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Pánico en Ferraz, que se ha visto obligado a recurrir al diario “El País”

La bronca del PSOE llega a los movimientos feministas

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Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato del socialismo felipista, podría caer derrotado en el XXXVIII Congreso ante Carmen Chacón. Los últimos movimientos de la militancia, sumados al incierto resultado de los denominados congresillos han terminado por sembrar la inquietud entre el equipo del madrileño. Lo que parecía iba a ser un sencillo paseo del PSOE de los ochenta contra el vacuo zapaterismo de finales de siglo, que al fin y al cabo Chacón no es ideológicamente hablando más que Zapatero con falda, se ha complicado mucho. El jolgorio en el centro-derecha ante la posibilidad de victoria de Chacón es enorme. “Si gana Carmen el PSOE se hundirá aún más”, se malician. Lo cierto es que el debate de ideas, grave error de los de Rubalcaba, es inexistente. De ahí que sea posible que una de las enmiendas que se debatirán en el Congreso proponga redistribuir las horas de trabajo, con un máximo de seis diarias por persona. Paul Lafargue, yerno de Karl Marx en su “El derecho a la pereza” que debería, para liberar al proletariado, de sustituir al “derecho al trabajo” y a los “Derechos Humanos” defendía tres. No va por mal camino la enmienda.

Carmen Chacón simboliza al PSOE rehén de las minorías. Como, por ejemplo, las minorías feministas que, en España, personificadas en la todopoderosa Vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, estuvieron gobernando entre los años 2004 y 2011. Fueron los años en que Bibiana Aído y Leire Pajín se dedicaron full time a la ingeniería social. Los años del aborto convertido en falso derecho, los debates acerca de la eutanasia, la profusa legislación feminista o la polémica Ley de Violencia de Género.

Hoy, el propio movimiento feminista, que jamás tuvo nada de apolítico y que se nutre de la bioideología más coherente y, por ende, más peligrosa de cuantas han venido a sustituir desde la caída del Muro de Berlín al socialismo tradicional, se está viendo afectado por la bronca interna de la izquierda oficial. Lo interesante del asunto es que la pelea está dando lugar a una pequeña batalla ideológica en el seno de las propias asociaciones feministas. Cada vez son más las voces que piden revisar el feminismo de los últimos años. Por un lado está el feminismo socialista más radical, el de las seguidoras sin cuartel de Donna Hathaway y su alucinado cyborg, la mayoría de cuyas defensoras apoya a Carmen Chacón. Por otro lado está un feminismo marxista que, aún pretendiendo también sustituir la lucha de clases por la lucha de sexos y defendiendo la denominada perspectiva de género, incorpora en su seno ideas más moderadas, y que está mayoritariamente del lado de Rubalcaba.

Es una pena que el Partido Popular, como suele ser habitual, no se entere de la pequeña marejada ideológica que está sufriendo la izquierda. Al fin y al cabo la cosa va de batalla de ideas y a ella hace tiempo que han renunciado.

La bronca del PSOE llega a los movimientos feministas

Pánico en Ferraz, que se ha visto obligado a recurrir al diario “El País”
Almudena Negro
lunes, 30 de enero de 2012, 08:04 h (CET)
Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato del socialismo felipista, podría caer derrotado en el XXXVIII Congreso ante Carmen Chacón. Los últimos movimientos de la militancia, sumados al incierto resultado de los denominados congresillos han terminado por sembrar la inquietud entre el equipo del madrileño. Lo que parecía iba a ser un sencillo paseo del PSOE de los ochenta contra el vacuo zapaterismo de finales de siglo, que al fin y al cabo Chacón no es ideológicamente hablando más que Zapatero con falda, se ha complicado mucho. El jolgorio en el centro-derecha ante la posibilidad de victoria de Chacón es enorme. “Si gana Carmen el PSOE se hundirá aún más”, se malician. Lo cierto es que el debate de ideas, grave error de los de Rubalcaba, es inexistente. De ahí que sea posible que una de las enmiendas que se debatirán en el Congreso proponga redistribuir las horas de trabajo, con un máximo de seis diarias por persona. Paul Lafargue, yerno de Karl Marx en su “El derecho a la pereza” que debería, para liberar al proletariado, de sustituir al “derecho al trabajo” y a los “Derechos Humanos” defendía tres. No va por mal camino la enmienda.

Carmen Chacón simboliza al PSOE rehén de las minorías. Como, por ejemplo, las minorías feministas que, en España, personificadas en la todopoderosa Vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, estuvieron gobernando entre los años 2004 y 2011. Fueron los años en que Bibiana Aído y Leire Pajín se dedicaron full time a la ingeniería social. Los años del aborto convertido en falso derecho, los debates acerca de la eutanasia, la profusa legislación feminista o la polémica Ley de Violencia de Género.

Hoy, el propio movimiento feminista, que jamás tuvo nada de apolítico y que se nutre de la bioideología más coherente y, por ende, más peligrosa de cuantas han venido a sustituir desde la caída del Muro de Berlín al socialismo tradicional, se está viendo afectado por la bronca interna de la izquierda oficial. Lo interesante del asunto es que la pelea está dando lugar a una pequeña batalla ideológica en el seno de las propias asociaciones feministas. Cada vez son más las voces que piden revisar el feminismo de los últimos años. Por un lado está el feminismo socialista más radical, el de las seguidoras sin cuartel de Donna Hathaway y su alucinado cyborg, la mayoría de cuyas defensoras apoya a Carmen Chacón. Por otro lado está un feminismo marxista que, aún pretendiendo también sustituir la lucha de clases por la lucha de sexos y defendiendo la denominada perspectiva de género, incorpora en su seno ideas más moderadas, y que está mayoritariamente del lado de Rubalcaba.

Es una pena que el Partido Popular, como suele ser habitual, no se entere de la pequeña marejada ideológica que está sufriendo la izquierda. Al fin y al cabo la cosa va de batalla de ideas y a ella hace tiempo que han renunciado.

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