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El Villarreal empató con la Real Sociedad (1-1) en el partido correspondiente a la decimosexta jornada de la Liga BBVA, disputado este domingo en El Madrigal, un resultado que deja a los castellonenses fuera del descenso y mantiene el buen momento de los realistas, que rozaron llevarse los tres puntos.
La Real Sociedad salió al campo con muy poca autoridad y provocó que el Villarreal se hiciera con el control del balón desde el inicio del encuentro. El 'Submarino amarillo' dominó el juego, pero apenas creó peligro debido a la lenta circulación de balón de los hombres de Garrido. Sin embargo, en el minuto diecisiete, llegó la ocasión más clara del Villarreal, Marco Ruben desde el pico del área encaró a Carlos Martínez y se sacó un zurdazo que salió rozando el palo de Bravo.
El conjunto donostiarra, con el paso de los minutos, se empezó a quitar la presión y terminó igualando la posesión y las ocasiones. Aun así, llegó la mejor ocasión del partido por parte del Villarreal, tras una buena jugada por la banda derecha, él esférico llegó a Borja Valero y sin pensarlo tiró a puerta aunque Bravo tras una buena estirada consiguió detener el balón.
En la segunda mitad, comenzó como la primera y en los primeros minutos el equipo local tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador de la mano de Zapata que remató alto. Sin embargo, en la siguiente jugada la Real Sociedad realizó una gran contra que terminó con el gol de Aranburu (0-1).
Tras la expulsión por doble amarilla de Elustondo, los castellonenses volvieron hacer con el dominio del juego. Un gran pase de Camuñas a Joselu terminó en un centró al segundo palo donde apareció Marco Ruben que marcó y puso el 1-1 en el electrónico.
El tramo final estuvo marcado por las protestas de los de Garrido por un posible penalti a Cani y por su asedio a la portería de Bravo, cuya defensa supo aguantar para sumar un punto valioso para proseguir su escalada, mientras que el Villarreal no se aleja de los problemas.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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