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Alberto Jiménez

Respeto, sí. Canguelo, no

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Real Madrid y Barça tienen desde este viernes una motivación más para pasar de cuartos. Las bolas escogidas por Lineker depararon un caprichoso sorteo que encendió las redes sociales ante una hipotética semifinal Madrid-Barça que, dicho sea de paso, pondría cierre a una apasionante temporada de clásicos en el Camp Nou. Tottenham y Shakhtar separan a ambos de un sueño de semis cargado de tensión, venganza y dramatismo no apto para cardíacos.

Superada la barrera de octavos después de ocho años, el Real Madrid afronta la eliminatoria frente al Tottenham con la confianza que supone un proyecto nuevo en el que sigue vivo en tres competiciones. Mientras, el Barça se medirá al Shakhtar con el riesgo que supone cargar con el papel de favorito, puesto que un poco de mala suerte puede dejarle tocado en el momento más importante de la temporada.

Los de Pep continúan a lo suyo sin hacer ruido pero deben andarse con pies de plomo ya que de tropezar en el Bernabéu podrían verse condenados a un terrible destino. El análisis de los clásicos siempre acaba por concluir que en ese tipo de partidos no existe a priori un equipo favorito y esta temporada esa conclusión cobra todavía mayor significado. Muestra de ello es la personalidad de Mourinho que es tan reprochable en las salas de prensa como tremendamente valioso en un vesturario.

Es una realidad que este Real Madrid no es del año pasado por mucho que diga Pellegrini. El técnico luso ha conseguido cambiarle el rostro a un equipo que convence en Europa, lucha por la Copa y mantiene el pulso con el Barça en Liga. Mourinho se juega la temporada a una carta y después de vencer barreras como la del Alcorconazo o los octavos su único problema se llama F.C. Barcelona.

A buen seguro, desde Barcelona esperan con ganas el duelo ante el portugués que se ha encargado de desviar la atención en numerosas ocasiones. Mientras, en Madrid esperan los clásicos como agua de mayo ya que pueden disponer de hasta cuatro oportunidades para vengar la manita. Con el mes de abril que se avecina seguro que quien se endose el primer choque en Liga seguro que le come la moral a su eterno rival. Vayan poniendo cerveza enfriar porque a los amantes del fútbol nos espera un calendario cargadito.

Respeto, sí. Canguelo, no

Alberto Jiménez
Alberto Jiménez
domingo, 20 de marzo de 2011, 01:50 h (CET)
Real Madrid y Barça tienen desde este viernes una motivación más para pasar de cuartos. Las bolas escogidas por Lineker depararon un caprichoso sorteo que encendió las redes sociales ante una hipotética semifinal Madrid-Barça que, dicho sea de paso, pondría cierre a una apasionante temporada de clásicos en el Camp Nou. Tottenham y Shakhtar separan a ambos de un sueño de semis cargado de tensión, venganza y dramatismo no apto para cardíacos.

Superada la barrera de octavos después de ocho años, el Real Madrid afronta la eliminatoria frente al Tottenham con la confianza que supone un proyecto nuevo en el que sigue vivo en tres competiciones. Mientras, el Barça se medirá al Shakhtar con el riesgo que supone cargar con el papel de favorito, puesto que un poco de mala suerte puede dejarle tocado en el momento más importante de la temporada.

Los de Pep continúan a lo suyo sin hacer ruido pero deben andarse con pies de plomo ya que de tropezar en el Bernabéu podrían verse condenados a un terrible destino. El análisis de los clásicos siempre acaba por concluir que en ese tipo de partidos no existe a priori un equipo favorito y esta temporada esa conclusión cobra todavía mayor significado. Muestra de ello es la personalidad de Mourinho que es tan reprochable en las salas de prensa como tremendamente valioso en un vesturario.

Es una realidad que este Real Madrid no es del año pasado por mucho que diga Pellegrini. El técnico luso ha conseguido cambiarle el rostro a un equipo que convence en Europa, lucha por la Copa y mantiene el pulso con el Barça en Liga. Mourinho se juega la temporada a una carta y después de vencer barreras como la del Alcorconazo o los octavos su único problema se llama F.C. Barcelona.

A buen seguro, desde Barcelona esperan con ganas el duelo ante el portugués que se ha encargado de desviar la atención en numerosas ocasiones. Mientras, en Madrid esperan los clásicos como agua de mayo ya que pueden disponer de hasta cuatro oportunidades para vengar la manita. Con el mes de abril que se avecina seguro que quien se endose el primer choque en Liga seguro que le come la moral a su eterno rival. Vayan poniendo cerveza enfriar porque a los amantes del fútbol nos espera un calendario cargadito.

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