A Maymun Muhyadine Mohamed le encantaba correr y jugar al fútbol en
las calles de Mogadiscio. Sus habilidades con el balón la llevaron a
ganar una medalla y un trofeo en una competición local.
Pero Al Shabaab, la milicia somalí, vio su afición como un desafío,
puesto que las mujeres no pueden practicar deportes. Maymun y su marido
recibieron amenazas de muerte si ella continuaba practicando deportes y
finalmente su marido fue asesinado.
“Cuando mi marido murió estaba embarazada de cuatro meses” dijo.
Antes de tomar la decisión de huir del país, Maymun esperó en Mogadiscio
hasta que naciera su hija Fahima. Vendió su medalla y su trofeo por 30
dólares para conseguir el dinero necesario para huir de Somalia. Para
ella fue como vender un trozo de su alma.
Maymun y su hija encontraron seguridad en un campo de refugiados en
Yibuti