La selección española de balonmano afronta su segundo partido en el
Campeonato de Europa, que se está disputando en Serbia hasta el 29 de
enero, ante una Hungría donde la principal clave será controlar
cualquier estado de euforia por la importante victoria ante Francia.
El equipo de Valero Rivera afronta un partido clave ante un rival
siempre peligroso y que en su estreno empató a 31 goles ante Rusia. Los
húngaros, en principio, parten con el papel de víctima, sobre todo
después de la victoria de España ante la Francia campeona de todo por
29-26.
Pero ahora, este gran éxito no debe convertirse en un obstáculo
para sumar el segundo. El seleccionador ya ha advertido que sólo es un
partido, pese al empujón anímico que significa ganar a la actual
campeona olímpica, mundial y continental, y por ello insistirá en salir
con la misma concentración que ante los de Claude Onesta.
Frente a los 'bleus', España mejoró la imagen ofrecida en el
pasado Mundial, sobre todo lo que se refiere a nivel defensivo. El 6-0,
liderado por Gedeón Guardiola y Viran Morros, estuvo intenso y fue clave
cuando se pasaron los peores momentos ofensivos. Con la defensa bien y
Hombrados parando mucho, el contragolpe fue letal, mientras que en la
primera parte, la primera línea también funcionó con Alberto Entrerríos y
Joan Cañellas, pese a que Francia cerró la conexión con Julen
Aguinagalde, con poco protagonismo.
El siguiente obstáculo será una Hungría que vuelve a acudir a un
gran torneo internacional sin su mejor jugador, el azulgrana Laszlo
Nagy, que además está viviendo un momento 'dulce'. Ante los rusos,
vivieron una auténtica 'montaña rusa', dominando al inicio con cinco
goles de renta, desperdiciando tres goles de ventaja en los últimos
siete minutos, y salvando un punto gracias a Gabor Csaszar, su mejor
hombre, junto a Gergo Ivancsik, ambos con ocho y seis goles
respectivamente.
De todos modos, no han cambiado muchas cosas del equipo húngaro,
que también destaca por su físico y su siempre duro 6-0, desde el pasado
Mundial, donde España se impuso 30-24, tras una primera parte igualada
(13-13). Más fácil fue el triunfo en el último Europeo, por 25-34,
mientras que en el de 2008, los magiares, con Nagy en sus filas, se
impusieron con facilidad por 28-35.
|