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Teresa Berengueras/Rafa Esteve-Casanova

Santa Eulalia, 168 años de historia en Barcelona

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Hace poco más de tres semanas que la nueva y renovada tienda de Santa Eulalia de Barcelona abrió nuevamente sus puertas en el Passeig de Gràcia. Hace casi dos años conocimos la noticia de que el edificio donde desde hacía muchos años estaba situada esta tienda de referencia en el mundo de la moda desde hace cuatro generaciones había sido adquirido por uno de los hombres más importantes en la industria de la moda en España y el resto del mundo. Afortunadamente un acuerdo del nuevo propietario con la propiedad de Santa Eulalia hacía que la conocida tienda no desapareciera y, una vez hechas las obras necesarias, continuara atendiendo al exquisito público que allí acude donde, como siempre, son atendidos espléndidamente por Lluis Sans junto con su esposa, Sandra Domínguez.




Escalera en roble.

Con el fin de no tener que cerrar las puertas y poder seguir atendiendo a su escogida clientela en el mismo Passeig de Gràcia se instaló, dos patios más allá de la tienda original, un espacio sostenible que nos pareció todo un acierto desde el primer momento en que lo vimos, cierto que no tenía el encanto y el sabor de mezclar lo antiguo con lo nuevo como en el antiguo local que estaba en proceso de remodelación pero tenía el sello que la familia Sans sabe impregnar en sus proyectos.

Sin olvidar el antiguo mostrador de madera, ni las sillas, ni la fachada del establecimiento que estaba en obras acogimos la nueva Santa Eulalia con humor y como un tiempo de transición esperando la renovación y ampliación de la vieja tienda que ha dado pie para escribir tantas historias de esta ciudad y algunos de sus personajes. Durante este tiempo de espera en las instalaciones provisionales seguían los trabajadores de siempre atendiendo con su peculiar estilo y amabilidad a los clientes y amigos que por allí pasaban y que iban conociendo la evolución de las obras de remodelación de la Santa Eulalia de los últimos lustros.

El último gran acto que vivimos y del que ya dimos amplia información en este DIARIO SIGLO XXI fue la comida que nos ofrecieron para celebrar las pasadas Navidades y que era un digno colofón a una historia que había dado sus frutos. Durante la comida celebrada en una larga mesa cuya decoración evocaba el neorrealismo italiano conocimos la noticia de que el final de la provisionalidad de la tienda se acercaba ya que con la llegada de la primavera se inaugurarían las remodeladas estancias de Santa Eulalia otra vez en el Passeig de Gràcia número 93.

Santa Eulalia vuelve a su antigua casa
Como cada año por marzo llegó la primavera y con ella se cumplió la promesa que nos hicieron en la comida navideña, con la nueva estación la renovada tienda de Santa Eulalia abría de nuevo sus puertas para deleite de sus clientes que van a encontrar nuevas y variadas opciones en su tienda de siempre, una tienda que viene siendo parte de la historia de Barcelona desde mediados del siglo XIX. La nueva y remozada tienda es amplia con espacios que nunca agobian al visitante y con un diseño interior cuidado de manera especial. La superficie actual dedicada a la tienda ocupa más de dos mil metros cuadrados, la renovación ha sido total aunque se ha respetado la fachada original. Santa Eulalia lleva escritas en sus paredes, en sus probadores y en su ascensor, uno de los primeros que hubo en la Barcelona, sus ciento sesenta y ocho años de vida. Una vida dedicada al mundo textil desde sus ancestros y donde siempre se ha dispuesto para el cliente lo mejor del mercado tratado de la mejor forma y por personas muy cualificadas por su forma de trabajar, en esta tienda la atención al comprador siempre se ha caracterizado por un respeto pero sin ser distante el trato dado al cliente, es el resultado de la profesionalidad de los trabajadores y los dueños de esta empresa.

El logotipo que luce en la fachada es puro Art Decó original del año 1926, apareció impreso por vez primera en la invitación que se envió a los invitados al desfile de la primera colección de alta costura creado por Santa Eulalia en aquella época. También sobre las puertas de entrada encontramos un neón original del año 1941 y que sigue las tendencias artísticas de aquel momento.

Los probadores son amplios y cómodos para que el cliente pueda elegir la prenda adecuada con total tranquilidad, el espacio dedicado a los caballeros es cálido, la madera noble del mobiliario da sensación de recogimiento, diversos tejidos donde elegir la camisa ideal, puño y cuellos en diversos estilos y camisas ya confeccionadas junto con una amplia gama de corbatas y zapatos todo en perfecto orden hacen que el tener que optar entre tan diversa gama se convierta en todo un placer para los sentidos, todo es diáfano y un punto acogedor, en la zona donde cuelgan los vestidos para la mujer reina la luz, es una zona alegre, desenfada y amplia, la amplitud es el denominador común de los dos mil metros cuadrados del establecimiento.




Accesorios Santa Eulalia.

Cuando confeccionar un traje se convierte en arte.
Durante toda su historia Santa Eulalia ha cuidado con sumo esmero la sastrería a medida, en el piso inferior han destinado un área donde a través de las ventanas transparentes se puede ver el trabajo que están realizando los sastres, aquí no hay trampa ni cartón, en las paredes cuelgan los patrones que han servido para realizar trajes impecables a lo largo del tiempo, en esa misma zona en una mesa redonda se exponen toda clase de tejidos de diversos colores y texturas para que el cliente elija cómo desea la prenda y con qué tejido quiere que se confeccione.

Uno de los principales atractivos y valores de Santa Eulalia es su sastrería por la que a lo largo de los años han pasado ilustres personajes de la vida social y política de toda España, se dice que Samarach el día que se anunció que los JJ.OO. del 92 tendrían lugar en Barcelona lucía un terno confeccionado en la sastrería barcelonesa de Santa Eulalia donde después de tantos años se siguen confeccionado trajes a medida de manera artesanal. Hasta 42 horas se pueden emplear en la confección de un traje tomando parte en la misma hasta siete personas en los diversos aspectos que exige la realización de un traje a medida donde las pruebas son una parte esencial para conseguir el perfecto acabado del encargo. Hoy cuando cada día es más difícil encontrar un buen sastre en Santa Eulalia siguen formando a su personal en esta especialidad con lo que siguen teniendo su peculiar estilo de siempre a la hora de vestir a los caballeros.

En el renovado espacio de la tienda nos encontramos con dos novedades. Una es el espacio bautizado como pop-up store, un espacio polivalente en el que presentar actos conjuntamente con firmas internacionales y con creadores emergentes, se trata de un lugar de la tienda en el que pueden tener cabida diversas iniciativas, la instalación del espacio goza de una vibrante luminosidad y el día de la inauguración pudimos ver una colección de sombreros y tocados de la Maison Michel, fundada en 1936 y que lleva el sello de París, capital de lo chic y la moda. Esta casa fue relanzada por Laetitia Grahay pero hoy forma parte de la órbita de Chanel y, naturalmente, como en casi todo lo que sucede en esta mítica casa todas las fotografías están firmadas por su creador estrella Karl Lagerlfeld.

La otra novedad en la creación del Santa Eulalia Café, se trata de una zona para descansar y a la que pueden acceder tanto los clientes como cualquier otra persona procedente de la calle aunque no acuda al local con la intención de comprar, es una pequeña e íntima cafetería con siete mesas en su interior y en la que, durante todo el día, se proponen platos ligeros, bocados dulces y salados, sus platos son creaciones de la chef y directora del Café, Silvia Quintero, también darán un servicio muy amplio de té, los bombones son de Oriol Balaguer y los chocolates y mermeladas Pancracio. El café se ha decorado con carteles de los años 20 y 30, la barra la recuperaron de un antiguo bar de Toulouse, las sillas son Thonet diseñadas en 1910 y los asientos están tapizados con una reedición del histórico estampado Liberty, las siete mesas son de mármol serigrafiado con pies de hierro forjado, todo ello hace de este local un espacio para parar a descansar entre el ajetreo de las compras. Y para los días en que apetece sentarse al fresco del aire libre contigua al café hay una terraza ajardinada con sillas de Tolix diseñadas en 1927.




Sección de complementos de señora.

William Sofiels artífice de la renovación.
Lluis Sans y su esposa Sandra encargaron el proyecto de remodelación de Santa Eulalia al arquitecto neoyorquino William Sofield: “Desde el principio tuvimos claro que para un proyecto de esta envergadura necesitábamos un arquitecto con mucha experiencia en tiendas de moda de alto nivel”, explica LLuis Sans:”William ha diseñado mas de 800 locales en todo el mundo para firmas como Gucci, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent, Boucheron o Tom Ford. Conjugar la historia con el presente no es fácil, pero él lo ha conseguido con éxito en el hotel Soho Grand en Manhattan”

Muchos muebles han sido creados expresamente para esta ocasión por William Sofield y parte del mobiliario restaurado proviene de la primera tienda Santa Eulalia sita en el Pla de la Boqueria abierta en el año 1843 por el bisabuelo del actual dueño. Entre los elementos antiguos que se han respetado, recuperado y restaurado están el viejo ascensor de los años 20, un par de mostradores Art Decó y unas sillas que se utilizaron en el primer desfile de moda celebrado en 1926, los escaparates de latón estuvieron en la tienda que hubo en Passeig de Gràcia, 60 y la espectacular escalera de roble, después de las obras, ha regresado a la nueva joya de la corona.

Para celebrar el regreso a la casa de siempre en el local que ha servido como tienda durante el tiempo de reforma se ha instalado una exposición en la que se repasa la historia de Santa Eulalia y de sus propietarios desde 1843 hasta la actualidad, esta muestra esta abierta al público en general hasta finales de este mes de abril, la noche de la apertura oficial el Ayuntamiento les concedió permiso para cortar el tráfico rodado durante media hora en el Passeig de Gràcia con el fin de poder presenciar sobre la imponente fachada una proyección en 3D sobre la historia de Santa Eulalia y el novedoso concepto de la nueva tienda, la proyección se hizo sobre una lona elástica de 300 metros colocada sobre la fachada y a la misma asistió tanto el Alcalde Hereu como numerosos invitados y también los transeúntes que paseaban por el Passeig de Gràcia y, curiosos, se paraban para ver aquella novedad.

Los orígenes
En 1843 Domingo Taberner Prims abre su primera tienda en el Plà de la Boqueria, en 1926 tiene lugar el primer desfile de alta costura de la firma en la que Pedro Formosa, cuñado del propietario, está al frente del equipo de diseño hasta su fallecimiento en 1970, él forma parte de la etapa más importante de la alta costura en esta casa. En 1941 se inaugura un nuevo establecimiento en Passeig de Gràcia, 60. En 1944 cierran la tienda del Plà de la Boqueria e inauguran en Passeig de Gràcia, 93 otro establecimiento sólo dedicado a la moda masculina, en la década de los 60 introduce firmas para la mujer. Con la industrialización de la confección nace el prêt-à-porter y tienen lugar los primeros desfiles de esta nueva tendencia, Santa Eulalia en el año 1968 realiza su primera colección de prêt-à-porter, en el año 2011 el Ayuntamiento de Barcelona le concede la Medalla del Oro al Mérito Cívico. También durante los años de auge y prosperidad de la ciudad de Tánger en Marruecos Santa Eulalia tuvo tienda abierta en aquella ciudad en la que se daba cita la élite internacional.

No hay otro espacio en Europa y casi seguro que tampoco en el mundo que ofrezca al comprador tantas oportunidades unidas de encontrar aquello que busca , moda femenina, moda masculina, sastrería, todo está en este espacioso local que mezcla en su interiorismo de forma magistral lo antiguo con lo moderno, los espacios, los volúmenes y la atención. Es difícil encontrar edificios, espacios, tan completos en donde encontrar tanto y tan bonito, Barcelona lo merece, por algo es una ciudad cosmopolita y acogedora.

Santa Eulalia, 168 años de historia en Barcelona

Teresa Berengueras/Rafa Esteve-Casanova
Teresa Berengueras
martes, 12 de abril de 2011, 07:42 h (CET)
Hace poco más de tres semanas que la nueva y renovada tienda de Santa Eulalia de Barcelona abrió nuevamente sus puertas en el Passeig de Gràcia. Hace casi dos años conocimos la noticia de que el edificio donde desde hacía muchos años estaba situada esta tienda de referencia en el mundo de la moda desde hace cuatro generaciones había sido adquirido por uno de los hombres más importantes en la industria de la moda en España y el resto del mundo. Afortunadamente un acuerdo del nuevo propietario con la propiedad de Santa Eulalia hacía que la conocida tienda no desapareciera y, una vez hechas las obras necesarias, continuara atendiendo al exquisito público que allí acude donde, como siempre, son atendidos espléndidamente por Lluis Sans junto con su esposa, Sandra Domínguez.




Escalera en roble.

Con el fin de no tener que cerrar las puertas y poder seguir atendiendo a su escogida clientela en el mismo Passeig de Gràcia se instaló, dos patios más allá de la tienda original, un espacio sostenible que nos pareció todo un acierto desde el primer momento en que lo vimos, cierto que no tenía el encanto y el sabor de mezclar lo antiguo con lo nuevo como en el antiguo local que estaba en proceso de remodelación pero tenía el sello que la familia Sans sabe impregnar en sus proyectos.

Sin olvidar el antiguo mostrador de madera, ni las sillas, ni la fachada del establecimiento que estaba en obras acogimos la nueva Santa Eulalia con humor y como un tiempo de transición esperando la renovación y ampliación de la vieja tienda que ha dado pie para escribir tantas historias de esta ciudad y algunos de sus personajes. Durante este tiempo de espera en las instalaciones provisionales seguían los trabajadores de siempre atendiendo con su peculiar estilo y amabilidad a los clientes y amigos que por allí pasaban y que iban conociendo la evolución de las obras de remodelación de la Santa Eulalia de los últimos lustros.

El último gran acto que vivimos y del que ya dimos amplia información en este DIARIO SIGLO XXI fue la comida que nos ofrecieron para celebrar las pasadas Navidades y que era un digno colofón a una historia que había dado sus frutos. Durante la comida celebrada en una larga mesa cuya decoración evocaba el neorrealismo italiano conocimos la noticia de que el final de la provisionalidad de la tienda se acercaba ya que con la llegada de la primavera se inaugurarían las remodeladas estancias de Santa Eulalia otra vez en el Passeig de Gràcia número 93.

Santa Eulalia vuelve a su antigua casa
Como cada año por marzo llegó la primavera y con ella se cumplió la promesa que nos hicieron en la comida navideña, con la nueva estación la renovada tienda de Santa Eulalia abría de nuevo sus puertas para deleite de sus clientes que van a encontrar nuevas y variadas opciones en su tienda de siempre, una tienda que viene siendo parte de la historia de Barcelona desde mediados del siglo XIX. La nueva y remozada tienda es amplia con espacios que nunca agobian al visitante y con un diseño interior cuidado de manera especial. La superficie actual dedicada a la tienda ocupa más de dos mil metros cuadrados, la renovación ha sido total aunque se ha respetado la fachada original. Santa Eulalia lleva escritas en sus paredes, en sus probadores y en su ascensor, uno de los primeros que hubo en la Barcelona, sus ciento sesenta y ocho años de vida. Una vida dedicada al mundo textil desde sus ancestros y donde siempre se ha dispuesto para el cliente lo mejor del mercado tratado de la mejor forma y por personas muy cualificadas por su forma de trabajar, en esta tienda la atención al comprador siempre se ha caracterizado por un respeto pero sin ser distante el trato dado al cliente, es el resultado de la profesionalidad de los trabajadores y los dueños de esta empresa.

El logotipo que luce en la fachada es puro Art Decó original del año 1926, apareció impreso por vez primera en la invitación que se envió a los invitados al desfile de la primera colección de alta costura creado por Santa Eulalia en aquella época. También sobre las puertas de entrada encontramos un neón original del año 1941 y que sigue las tendencias artísticas de aquel momento.

Los probadores son amplios y cómodos para que el cliente pueda elegir la prenda adecuada con total tranquilidad, el espacio dedicado a los caballeros es cálido, la madera noble del mobiliario da sensación de recogimiento, diversos tejidos donde elegir la camisa ideal, puño y cuellos en diversos estilos y camisas ya confeccionadas junto con una amplia gama de corbatas y zapatos todo en perfecto orden hacen que el tener que optar entre tan diversa gama se convierta en todo un placer para los sentidos, todo es diáfano y un punto acogedor, en la zona donde cuelgan los vestidos para la mujer reina la luz, es una zona alegre, desenfada y amplia, la amplitud es el denominador común de los dos mil metros cuadrados del establecimiento.




Accesorios Santa Eulalia.

Cuando confeccionar un traje se convierte en arte.
Durante toda su historia Santa Eulalia ha cuidado con sumo esmero la sastrería a medida, en el piso inferior han destinado un área donde a través de las ventanas transparentes se puede ver el trabajo que están realizando los sastres, aquí no hay trampa ni cartón, en las paredes cuelgan los patrones que han servido para realizar trajes impecables a lo largo del tiempo, en esa misma zona en una mesa redonda se exponen toda clase de tejidos de diversos colores y texturas para que el cliente elija cómo desea la prenda y con qué tejido quiere que se confeccione.

Uno de los principales atractivos y valores de Santa Eulalia es su sastrería por la que a lo largo de los años han pasado ilustres personajes de la vida social y política de toda España, se dice que Samarach el día que se anunció que los JJ.OO. del 92 tendrían lugar en Barcelona lucía un terno confeccionado en la sastrería barcelonesa de Santa Eulalia donde después de tantos años se siguen confeccionado trajes a medida de manera artesanal. Hasta 42 horas se pueden emplear en la confección de un traje tomando parte en la misma hasta siete personas en los diversos aspectos que exige la realización de un traje a medida donde las pruebas son una parte esencial para conseguir el perfecto acabado del encargo. Hoy cuando cada día es más difícil encontrar un buen sastre en Santa Eulalia siguen formando a su personal en esta especialidad con lo que siguen teniendo su peculiar estilo de siempre a la hora de vestir a los caballeros.

En el renovado espacio de la tienda nos encontramos con dos novedades. Una es el espacio bautizado como pop-up store, un espacio polivalente en el que presentar actos conjuntamente con firmas internacionales y con creadores emergentes, se trata de un lugar de la tienda en el que pueden tener cabida diversas iniciativas, la instalación del espacio goza de una vibrante luminosidad y el día de la inauguración pudimos ver una colección de sombreros y tocados de la Maison Michel, fundada en 1936 y que lleva el sello de París, capital de lo chic y la moda. Esta casa fue relanzada por Laetitia Grahay pero hoy forma parte de la órbita de Chanel y, naturalmente, como en casi todo lo que sucede en esta mítica casa todas las fotografías están firmadas por su creador estrella Karl Lagerlfeld.

La otra novedad en la creación del Santa Eulalia Café, se trata de una zona para descansar y a la que pueden acceder tanto los clientes como cualquier otra persona procedente de la calle aunque no acuda al local con la intención de comprar, es una pequeña e íntima cafetería con siete mesas en su interior y en la que, durante todo el día, se proponen platos ligeros, bocados dulces y salados, sus platos son creaciones de la chef y directora del Café, Silvia Quintero, también darán un servicio muy amplio de té, los bombones son de Oriol Balaguer y los chocolates y mermeladas Pancracio. El café se ha decorado con carteles de los años 20 y 30, la barra la recuperaron de un antiguo bar de Toulouse, las sillas son Thonet diseñadas en 1910 y los asientos están tapizados con una reedición del histórico estampado Liberty, las siete mesas son de mármol serigrafiado con pies de hierro forjado, todo ello hace de este local un espacio para parar a descansar entre el ajetreo de las compras. Y para los días en que apetece sentarse al fresco del aire libre contigua al café hay una terraza ajardinada con sillas de Tolix diseñadas en 1927.




Sección de complementos de señora.

William Sofiels artífice de la renovación.
Lluis Sans y su esposa Sandra encargaron el proyecto de remodelación de Santa Eulalia al arquitecto neoyorquino William Sofield: “Desde el principio tuvimos claro que para un proyecto de esta envergadura necesitábamos un arquitecto con mucha experiencia en tiendas de moda de alto nivel”, explica LLuis Sans:”William ha diseñado mas de 800 locales en todo el mundo para firmas como Gucci, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent, Boucheron o Tom Ford. Conjugar la historia con el presente no es fácil, pero él lo ha conseguido con éxito en el hotel Soho Grand en Manhattan”

Muchos muebles han sido creados expresamente para esta ocasión por William Sofield y parte del mobiliario restaurado proviene de la primera tienda Santa Eulalia sita en el Pla de la Boqueria abierta en el año 1843 por el bisabuelo del actual dueño. Entre los elementos antiguos que se han respetado, recuperado y restaurado están el viejo ascensor de los años 20, un par de mostradores Art Decó y unas sillas que se utilizaron en el primer desfile de moda celebrado en 1926, los escaparates de latón estuvieron en la tienda que hubo en Passeig de Gràcia, 60 y la espectacular escalera de roble, después de las obras, ha regresado a la nueva joya de la corona.

Para celebrar el regreso a la casa de siempre en el local que ha servido como tienda durante el tiempo de reforma se ha instalado una exposición en la que se repasa la historia de Santa Eulalia y de sus propietarios desde 1843 hasta la actualidad, esta muestra esta abierta al público en general hasta finales de este mes de abril, la noche de la apertura oficial el Ayuntamiento les concedió permiso para cortar el tráfico rodado durante media hora en el Passeig de Gràcia con el fin de poder presenciar sobre la imponente fachada una proyección en 3D sobre la historia de Santa Eulalia y el novedoso concepto de la nueva tienda, la proyección se hizo sobre una lona elástica de 300 metros colocada sobre la fachada y a la misma asistió tanto el Alcalde Hereu como numerosos invitados y también los transeúntes que paseaban por el Passeig de Gràcia y, curiosos, se paraban para ver aquella novedad.

Los orígenes
En 1843 Domingo Taberner Prims abre su primera tienda en el Plà de la Boqueria, en 1926 tiene lugar el primer desfile de alta costura de la firma en la que Pedro Formosa, cuñado del propietario, está al frente del equipo de diseño hasta su fallecimiento en 1970, él forma parte de la etapa más importante de la alta costura en esta casa. En 1941 se inaugura un nuevo establecimiento en Passeig de Gràcia, 60. En 1944 cierran la tienda del Plà de la Boqueria e inauguran en Passeig de Gràcia, 93 otro establecimiento sólo dedicado a la moda masculina, en la década de los 60 introduce firmas para la mujer. Con la industrialización de la confección nace el prêt-à-porter y tienen lugar los primeros desfiles de esta nueva tendencia, Santa Eulalia en el año 1968 realiza su primera colección de prêt-à-porter, en el año 2011 el Ayuntamiento de Barcelona le concede la Medalla del Oro al Mérito Cívico. También durante los años de auge y prosperidad de la ciudad de Tánger en Marruecos Santa Eulalia tuvo tienda abierta en aquella ciudad en la que se daba cita la élite internacional.

No hay otro espacio en Europa y casi seguro que tampoco en el mundo que ofrezca al comprador tantas oportunidades unidas de encontrar aquello que busca , moda femenina, moda masculina, sastrería, todo está en este espacioso local que mezcla en su interiorismo de forma magistral lo antiguo con lo moderno, los espacios, los volúmenes y la atención. Es difícil encontrar edificios, espacios, tan completos en donde encontrar tanto y tan bonito, Barcelona lo merece, por algo es una ciudad cosmopolita y acogedora.

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