Parece mentira, pero la realidad ha superado toda ficción. Según el Partido Popular, Zapatero es, ahora, uno de los personajes más peligrosos que han pasado por la reciente historia de España.
En una política que se corresponde, claramente, con la hiel arrojada por las mismas mentes pensantes creadoras del insultante video de la FAES, los dirigentes del PP han decidido que todo vale con tal de no permitir que, en España, el PSOE pueda solucionar problemas que ellos ni se atrevieron a tocar.
El otro día, tuvimos que escuchar cómo el señor Rajoy acusaba al partido del gobierno, ni más ni menos, de cuasiconnivencia con los terroristas para, sin caérsele la cara de vergüenza, afirmar después que el Pacto Antiterrorista estaba en peligro. Pero cómo es posible. ¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿De verdad cree el señor Rajoy que es la única voz acreditada para determinar cuál es la política antiterrorista a llevar a cabo? Además, este líder de la oposición que ahora declara la defunción de un pacto que, no olvidemos, propusieron los socialistas en una clara demostración de lealtad institucional, es el mismo Rajoy que, siendo candidato a la presidencia por el PP, defendió que no era necesaria la convocatoria del Pacto Antiterrorista cuando Al-Qaeda perpetró el mayor atentado jamás cometido en nuestro país.
¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué la derecha más reaccionaria se está haciendo oír tanto en las filas populares, cuando ellos mismos querían vendernos la idea de que eran de centro?
La respuesta, desde mi punto de vista, está más que clara. En poco tiempo, España está avanzando a pasos agigantados y eso les está poniendo muy nerviosos.
Por ejemplo, su voto en contra a la modificación del Código Civil, para poder hacer frente a una cuestión de mera justicia como es el reconocimiento de los mismos derechos a todos los ciudadanos, con independencia de su orientación sexual, se enmarca dentro del conjunto de actitudes que están permitiendo que todos veamos cuál es el verdadero fondo del Partido Popular.
Pero, sin duda alguna, lo que a mí más me está molestando es su deslealtad ante temas que poca discusión pueden admitir.
Ante aquellos ataques verbales que desde la bancada popular se lanzaron en el Congreso de los Diputados, un sereno presidente Zapatero enunció una de las más memorables frases de lo que llevamos de legislatura: Señores del PP, no les pido ni tan siquiera la lealtad que nosotros les demostramos cuando ustedes gobernaban. Me conformaría con que simplemente demostraran alguna responsabilidad.
Tiene razón el señor presidente. La cuestión abordada es un tema que exige responsabilidad. Responsabilidad para no hacer declaraciones grandilocuentes y carentes de toda argumentación, que pongan en peligro la estabilidad en la lucha antiterrorista; responsabilidad para no atacar al gobierno en un flanco que solo debiera concitar adhesiones, como las demostradas por los socialistas cuando eran ellos quienes estaban en la oposición; responsabilidad, en fin, para alejar esta cuestión de luchas de navaja que no hacen sino perjudicarnos a todos aquellos que, de una vez por todas, esperamos el fin de la banda terrorista ETA.
Señor Rajoy, señor Acebes o, para englobarlos a todos, discípulos del señor Aznar, basta ya de jugar con el futuro de todos por meros intereses partidistas. Demuestren, señores y señoras del PP, aunque no sea lealtad, sí un poquito de responsabilidad.
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