Esta semana quedó cerrada la renovación de Pepe como jugador del Real Madrid por aproximadamente cuatro millones de euros por temporada hasta 2015. A priori, sería una inmejorable noticia para los aficionados blancos, pero antes de echar las campanas al vuelo, deberían calibrar este hecho, porque el central portugués es una bomba de relojería, que ya ha dado varias muestras de no saber controlarse en algunos partidos.

Nadie duda de su calidad y que puede ser uno de los mejores defensas centrales del mundo, pero le falla una cosa fundamental para consolidarse como tal, la cabeza, una pieza indispensable para llegar a ser recordado en los anales del fútbol. Algunos creímos que el ‘taconeo’ sobre Casquero fue un accidente, un día malo en el que Pepe tuvo un cortocircuito en su testa, pero posteriormente, los aficionados a este deporte hemos comprobado que suelen cruzársele los cables muy a menudo.

La última vez que el ‘bueno’ de Pepe tuvo un cambio de personalidad fue ante el Olympique de Lyon, donde se mereció ser expulsado en más de una ocasión durante el choque de Liga de Campeones. Un encuentro que estaba encarrilado pudo complicarlo de qué manera si el árbitro le hubiese visto sus numerosas agresiones a los rivales. ¿Por qué tiene estos ataques de agresividad el jugador portugués?

Tuvo que salir en su defensa el defensor de las causas perdidas, Mourinho, para decir que se mostraba duro en el césped para hacerse respetar ante los adversarios. Otra metedura de pata del entrenador portugués que no ha reprendido a su futbolista por tener comportamientos antideportivos. En esta vida hay que ser un caballero, dentro y fuero de los terrenos de juego, pero este valor no debe ser primordial para más de uno.

Cuando Pepe comete una agresión como la Casquero o como la que realizó a más de un jugador del Olympique de Lyon, los seguidores madridistas deberían sentirse avergonzados, porque lo que se refiere al jugador, parece no arrepentirse, todo lo contrario, saca pecho y se mofa de los rivales, un comportamiento irreprochable como deportista y luego como jugador del Real Madrid. Este club se distinguía por sellaría y caballerosidad, pero entre algunos portugueses están empañando esta distinción con sus palabras y actuaciones.

El Real Madrid no se puede permitir tener a un futbolista que cuando tiene el día malo, defiende más allá del límite de lo permitido por el reglamente, agrediendo sin ton ni son. En el caso que Pepe no sea capaz de controlar su instinto agresivo, el club merengue se arrepentirá de haberle renovado, porque no terminará muchos de los partidos, dejando a sus compañeros en inferioridad, muestra de la poca cabeza que tiene en algunas ocasiones.

Pepe tiene en su mano consolidarse como uno de los mejores defensas centrales del mundo y del Real Madrid, o quedar recordado como el futbolista que pisoteó a Casquero y a otros muchos más, entrando en la lista de los `grandes` en este aspecto, como Alfaro, Javi Navarro, Ballesteros, Marchena, David Navarro…