Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Políticamente incorrecta

Ley Sinde: la ola

Almudena Negro
Almudena Negro
viernes, 11 de febrero de 2011, 07:39 h (CET)
Pensaba el gobierno que sería “fácil y rápida” la aprobación de la Ley Sinde. Así se desprende de los últimos tres cables de Wikileaks relacionados con la Disposición Final Primera de la Ley de Economía Sostenible hechos públicos por el digital “20 Minutos”. No contaban los de Rodríguez Zapatero con la oposición de la sociedad civil y la revolución que han supuesto las nuevas tecnologías. Esas mismas tecnologías que los políticos desprecian y cuyo progreso, que es el de la sociedad, los intermediarios quieren detener a costa de lo que sea.

La inesperada noticia se conocía poco después de que, según leo en los medios, González Sinde y un grupo de amigos millonarios, de esos que se dicen “cultura”, se embaularan unos percebes a costa del contribuyente. 1.800 euros de factura de nada. Y es que en el Congreso PNV y CiU anunciaban que no apoyarían la ley de la censura en la red. Desolación entre lo más reaccionario de la industria que se resiste a amoldar sus obsoletos modelos de gestión al siglo XXI. Alejandro Sanz utilizaba su Twitter para desprestigiarse y arremeter contra la Asociación de Internautas de Víctor Domingo. Fiesta entre los internautas, que son los ciudadanos. Pero poco iba a durar la alegría en casa del pobre, que es el españolito de a pie. El poderoso, estaba claro, no iba a permitir tan fácilmente que sus súbditos les arrebataran sus privilegios.

El Partido Popular, presionado por editores, por los Estados Unidos, y por sus propios complejos o por falta de principios traicionaba de la mano de José María Lasalle a sus bases y anunciaba un acuerdo con el PSOE para imponer el trágala a la policía del pensamiento en la red. Trágala apenas disimulado que no ha satisfecho a nadie. ¡Si hasta ha dimitido el presidente de la Academia de Cine!

Los jueces serán sustituidos por comisarios políticos que decidirán qué páginas webs tienen derecho a existir y cuáles no. En el fondo, para los políticos, se trata de someter a concesión administrativa la red. Quieren a los internautas sumisos como los periodistas. Para la industria era importante que aquello que en estos momentos la Justicia está negando a entidades como la SGAE lo concedan los designados digitalmente por el gobierno. A esto llama el Partido Popular, del PSOE ya nada se espera, “garantía”. Esperanza Aguirreretrocede y donde dijo proyecto no de ley ahora dice “no es competencia de la Comunidad de Madrid”. Es lo que tiene la Ley Sinde. Que los ha retratado a todos delante del respetable. A todos sin excepción.

La plataforma Libertad 2.0 lanzó una campaña pidiendo a la ciudadanía no votar a los partidos que consumen el liberticidio. Hacktivistas invitó a los internautas a enviar correos electrónicos a los senadores. Más de 450.000 e-mails y 140.000 mensajes en Twitter en unas horas son el resultado del llamamiento. Un éxito en toda regla. Pese a ello el liberticidio seguía su imparable curso y el miércoles pasaba el examen del Senado de los pinganillos. El martes que viene, si nada lo impide, el despojo legal será aprobado en el Congreso de los Diputados. Rodríguez Zapatero empezará a dar patadas en la puerta de las web en verano.

Los internautas han puesto en marcha http://www.nolesvotes.com/. Los políticos, sobre todo el PP porque el PSOE se va a pegar un batacazo antológico por méritos propios, no son conscientes de lo que han hecho. Ir contra el progreso puede suponer un alto coste en las urnas. Y más en un momento de crisis en que la ciudadanía está cada día más harta de la casta política, a la que ya perciben como problema y no como solución. Desconocen los políticos la fuerza y velocidad de la red. Desconocen que en el mundo 2.0 perdida la credibilidad no se recupera. Desconocen que la red tiene memoria. No lo comprenden. Su miedo a la libertad lo impide. Es la fuerza, para ellos un arcano, que hizo que Barack Obama llegara a la presidencia useña a lomos del “Yes we can” replicado millones de veces en la red. La ola del online llevada al offline porque el deseo de cambio ya existía. Ahora esa misma ola podría volverse en contra de PP, PSOE y CiU.

El próximo 22 de mayo, o tal vez en las generales de 2012, veremos si la ola contra la censura on-line, la ola contra la casta política que gobierna de espaldas a los ciudadanos, se traduce en las urnas en un tsunami off line. Yo, desde luego, me subo a ella. Si votan ley Sinde, no les votes.

Noticias relacionadas

El Colegio de Educación Infantil y Primaria Blasco Ibáñez, del municipio valenciano de Beniparrell, permanece cerrado desde hace más de seis meses por la trágica DANA. El desastre meteorológico arrasó los cimientos del edificio al que acudían 131 alumnos, afectando al sótano de la escuela y quedando las aulas inhabitables. Ahora, las familias denuncian una cadena de soluciones insuficientes y tardías.

El pesimismo suele llenarlo todo, y la preocupación se palpa en el ambiente. La palabra «crisis» (económica, moral, educativa, cultural, ética, social...) monopoliza todas y cada una de las conversaciones que se llevan a cabo a lo largo y ancho de este país. Con este comienzo, lo más normal es que los lectores piensen que les quiero agobiar, pero ni mucho menos es esa mi intención.

El impuesto a los beneficios extraordinarios e ingentes de la banca es una cuestión de justicia social en España y en cualquier país del mundo. La justificación económica de lo que se recauda, por parte de Hacienda o del sistema de impuestos responde a la necesidad de gravar los excesos de rentabilidad bancaria.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto