.

Buena parte del pueblo español vertió su llanto sin pudor por la muerte de aquel bandido bueno, El Tempranillo, cuando fue asesinado por la espalda por antiguo camarada de fechorías; pero dudo mucho que haya oportunidad de que los argentinos puedan hacer algo parecido por estos otros personajes, ofensivos y fraudulentos, que han perpetrado este atraco y entre los cuales, cuando llegue la hora del reparto del botín, comenzarán a dispararse por la espalda. Muchos es posible que lloren entonces, pero será de rabia por haber sido engañados.

Puedes conocer toda la obra de Ángel Ruiz Cediel: Un autor que no escribe para todos (Sólo para los muy entendidos)

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