-Pato, con un tiro al larguero en la primera mitad, fue el mejor de los brasileños.
-Discreta actuación de Neymar, muy escorado a la banda izquierda.
-El conjunto de Mano Menezes se diluyó como un azucarillo tras un buen inicio.
-El trabajo de Miku y la sobriedad defensiva dio el empate a la 'vinotinto'.
| Ficha técnica | 0-Brasil: Julio César; Alves, Lucio, Thiago Silva, André Santos; Lucas Leiva, Ramires (m.75, Elano), Ganso; Robinho (m.64, Fred), Pato (m.75, Lucas Moura) y Neymar.
0–Venezuela: Vega; Rosales, Vizcarrondo, Perozo, Cichero; Lucena, Rincón, Arango, César González (m.85, Rey); Miku (m.78, Maldonado) y Rondón (m.63, Moreno).
Goles:
Árbitro: Raúl Orosco (Bolivia). Amonestó por Brasil a Thiago Silva y por Venezuela a Salomón Rondón y César González.
Incidencias: Partido de la primera jornada del Grupo B de la Copa América disputado en el estadio Ciudad de La Plata ante unos 35.000 espectadores. |
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Triste empate de la 'canarinha' en su debut en la Copa América. Más bien decepcionante, tras las perspectivas lanzadas en un potable cuarto de hora donde la presión del trío atacante brasileño, con Pato a la cabeza, dejó en evidencia la salida de balón venezolana. Después se les apagó la luz y la 'vinotinto' puso el orden defensivo para sacar un meritorio empate en La Plata ante el actual campeón.
Venezuela maniató a los brasileños con orden y disciplina en el centro de la cancha, anuló al media punta Ganso con un marcaje corto y consiguió mantener alejado de su área a Neymar, en el primer encuentro del Grupo B. Además, la 'canarinha' no tiene mediocampo. Ramires se lanza al ataque como un pollo sin cabeza y Lucas Leiva no está capacitado para construir y surtir de balones a sus delanteros. Así es la Brasil de Menezes, calidad concentrada en un puñado de individualidades. Un equipo en construcción sin canalizadores de juego.
Dominio sin gol
Brasil dominó de forma abrumadora en los primeros quince minutos, pero después bajó de intensidad y se acabó diluyendo totalmente en la segunda parte, en un día muy gris de Robinho y en el que Pato tuvo las mejores ocasiones, un tiro al palo incluido en el ecuador del primer acto. Poco más.
Brasil salió con energía y nada más empezar el partido se instaló en las inmediaciones del área de Venezuela que, en el primer cuarto de hora pasó serios apuros para contener el aluvión de ocasiones de Robinho, Pato y Neymar, el jugador más desequilibrante.
Neymar, lejos del área
Neymar desplegó un amplio repertorio de regates con los que desmadejó una y otra vez a sus marcadores, pero la joven figura brasileña estuvo por lo general demasiado lejos del arco de Renny Vega y casi no tuvo oportunidad de llegar con peligro. Un par de filigranas, mucha movilidad pero sin ocasión de lucir sus dotes como goleador.
Después del chaparrón inicial, Venezuela se recompuso y plantó cara en el centro de la cancha, interrumpiendo el juego interior de Brasil y cortando la correa de transmisión con los delanteros. Sin poder avanzar por el centro, Brasil recurrió a los balones largos en dirección a Pato o Robinho. Un remate flojo del exmadridista originó la jugada más polémica del partido, cuando el defensa Vizcarrondo sacó el tiro bajo palos con el hombro, mientras se caía al suelo.
Tras el descanso el equipo dirigido por César Farías mostró más voluntad de disputar la pelota, pasó a jugar en el campo contrario por primera vez en el partido e intentó golpear a Brasil sirviéndose de la velocidad de Rondón y Miku.
Agotados, sin ideas
Los brasileños, si bien habían perdido el control del juego, seguían ofreciendo más sensación de peligro en las ocasiones que el balón llegaba a los pies de Neymar y Pato, que eran cada vez más escasas con el paso del tiempo y el cansancio de sus jugadores.
El seleccionador brasileño, Mano Menezes, intentó recuperar el control del centro de la cancha a la desesperada dando entrada en un doble cambio al joven Lucas Moura y a Elano. La pareja de centrocampistas tampoco consiguió devolverle a Brasil el juego interior que tanto necesitaba ante una Venezuela que mantuvo la compostura hasta el pitido final.