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Etiquetas | LIGA ENDESA | UCAM Murcia
La llegada de Oscar Quintana ha cambiado la imagen del equipo.

La metamorfosis del UCAM Murcia

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Redacción / Siglo XXI

Cuando los responsables del cuadro pimentonero decidieron destituir a Luis Guil (técnico que había llegado un año y medio antes para liderar un proyecto que debía devolver al CB Murcia a la élite y consolidarlo en la misma) tras una serie de pésimos resultados que llegaron a amenazar seriamente la estabilidad del proyecto y de la institución, no solo se estaba buscando un cambio de dinámica si no que además se reconocían de forma tácita todos los errores que se habían venido sucediendo desde el pasado verano.

 Decía Luis Guil que estaba muy satisfecho con la plantilla confeccionada ya que se había logrado fichar al primer jugador de la agenda para cada puesto. El tiempo acabó demostrando que se trataba de un plantel timorato, que adolecía de un líder natural y de un anotador que pudiese desatascar un partido cuando las cosas no funcionaban en ataque.

 Tampoco le favoreció mucho al preparador sevillano el rendimiento que Josep Franch había ofrecido hasta el momento de su cese. El base catalán fue la apuesta más fuerte de Guil llegando casi hasta lo personal, y tras muchas semanas de tira y afloja con su anterior club, el FIATC Joventut, Josep recalaba en Murcia. Se trataba indudablemente de uno de los jugadores con mayor proyección y talento del baloncesto español y europeo, pero su juventud e inmadurez competitiva era algo que señalaban muchos como motivo para ser escépticos con su llegada. El tiempo acabó dándole la razón a estos últimos, y el hecho de jugar por primera vez fuera de su casa y la mala dinámica del equipo acabaron por mermar el rendimiento del jugador y por ende, de todo el equipo.

 No era Josep Franch, ni mucho menos, el único que generaba dudas dentro de la plantilla murciana. Su compañero en la dirección de juego, Rivero, había tenido experiencias aciagas en la Liga ACB, pero su buena campaña realizada en la Liga LEB le valió la renovación. Sin embargo, el bueno de Pedro se ha visto afectado por una serie de lesiones a lo largo de la temporada que ha lastrado sensiblemente su rendimiento.

 La otra gran apuesta de la dirección deportiva, esta vez para el juego interior, fue un absoluto desastre. Rob Kurz llegó con la vitola de máxima estrella de este equipo tras haber sido el jugador más valorado de la Liga durante el tiempo que había estado en Granada durante la temporada anterior. Su versatilidad tanto por dentro como por fuera de la pintura lo convertían en un jugador muy valioso dentro del esquema de Luis Guil. Pero las lesiones y una actitud excesivamente indolente en pista acabaron de forma precipitada con la trayectoria de Kurz en Murcia.

 Todos esos factores afectaron de forma evidente al rendimiento del UCAM Murcia, que se vio casi desde el principio hundido en las últimas posiciones de la clasificación. En casa se iban sacando algunos partidos (y otros eran tirados a la basura en los últimos minutos por no saber gestionar bien las ventajas), pero la imagen del equipo a domicilio era, por lo general, indigna de un equipo de la máxima competición del baloncesto español, recibiendo indecorosas palizas en gran parte de los encuentros.

 Desde la dirección deportiva se quiso atajar esta evidente impotencia para evitar repetir los errores de hace dos temporadas, cuando se dejó morir al equipo hasta que se consumó el descenso de forma prematura. Luis Guil, el técnico llamado a pilotar esta nave durante 3 temporadas, era destituido de su cargo en busca de un revulsivo que pudiese voltear una dinámica que en ese momento conducía inequívocamente a la Liga LEB.

 Para una misión tan complicada se contrató a Oscar Quintana, entrenador de dilatada experiencia en la élite del baloncesto español famoso por carácter motivador y su volcánico temperamento. A su llegada a Murcia, el cántabro declaró que su objetivo no era realizar una revolución en lo baloncestístico al menos en primera instancia, si no lograr que sus jugadores se despojasen de la presión y la tensión que venían sufriendo desde hacía varias jornadas. Ese era, según él, el principal mal que asolaba al UCAM Murcia y en ello empezó incidiendo.

 El resto es ya Historia del CB Murcia. Desde que llegara Oscar Quintana el equipo no conoce la derrota en el Palacio de los Deportes de Murcia y ha igualado el record de triunfos consecutivos en su pista en Liga ACB. A lo largo de todos esos partidos se ha podido apreciar una mejora progresiva del equipo en todos los aspectos. En ataque hay mayor fluidez en la circulación de balón, lo que permite tiros a media y larga distancia más liberados y por la tanto mejores porcentajes en dicha faceta (un auténtico lastre a principio de temporada). Los jugadores ya no están atenazados a la hora de tomar decisiones y eso repercute en una mayor frescura ofensiva.

 Y en baloncesto, como en cualquier otro deporte, se tiene una mayor predisposición al sacrificio defensivo cuando las cosas funcionan en ataque (aunque a los entrenadores les gustaría que fuese al revés, apretar especialmente en defensa cuando las cosas no funcionan en la canasta rival), y el caso del UCAM Murcia no es diferente. La solidez de la que ha hecho gala en las últimas jornadas no se había visto en toda la temporada.

 Casi tan importante como la llegada del nuevo técnico han sido las incorporaciones realizadas a lo largo de la temporada. Todavía con Luis Guil en el banquillo llegaba Ime Udoka, alero con experiencia en los San Antonio Spurs campeones de la NBA del que muchos se preguntaban qué rol desempeñaría. Su calamitoso primer partido contra el Real Madrid, en el que realizó una desastrosa serie de tiro a canasta, no ayudó a disipar dudas (todo lo contrario). Pero desde entonces, el jugador de origen nigeriano ha ido creciendo y se ha alzado como el líder absoluto de la plantilla dentro de la pista, asumiendo responsabilidades cuando el reloj aprieta y la pelota quema en las manos. Gracias a su experiencia y a su inteligencia se ha ganado el cariño y la gratitud de la afición murciana.

 La otra incorporación que ha repercutido en una sensible mejoría de las prestaciones de la plantilla ha sido Quincy Douby, escolta norteamericano rescatado de la liga china con unas virtudes que se echaban de menos en la plantilla. Tirador incansable y eléctrico defensor, muchos han visto en él al sucesor de Taquan Dean, jugador que militara en el equipo murciana hace 3 temporadas y que contribuyó de forma decisiva a la agónica salvación del equipo.

 Además, hay que señalar el paso al frente que han dado varios jugadores que estaban en el equipo desde el principio. El caso más llamativo es el de David Barlow, contratado para jugar en la posición de alero pero que está mostrando su mejor nivel jugando como ala-pivot y creando espacios en la pintura. Buen tirador, mejor penetrador y un sólido defensor, está siendo una de las referencias del UCAM Murcia en las últimas jornadas. Y por supuesto, el auténtico sustento de este equipo: James Augustine. El interior norteamericano está siendo la principal referencia ofensiva de la plantilla, causando verdaderos estragos bajo los tableros rivales anotando y capturando rebotes. Tales están siendo sus números que todavía puede ser nombrado como mejor jugador de la temporada en la Liga Endesa

 El resultado de este cambio de dinámica es que el equipo está intratable en el Palacio de los Deportes de Murcia y está compitiendo hasta el final de los partidos contra equipos con un nivel teóricamente superior a domicilio. La victoria en la pista de Lagun Aro GBC hace 2 semanas, 4º clasificado y que llevaba la mejor racha de la Liga Endesa, no es una casualidad y sí el fruto de todo el trabajo llevado a cabo por el cuerpo técnico y los jugadores.

 El UCAM Murcia se encuentra en estos momentos en decimotercera posición, con dos victorias de ventaja sobre Asefa Estudiantes, club que marca los puestos de descenso. Hasta hace pocas semanas se daba por hecho que la salvación se jugaría a cara o cruz en la última jornada, en la que los murcianos juegan en la pista de los colegiales.

 Viendo la dinámica del club pimentonero y la del resto de equipos inmersos en la lucha por permanecer en la ACB (y casi por sobrevivir como instituciones teniendo en cuenta la coyuntura económica), en la mano de los de Oscar Quintana está llegar de turismo a Madrid. Para eso será imprescindible ganar los dos partidos que restan en casa, frente a Lucentum Alicante y Assignia Manresa, e intentar dar la campanada en dos pistas complicadísimas como son las de Caja Laboral y Real Madrid. Difícil, pero lo que es seguro es que si ha habido un momento idóneo para intentar robar un triunfo allí, sin duda es este.

La metamorfosis del UCAM Murcia

La llegada de Oscar Quintana ha cambiado la imagen del equipo.
Redacción
viernes, 20 de abril de 2012, 10:43 h (CET)

Redacción / Siglo XXI

Cuando los responsables del cuadro pimentonero decidieron destituir a Luis Guil (técnico que había llegado un año y medio antes para liderar un proyecto que debía devolver al CB Murcia a la élite y consolidarlo en la misma) tras una serie de pésimos resultados que llegaron a amenazar seriamente la estabilidad del proyecto y de la institución, no solo se estaba buscando un cambio de dinámica si no que además se reconocían de forma tácita todos los errores que se habían venido sucediendo desde el pasado verano.

 Decía Luis Guil que estaba muy satisfecho con la plantilla confeccionada ya que se había logrado fichar al primer jugador de la agenda para cada puesto. El tiempo acabó demostrando que se trataba de un plantel timorato, que adolecía de un líder natural y de un anotador que pudiese desatascar un partido cuando las cosas no funcionaban en ataque.

 Tampoco le favoreció mucho al preparador sevillano el rendimiento que Josep Franch había ofrecido hasta el momento de su cese. El base catalán fue la apuesta más fuerte de Guil llegando casi hasta lo personal, y tras muchas semanas de tira y afloja con su anterior club, el FIATC Joventut, Josep recalaba en Murcia. Se trataba indudablemente de uno de los jugadores con mayor proyección y talento del baloncesto español y europeo, pero su juventud e inmadurez competitiva era algo que señalaban muchos como motivo para ser escépticos con su llegada. El tiempo acabó dándole la razón a estos últimos, y el hecho de jugar por primera vez fuera de su casa y la mala dinámica del equipo acabaron por mermar el rendimiento del jugador y por ende, de todo el equipo.

 No era Josep Franch, ni mucho menos, el único que generaba dudas dentro de la plantilla murciana. Su compañero en la dirección de juego, Rivero, había tenido experiencias aciagas en la Liga ACB, pero su buena campaña realizada en la Liga LEB le valió la renovación. Sin embargo, el bueno de Pedro se ha visto afectado por una serie de lesiones a lo largo de la temporada que ha lastrado sensiblemente su rendimiento.

 La otra gran apuesta de la dirección deportiva, esta vez para el juego interior, fue un absoluto desastre. Rob Kurz llegó con la vitola de máxima estrella de este equipo tras haber sido el jugador más valorado de la Liga durante el tiempo que había estado en Granada durante la temporada anterior. Su versatilidad tanto por dentro como por fuera de la pintura lo convertían en un jugador muy valioso dentro del esquema de Luis Guil. Pero las lesiones y una actitud excesivamente indolente en pista acabaron de forma precipitada con la trayectoria de Kurz en Murcia.

 Todos esos factores afectaron de forma evidente al rendimiento del UCAM Murcia, que se vio casi desde el principio hundido en las últimas posiciones de la clasificación. En casa se iban sacando algunos partidos (y otros eran tirados a la basura en los últimos minutos por no saber gestionar bien las ventajas), pero la imagen del equipo a domicilio era, por lo general, indigna de un equipo de la máxima competición del baloncesto español, recibiendo indecorosas palizas en gran parte de los encuentros.

 Desde la dirección deportiva se quiso atajar esta evidente impotencia para evitar repetir los errores de hace dos temporadas, cuando se dejó morir al equipo hasta que se consumó el descenso de forma prematura. Luis Guil, el técnico llamado a pilotar esta nave durante 3 temporadas, era destituido de su cargo en busca de un revulsivo que pudiese voltear una dinámica que en ese momento conducía inequívocamente a la Liga LEB.

 Para una misión tan complicada se contrató a Oscar Quintana, entrenador de dilatada experiencia en la élite del baloncesto español famoso por carácter motivador y su volcánico temperamento. A su llegada a Murcia, el cántabro declaró que su objetivo no era realizar una revolución en lo baloncestístico al menos en primera instancia, si no lograr que sus jugadores se despojasen de la presión y la tensión que venían sufriendo desde hacía varias jornadas. Ese era, según él, el principal mal que asolaba al UCAM Murcia y en ello empezó incidiendo.

 El resto es ya Historia del CB Murcia. Desde que llegara Oscar Quintana el equipo no conoce la derrota en el Palacio de los Deportes de Murcia y ha igualado el record de triunfos consecutivos en su pista en Liga ACB. A lo largo de todos esos partidos se ha podido apreciar una mejora progresiva del equipo en todos los aspectos. En ataque hay mayor fluidez en la circulación de balón, lo que permite tiros a media y larga distancia más liberados y por la tanto mejores porcentajes en dicha faceta (un auténtico lastre a principio de temporada). Los jugadores ya no están atenazados a la hora de tomar decisiones y eso repercute en una mayor frescura ofensiva.

 Y en baloncesto, como en cualquier otro deporte, se tiene una mayor predisposición al sacrificio defensivo cuando las cosas funcionan en ataque (aunque a los entrenadores les gustaría que fuese al revés, apretar especialmente en defensa cuando las cosas no funcionan en la canasta rival), y el caso del UCAM Murcia no es diferente. La solidez de la que ha hecho gala en las últimas jornadas no se había visto en toda la temporada.

 Casi tan importante como la llegada del nuevo técnico han sido las incorporaciones realizadas a lo largo de la temporada. Todavía con Luis Guil en el banquillo llegaba Ime Udoka, alero con experiencia en los San Antonio Spurs campeones de la NBA del que muchos se preguntaban qué rol desempeñaría. Su calamitoso primer partido contra el Real Madrid, en el que realizó una desastrosa serie de tiro a canasta, no ayudó a disipar dudas (todo lo contrario). Pero desde entonces, el jugador de origen nigeriano ha ido creciendo y se ha alzado como el líder absoluto de la plantilla dentro de la pista, asumiendo responsabilidades cuando el reloj aprieta y la pelota quema en las manos. Gracias a su experiencia y a su inteligencia se ha ganado el cariño y la gratitud de la afición murciana.

 La otra incorporación que ha repercutido en una sensible mejoría de las prestaciones de la plantilla ha sido Quincy Douby, escolta norteamericano rescatado de la liga china con unas virtudes que se echaban de menos en la plantilla. Tirador incansable y eléctrico defensor, muchos han visto en él al sucesor de Taquan Dean, jugador que militara en el equipo murciana hace 3 temporadas y que contribuyó de forma decisiva a la agónica salvación del equipo.

 Además, hay que señalar el paso al frente que han dado varios jugadores que estaban en el equipo desde el principio. El caso más llamativo es el de David Barlow, contratado para jugar en la posición de alero pero que está mostrando su mejor nivel jugando como ala-pivot y creando espacios en la pintura. Buen tirador, mejor penetrador y un sólido defensor, está siendo una de las referencias del UCAM Murcia en las últimas jornadas. Y por supuesto, el auténtico sustento de este equipo: James Augustine. El interior norteamericano está siendo la principal referencia ofensiva de la plantilla, causando verdaderos estragos bajo los tableros rivales anotando y capturando rebotes. Tales están siendo sus números que todavía puede ser nombrado como mejor jugador de la temporada en la Liga Endesa

 El resultado de este cambio de dinámica es que el equipo está intratable en el Palacio de los Deportes de Murcia y está compitiendo hasta el final de los partidos contra equipos con un nivel teóricamente superior a domicilio. La victoria en la pista de Lagun Aro GBC hace 2 semanas, 4º clasificado y que llevaba la mejor racha de la Liga Endesa, no es una casualidad y sí el fruto de todo el trabajo llevado a cabo por el cuerpo técnico y los jugadores.

 El UCAM Murcia se encuentra en estos momentos en decimotercera posición, con dos victorias de ventaja sobre Asefa Estudiantes, club que marca los puestos de descenso. Hasta hace pocas semanas se daba por hecho que la salvación se jugaría a cara o cruz en la última jornada, en la que los murcianos juegan en la pista de los colegiales.

 Viendo la dinámica del club pimentonero y la del resto de equipos inmersos en la lucha por permanecer en la ACB (y casi por sobrevivir como instituciones teniendo en cuenta la coyuntura económica), en la mano de los de Oscar Quintana está llegar de turismo a Madrid. Para eso será imprescindible ganar los dos partidos que restan en casa, frente a Lucentum Alicante y Assignia Manresa, e intentar dar la campanada en dos pistas complicadísimas como son las de Caja Laboral y Real Madrid. Difícil, pero lo que es seguro es que si ha habido un momento idóneo para intentar robar un triunfo allí, sin duda es este.

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