¿Carles, cómo surge la idea de sueldospublicos.com? ¿Es un tema que ya tenías en mente antes de la crisis o hay un detonante personal que te empujó a hacerlo?

Es una idea que tenía en la cabeza hace años pero como trabajaba en otra empresa la dejé en un cajón, a la espera de poder rescatarla. El año pasado, con más calma, retomé el asunto, comparé precios de páginas de diseño web, tanteé el mercado y encargué la faena a Diario Siglo XXI, una empresa valenciana compuesta también por periodistas de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

¿Crees que esta iniciativa se podría tachar de oportunista?

¿Oportunista? Esta base de datos debería estar hecha hace décadas por las administraciones públicas. Nos estamos encontrando con dificultades para acceder a muchos sueldos y la mayoría se olvidan de las dietas y otros ingresos.

Si se le pega un vistazo a los comentarios de los artículos y a las redes sociales en las que estás presente, todo son halagos, pero ¿ha habido críticas?

Claro, como todo en esta vida. Nos sentimos muy reconfortados por los ánimos y el buen trabajo que dicen que hacemos, pero siempre salen las sensibilidades políticas. Por ejemplo, como el PP está en más instituciones, hemos sacado más datos de ellos y los lectores, que están muy formados, se han dado cuenta de que deberíamos publicar datos de todos. Pedimos paciencia. No hay intención torticera alguna en segar la información. SP no entra en el debate partidista. Confiamos en la profesión de político. Vamos contra la casta política.

¿Algún halago que te haya marcado especialmente?

Más que halago, el respaldo, por ejemplo con los retweets. Es algo bárbaro. Nos damos cuenta de que nuestros mensajes aportan valor. Son datos que interesan y se expanden como la pólvora por la red. Es nuestro mejor halago, el apoyo diario. Conseguir, por ejemplo, 300 seguidores nuevos en un día, o 900 en una semana, marca, ya lo creo.

¿Volviendo a los posibles detractores de esta iniciativa. Alguna llamada de un político enfadado? (¿podemos saber nombres?)

Por el momento, ninguno. Nos mandó un correo electrónico un ex alcalde de un pueblo valenciano que no dijo dónde vivía y nos facilitó el sueldo que ganaba. No lo publicamos. Faltaban datos. Creo que estaba un poco resentido. No está ahora en la vida pública.

¿Alguna llamada de un político felicitándote o, lo que es más importante, facilitándote datos para poder añadir?

El lunes, el consejero de Presidencia y Justicia de La Rioja, Emilio del Río, del PP, fue el primer político de España en activo que facilitó datos a SP. Me sentí muy orgulloso. Hoy mismo, esta mañana, Daniel Sirera nos sigue en Twitter. Es senador y concejal del Ayuntamiento de Barcelona y ha sido diputado en el Parlamento de Cataluña. Le hemos pedido que nos diga su sueldo. Por el momento no hemos obtenido respuesta.

¿Piensas dar el salto y decirnos los sueldos de organismos financiados por las instituciones públicas como sindicatos, COE, Cajas de Ahorros...?

El objetivo de SP es sensato, pero muy humilde. Lo ideal es que todo esto se sepa con un par de clics y fuera, más que público, visible, que es el verdadero problema de este tipo de información. No podemos aspirar a que personas poco familiarizadas con las nuevas tecnologías se metan en Internet para buscar una fecha concreta de un boletín oficial y rastrear las retribuciones de nuestros políticos. No es ético decir que es público y esconderlo después. Nosotros intentamos centrarnos en la base de datos de los cargos electos, que es casi infinita. Estamos desbordados. Informamos de más temas, pero la base de datos está acotada. No damos más de sí.

¿Y de grandes empresarios, banqueros...?

Si han recibido subvenciones públicas son objeto de nuestro diario, pero no para la base de datos. Al menos por el momento.

¿Temes que si el portal acaba teniendo mucha repercusión puedassufriralgún tipo de represalia de parte de gente que no le interesa que su sueldo sea público?

Bueno, creo que si se comportan así, ellos mismos se retratan. Su sueldo se lo pagamos entre todos. Es público y debe ser visible.

¿Has pensado dar información sobre el patrimonio de los propios políticos?

Por el momento, no, por falta de medios. Algunos parlamentos regionales, además, de la web del Congreso y del Senado ofrecen ese tipo de información, que, sinceramente, hay veces que pienso que está muy trucada.

¿El proyecto lo estás llevando tu solo adelante?

Bueno, cuando uno empieza algo suele estar solo, pero necesita apoyo, experiencia y sabiduría. Por eso me asocié a Diario Siglo XXI. A ellos les encargué el proyecto del diseño e implementación de SP. Y codo con codo podemos trabajar con la programación, redes sociales y publicidad.

¿Crees que la Ley de Transparencia es competencia de Sueldos Públicos?

SP pretenden aglutinar los sueldos de los políticos en una sola web e informar de algunos temas. La Ley de Transparencia todavía no es norma, no ha nacido y abarca muchos más asuntos. El Portal de la Transparencia se centrará en la administración central. El Gobierno ha pedido colaboración a las autonomías y a los ayuntamientos para que cuelguen en sus respectivas webs, los salarios de los cargos. Así, la información seguirá estando diseminada y nadie garantiza que esa colaboración vaya a producirse. Nosotros vamos muy lentos con la base de datos, lo reconocemos y siempre habrá datos desfasados. No lo tenemos fácil. No nos lo ponen fácil, pero los ciudadanos ya nos están ofreciendo información de lo que cobran sus alcaldes y concejales facilitándonos los documentos oficiales donde se aprueban esas decisiones. Es fantástico.

PP, PSOE, IU, UPyD, CIU, PNV... muchas instituciones, parlamentos, ayuntamientos y políticos a los que tener controlados. ¿Un pequeño ranking de los horrores?

Sería recomendable y ya nos lo ha pedido más de un lector. Pero por el momento, trabajamos con los recursos limitados, sin endeudarnos. Podemos comparar a pequeña escala. No tenemos capacidad ni el contenido todavía, para hacer listados.

Y en la última, dinos un sueldo público de un político que te parezca que es inferior a lo que crees debería de cobrar

El salario de Rajoy y de los ministros es bajísimo en comparación con sus homólogos europeos e insultante si lo comparamos con algunas retribuciones de presidentes autonómicos o de alcaldes, y no precisamente de capitales de provincia.