El gobierno turco aumentó ayer la presión sobre el régimen sirio de Bashar al-Assad. El primer ministro Erdogan dice que ha perdido "las esperanzas" de que el líder del régimen sirio ponga fin a la represión violenta en el país.
Por esa razón, Erdogan ha decidido cancelar la exploración conjunta de petróleo que tenía acordada con Siria y amenazar con cortar el abastecimiento de energía eléctrica. "Tenemos la energía que damos a Siria pero si la situación continúa, nos veremos obligados a romper todos los acuerdos", dice el Ministro de la Energía
Turquía exporta electricidad a Siria desde que los dos países firmaron un acuerdo de cooperación en 2006. Hasta el momento, Siria no se ha pronunciado acerca de estas amenazas. Posiblemente está más preocupado defendiéndose de los últimos ataques recibidos por soldados desertores contra el centro de los servicios secretos del régimen.
Este ataque es el primero contra un órgano importante del régimen desde el inicio de las protestas el 15 de marzo. Y además es la primera muestra de la existencia de una oposición armada con capacidad para combatir. El denominado Ejército de Liberación de Siria se prepara en una base de entrenamiento en territorio turco.
El presidente Al-Assad se mantuvo ayer en silencio durante todo el día mientras la Liga Árabe se reunía en Rabat para formalizar la decisión de suspender a Siria como miembro de la organización. A la misma hora, fieles al gobierno sirio atacaron las embajas de algunos países que ya han condenado públicamente las acciones de represión violenta del régimen.