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Usted es un tonto de capirote

Halloween es una fiesta lamentable, despreciable y merecedora de alojarse en los infiernos

¿Dulces y postres típicos de estos días? ¡Donuts!
Pedro de Hoyos
lunes, 31 de octubre de 2011, 08:13 h (CET)
Déjenme empezar por ponerme la venda antes de la herida: Admiro muchas cosas de Estados Unidos, sus muchos científicos, por ejemplo. O su producción literaria, deportiva o de cine y televisión. O su amor al trabajo. Sí, de acuerdo, también le encuentro muchas cosas criticables, pero no Halloween.

A mí Halloween me gusta. En Estados Unidos. En "El Extraterrestre" y en tantas otras pelis que han contribuido a hacerla lamentablemente popular por todo el mundo. En España no, en España Halloween me parece una fiesta lamentable, despreciable y merecedora de alojarse en los infiernos. Somos unos lamentables copiones, imitabobos y pueblerinos ramplones.

Halloween nos aleja de nosotros, de nuestras tradiciones, de nuestros ritos, de nuestras raíces, de nosotros mismos y nuestros ancestros. Queremos ser lo que no somos, somos unos envidiosos paletos que admiran a los del pueblo de al lado porque tienen una ciudad moderna, de acero, plástico y neón, sin caer en la cuenta de que vivimos en una ciudad medieval, repleta de arte románico, gótico, renacentista y que incluso cuenta con restos romanos, pongamos por caso, que sólo es un ejemplo. Y a pesar de nuestra larga tradición admiramos papanáticamente a unos recién llegados que celebraban, pobricos, su segundo centenario el mismo año que nosotros celebrábamos el segundo milenio del acueducto de Segovia, manda narices.

El caso es que nos tienen cogidos por la idiocia y hoy y mañana vamos a salir a la calle (bueno, saldrán los analfabetos culturales de otros años) vestidos de gilipollas sólo porque lo hemos visto en unas cuantas pelis y nos creemos que salir a sí a la calle nos hace más modernos, europeos e internacionales. El Carrión y el canal de Castilla pasan por mi ciudad y no estaría mal que alguno de estos, tan americanizados a la par que antiamericanos, vaya contradicción imposible, sean puestos en remojo durante unos minutos.

Somos tan amantes de lo ajeno y tan despectivos con lo nuestro que cabe aplicar ese refrán que dice que quien habla mal de España, es español. Somos tan memos que nunca valoraremos a nuestros grandes hombres... a no ser que previamente hayan triunfado en el extranjero. ¿Los mejores arquitectos? ¡Extranjeros! ¿Los mejores pintores? ¡Extranjeros! ¿Los mejores modistos? ¡Extranjeros! ¿Los mejores toreros? Finlandeses, quizá, salvo si a pesar de haber nacido en Valdecañas de Cerrato utiliza un nombre larguísimo y dificilísimo de pronunciar y que suene exótico...

¿Las mejores tradiciones de estas fechas? Las extranjeras, por supuesto. ¡No querrán que en una época de dislate, hedonismo y nihilismo triunfe Don Juan Tenorio, hasta ahí podríamos llegar! ¿Dulces y postres típicos de estos días? Hombre, donde esté un donut que se quiten los huesos de santos, los buñuelos, los panellets y las castañas. Nosotros somos más modernos, a nosotros nos gusta la hamburguesa doble con mucho Ketchup y mostaza. Tontos de capirote, que viva América, me cagüen Halloween.

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