Adam,
tenía un don...
era muy, muy guapo.

Esa belleza que toca muy cariñosamente las retinas.

Adam,
tenía un don...
con su dulce mirada alegraba la vida.

Esa belleza que toca muy cariñosamente las retinas.

Adam,
tocaba los corazones...
con su don de ser el más bello falso alma.

Un día vino su prima Alicia,
una chica muy fea,
falsamente en su alma...

Y quería un buen regalo la niña,
nadie escuchaba a su pobre corazón,
lágrimas sobre sus torpes mejillas caían sin piedad.

Adam entró con su cara tan bella,
unas risas acariciaron las mil retinas...
y "baila por aquí y baila por ahí".

Consiguió el obsequio para su prima,
Alicia gemía por no tener aquella frescura,
aquella que ilumina al falso alma y al falso karma...

Esa belleza que toca muy cariñosamente las retinas.

Un buen día Adam creció,
se hizo un hombre muy guapo...
Alicia, su prima, abrió unas tiendas de ropa con su don de gentes listas.

Su primo suspendía siempre,
y su prima le dijo un buen día:
"te doy un puesto, trabajarás con tu dulce sonrisa".

Esa belleza que toca muy cariñosamente las retinas.